El Sabadell logra una victoria sufrida a cinco minutos del final con un gol de cabeza, a la salida de un córner de Uli Dávila.
El campo, fruto de la lluvia que cayó ayer en la ciudad, estaba impracticable pero el árbitro, Eduardo Prieto Iglesias, decidió jugarlo.
Cuarta victoria consecutiva de los de Carreras que, a falta de lo que haga hoy el Almería, se colocan terceros en la clasificación.
Después de que empezase a llover en Sabadell a eso de las 9 de la mañana sin cesar, el césped de la Nova Creu Alta estaba impracticable para jugar a futbol y brindar a los espectadores un espectáculo decente. Pero el árbitro navarro decidió jugarlo y ante eso no hay nada que los equipos puedan hacer. El viernes, Carreras, ya advirtió que el estado del césped, en principio, no condicionaría el juego del equipo y no varió ni un ápice el esquema de equipo titular que tenía en mente. En portería jugó Nauzet, defensa para Ramírez, Lao, Tortolero y Espasandín, centro del campo para Juanjo, Moha e Hidalgo y arriba Eneko, Aníbal y Lanzarote.
Desde que el balón se puso a rodar ya se vio que el partido iba a ser tosco y que las cabezas de los jugadores tendrían más importancia que sus pies. Pese a ello, el Sabadell intentó rasear el balón, cosa casi imposible, y creó ocasiones de gol ante un Guadalajara que le vino que ni pintado el estado del césped. Aníbal sufrió un penalti clarísimo al cuarto de hora de partido que el árbitro no quiso señalar, y eso que estaba justo delante de la acción. Era penalti y expulsión del defensa ya que era ocasión manifiesta de gol. Pero el equipo se rehízo y Prieto Iglesias sí que pitó a la media hora de partido un “agarroncito” de Espín sobre Hidalgo dentro del área, se convirtió en penalti y expulsión del jugador visitante.
Cabe decir que el primer penalti fue mil veces más claro que el segundo, pero la conciencia le pesaba al colegiado. Lanza lo tiró magistralmente y subió un justo 1-0 al marcador. El Guadalajara se mostraba inoperante, solo creaba peligro a balón parado, pero tanto la defensa como Nauzet solucionaban los problemas con solvencia.
La lluvia pide épica
La segunda parte más de lo mismo: la lluvia amainó y el Sabadell cada vez estaba más cómodo sobre el terreno de juego. Pero suele pasar que cuando lo tienes todo más controlado, cuando parece que el segundo caería como fruta madura, llegó el empate del Guadalajara. Una falta lateral, puesta de fábula por Álvaro que peina Javi Barral para batir por primera vez en ésta temporada en el templo a Nauzet. 1-1 y tocaba la épica. Carreras empezó a dar entrada a gente de refresco arriba como Collantes y Juvenal, y al final ya a la desesperada al mejicano Uli Dávila. Precisamente, el jugador cedido por el Chelsea iba a ser el gran protagonista del partido, cabeceando un córner en el primer palo botado por Lanza y adelantando así a los arlequinados. El estadio se vino abajo con los pocos valientes que asistieron a la Nova Creu Alta.
Victoria sufrida, trabajada, épica, pero sobre todo merecida y justa. Una victoria que sumada a las tres anteriores que encadenaba ya el Sabadell se convierten en la mejor racha de Carreras con el Sabadell. El míster quiso destacar en sala de prensa que el peso del partido era suyo pero que hubiese preferido no jugar el partido:
Hemos intentado llevar el peso del partido pese a que no podíamos ser nosotros mismos. Había situaciones peligrosas y hubiésemos preferido no jugar ya que era imposible ofrecer al espectador un buen espectáculo, era peligroso para los jugadores, pero el árbitro decide y nosotros acatamos”.
En relación al fantástico momento de forma del equipo el de Sant Pol de Mar de nuevo, y como siga la racha tendrá que hacerlo todas las semanas, ha querido dejar claro que la plantilla está centrada:
Es compatible disfrutar de la situación del equipo y seguir tocando con los pies en la tierra. La plantilla está muy contenta por la victoria y por la racha pero concienciada”.
Y es que el Sabadell durante estos siete partidos de liga ya ha demostrado saber jugar de varias formas: al contragolpe, llevando el peso del partido o incluso jugando en campos impracticables como el de la Nova Creu Alta ayer. Un césped muy blando que por suerte no se cobró ninguna víctima en forma de lesión pero que seguro que el frio y la lluvia sí, en relación a los 1.630 valientes que estuvieron en el campo.
¡ Pero que es un resfriado comparado con ver ganar en los últimos minutos a tu equipo y mirar la clasificación y estar codeándose con equipos con un presupuesto que doblan el tuyo! Nada.
