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Falsos autónomos y fraude laboral en el Vallès: cómo identificar si estás siendo explotado

Cada vez son más los trabajadores que, en lugar de firmar un contrato laboral con su empresa, se ven obligados a darse de alta como autónomos para poder acceder a un empleo. Esta práctica, conocida como “falsos autónomos”, se ha extendido con rapidez en sectores como la mensajería, la limpieza, la logística, la estética o incluso en el ámbito sanitario. El Vallès, con una alta densidad de actividad económica y empresarial, no es ajeno a este fenómeno.

En este contexto, muchos empleados no saben que están perdiendo derechos esenciales. Consultar con abogados expertos en laboral, como los del despacho de abogados Toro, puede ser clave para identificar si la relación profesional que mantienen con su empresa esconde, en realidad, una relación laboral encubierta.

¿Qué implica ser un falso autónomo?

Un falso autónomo es aquella persona que, pese a estar registrada como trabajadora por cuenta propia, trabaja en condiciones que en realidad se asemejan a las de un asalariado. Es decir, depende de un único pagador, no establece libremente su horario ni su forma de trabajar, no asume riesgo empresarial propio y, en definitiva, cumple las órdenes y directrices de quien actúa como su empleador.

Este tipo de fraude tiene graves consecuencias para la persona afectada: pierde el derecho a vacaciones retribuidas, baja por enfermedad, protección por desempleo o cotización completa a la Seguridad Social. Además, en caso de accidente o despido, queda totalmente desprotegida. En una comarca como el Vallès Occidental, donde proliferan los contratos temporales y la subcontratación, los falsos autónomos se han convertido en una realidad preocupante.

Casos frecuentes en Sabadell y su entorno

En ciudades como Sabadell, con una gran presencia de pymes, franquicias y plataformas de reparto, esta figura se ha normalizado peligrosamente. Muchos jóvenes que acceden a su primer empleo en empresas de reparto, centros de estética o instalaciones deportivas lo hacen sin saber que están renunciando a derechos básicos. Lo mismo ocurre en servicios de limpieza o en trabajos vinculados a la atención domiciliaria, donde los profesionales suelen ser mujeres con una alta precariedad contractual.

El problema no afecta solo a quienes aceptan estas condiciones, muchas veces por necesidad, sino también al conjunto del sistema. Al no cotizar adecuadamente por sus trabajadores, las empresas defraudan a la Seguridad Social, compiten de forma desleal y fomentan la economía sumergida.

Cómo se detecta esta situación

El Tribunal Supremo y la Inspección de Trabajo han venido fijando criterios claros para determinar cuándo existe una relación laboral y no una colaboración autónoma. Si el trabajador no puede fijar su horario, si no tiene libertad para rechazar encargos o si sus herramientas y clientes son proporcionados por la empresa, es muy probable que se esté cometiendo un fraude.

En los últimos años, se han dictado múltiples sentencias condenando a empresas por esta práctica, y la Seguridad Social puede reclamar el pago retroactivo de las cotizaciones omitidas, así como sanciones económicas relevantes. Además, el trabajador puede exigir la regularización de su situación y, en muchos casos, reclamar indemnizaciones por despido improcedente o por los perjuicios sufridos.

¿Qué puede hacer un trabajador afectado?

Ante la duda, es fundamental asesorarse jurídicamente. Muchos trabajadores ignoran que pueden denunciar su situación incluso si siguen trabajando para la empresa, o que pueden solicitar el reconocimiento de su relación laboral de forma retroactiva. Es habitual que las víctimas de este fraude duden en actuar por miedo a represalias, pero existen mecanismos de protección legal.

Además, cuando varios empleados en una misma empresa se encuentran en la misma situación, se pueden iniciar acciones colectivas que refuercen la posición de los trabajadores y aumenten las probabilidades de éxito.

Una realidad que exige mayor vigilancia

El combate contra el fraude de los falsos autónomos requiere, además de voluntad política, una ciudadanía informada y consciente de sus derechos. La precarización del empleo en el Vallès ha generado una situación en la que muchas personas, por desconocimiento o necesidad, aceptan condiciones que en realidad son ilegales.

En Sabadell, las oficinas de empleo, sindicatos y profesionales del derecho laboral están cada vez más sensibilizados con este fenómeno. La reciente jurisprudencia en materia laboral refuerza el criterio de que no es el nombre del contrato lo que determina la naturaleza de una relación profesional, sino la realidad del trabajo diario.

Por eso, es fundamental difundir este tipo de información y facilitar el acceso a asesoramiento especializado, para evitar que la figura del falso autónomo siga consolidándose como una forma de explotación encubierta.

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