El 27 de noviembre de 2012 se desplegaron 300 mossos desquadra en 50 edificios de Sabadell y comarca. La fiscalía anticorrupción, lideraba el proceso e investigaba una trama política y empresarial, dentro del ayuntamiento de Sabadell. Las diferentes piezas judiciales, en las que ha derivado, tienen las siguientes características: prevaricación (tomar decisiones a sabiendas que no están bien), tráfico de influencias, soborno, falsedad documental, infidelidad en la custodia de documentos y revelación de secretos, blanqueo de capitales, delito electoral. Aún hay piezas judiciales pendientes de fijar fechas para celebrar el juicio. Creo que habrá que prestar especial atención a 2 juicios. El correspondiente a la pieza número 1 (pago de dineros para obtener obra pública) y el relacionado con la pieza número 28 (adjudicación del servicio de recogida de residuos y limpieza viaria a SMATSA).

La corrupción repercute en la confianza de la ciudadanía hacia las instituciones democráticas. Y ello, en mi opinión, es alimento para los populismos, para los neofascismos, en definitiva para la desafección a la democracia. La labor de prevención de la corrupción es imprescindible. La vida limpia y honesta, en los partidos políticos, es fundamental. Lo es también evitar la sumisión a los hiperliderazgos cuando éstos se dedican a hacer favores o conceder cosas, desde la responsabilidad pública, con el objetivo de tener enganchadas a personas que piensan que con la ética no se compran vacaciones, coches o jornadas en hoteles de mucho nivel. Y a eso se le puede añadir la voluntad de enganchar a personas que necesitan un puesto de trabajo.

Las personas que ocupen cargo público, en mi opinión, deben contribuir a una sociedad sana, llena de valores positivos, en la que los corruptos y los que corrompen sean apartados y no tengan ninguna capacidad de influencia en la vida colectiva. Admito que ésto puede ser considerado una utopía, pero estoy convencido que no es ninguna quimera. Quiero, con humildad pero con mucha convicción, reivindicar los gobiernos municipales (1979 a 1999) del PSUC y de Iniciativa, liderados por Antoni Farrés. Y lo hago, recordando una frase que él nos recordaba a menudo : ¨ podremos meter la pata, pero nunca la mano¨. Por eso y por muchas otras cosas es recordado con mucho cariño.Por cierto, Antoni Farrés no tiene ninguna persona familiar que ocupe cargo público en ningún ayuntamiento.

Formo parte de un colectivo político ( En Comú Podem) que se reconoce en la historia de los gobiernos municipales encabezados por Antoni Farrés. Un proyecto político que, a mi juicio, debe consolidar su unidad. Y creo ,también que debe ampliarse con la incorporación de nuevos grupos ciudadanos. Un espacio político que usa y usará mecanismos de elaboración colectiva y de control democrático. Que utilizará fórmulas de rendición de cuentas a la población, como mecanismo obligatorio. Y todo ello, para no olvidar nunca, nunca, que una persona que ocupe un cargo público forma parte de la gente. La frase que nos trasladaba Antoni Farrés, lo resume muy bien : ¨hago de alcalde, no soy alcalde¨ , ¨hago de concejal, no soy concejal¨. Para no olvidar de dónde vienes y a quien te debes. Se entra en la institución como persona ligera de equipaje y se sale también ligera de equipaje.

Comparteix

Icona de pantalla completa