No soy urbanista, ni siquiera mínimamente experto en cuestiones de marketing comercial pero, como observador de las últimas décadas vividas por la ciudad, constato la falta de voluntad política para realizar una autentica revalorización del centro de Sabadell.
Esta mañana [por el viernes] escuchando al teniente de alcalde Josep Ayuso i a Jordi Molins, máximo responsable de la Oficina de Dinamización, echaba cuentas de este estado permanente de provisionalidad que ha vivido el Passeig de la plaça Major casi desde la recuperación de los ayuntamientos democráticos.
Puedo entender algunas prioridades de ciudad llevadas a cabo en los primeros años del mandato del alcalde Farrés, un hombre que por encima de todo amaba profundamente a su ciudad. Luego el centro ha sido el punto de las actuaciones centradas en la provisionalidad, bien es cierto que con miras a la consecución de una solución de convivencia más estable entre vecinos, comerciantes, y las actividades cívicas. Pero las protestas y quejas del vecindario, especialmente el comercial, ante la excesiva duración de las obras y los perjuicios de toda índole fueron un aldabonazo a los ediles para que tomaran conciencia de reactivar y priorizar la finalización del proyecto Passeig.
No entraré a juzgar si se ha modificado bien o mal el proyecto inicialmente previsto que dista del realizado, ya he dicho que no soy urbanista, y voces más autorizadas han sugerido ideas que se han incorporado a los últimos trabajos.
Pero ahora, aún a falta de colocar los diseños de Alfons Borrell, al que he podido saludar muy cerca de donde se instalará su “pérgola”; ahora insisto es el momento de que el Passeig y su entorno de influencia, recuperen el protagonismo y la fuerza que en un pasado, quizás demasiado lejano tuvieron. Molins lo ha dicho claro (y en esto del comercio entiende un rato y es una voz autorizada): “potenciar el centro para la gente de Sabadell pero también para los que vienen de fuera”.
Existen rincones de los aledaños del Passeig con encanto propio si se les sabe sacar partido, y aquí es donde la iniciativa privada y los responsables municipales tienen que ir de la mano para crear un espacio atractivo y vivo para el día a día. Tome nota señor Carles Bosch, tome nota señor Ayuso: el Centro es un poco la tarjeta de presentación con que recibimos a los visitantes.
No me cabe duda que estas Navidades se volcarán en el nuevo espacio recuperado. Soy consciente de que quedan por definir cuestiones como los parkings y la estación de Ferrocarriles de la Generalitat, y en este último tema la pelota la juega Santi Vila, el Conseller del ramo, pero tras tantos años de semiabandono ahora es el momento de volcarse sobre esta parte en cuyo subsuelo yacen los cimientos originarios de Sabadell, de nuestra Historia.
En la soleada mañana del viernes he observado como algunas personas de edad avanzada han estrenado el mobiliario urbano recién colocado. Buena señal: el Passeig está vivo.
