Sabadell no es Marbella

Opinión: ‘Sabadell no es Marbella’

Sabadell está de moda. Las cadenas de televisión y las emisoras de radio se han trasladado a nuestra ciudad varias veces en poco tiempo, pero siempre por motivos nada agradables: un asesinato, un incendio con diversos fallecidos y ahora la Operación Mercurio. Ni una alegría, aunque algunos se enorgullezcan de poseer el mayor centro comercial de una conocida marca sueca y que básicamente va a afectar al pequeño comerciante sabadellense. Nos queda la esperanza del día 22 de diciembre, donde Sabadell puede desterrar la agonía y la desvergüenza gracias a los niños de San Ildefonso. Aunque quizás ya no exista ni Sabadell ni nada si se cumplen los pronósticos de los Mayas y sus convencidos seguidores.

Cuando un personaje público es imputado, denunciado, acusado, señalado o lo que ustedes quieran sugerir, suele tener la habilidad para negarlo todo, demostrando su no culpabilidad a base de fotocopias o aferrándose a la presunción de inocencia. También puede dimitir directamente y ahorrarse y ahorrarnos el sufrimiento asfixiante, ansioso y agónico que todo eso conlleva. Pero quizás es más usual la negación total de las acusaciones y esperar a ver si alguien, de éste o de otro mundo, pueda ayudar al señalado a salir del hoyo donde se encuentra.

En casos parecidos, ocurridos en lugares de nuestra geografía pero preferentemente en el sur, los ciudadanos no han tardado ni unos segundos en arropar a su líder, aún a sabiendas de la veracidad de las acusaciones; unos por despecho y la mayoría por ser estómagos agradecidos y pertenecer a esa casta inamovible que disfruta de los privilegios de los lamedores de todo aquello que signifique continuar en ese status del que no quieren salir. El caso marbellí es de libro. Todo el mundo sabía de la sinvergonzonería del alcalde pero el pueblo lo adoraba, lo vanagloriaba, hasta el punto de aplaudirlo y agasajarlo en el momento de su detención. Policías, jueces, arquitectos, abogados, constructores y un sinfín de personajes de la sociedad marbellí estaban implicados en la trama de corrupción más importante descubierta en nuestro país y el pueblo llano, que padecía los improperios del dictador “democrático”, seguía ignorando y cerrando los ojos a la barbarie y a la desfachatez.

Otro caso menos conocido es el del municipio murciano de Totana, donde su alcalde, José Martínez Andreo, después de dos meses encarcelado, salió a la calle arropado por una plataforma llamada “Por el buen nombre de Totana”. Podríamos creer que era una broma, pero no es así. El “buen nombre” significaba apadrinar y consolidar la corrupción y agrupaba a miles de totaneros y tonaneras, aunque eso no impidió que el alcalde fuera condenado a 28 años de prisión. Las declaraciones de sus vecinos que pueden oírse en el enlace no tienen desperdicio y demuestran la incultura y la falta de escrúpulos de una sociedad anclada no ya en el siglo XIX sino más bien en la Edad Media, donde el más ladrón y el más salvaje era considerado un dirigente válido para todos.

El día 27 se registraron unos 40 edificios. Foto: David B.
El día 27 se registraron unos 40 edificios. Foto: David B.

Pero Catalunya está más al norte y con los debidos respetos a los habitantes del sur, parece que aquí hay algo más de conciencia y de “seny”. Ya cuando se produjo la detención de Bartomeu Muñóz, alcalde de Santa Coloma de Gramenet, sus ciudadanos se quedaron en sus casas aguardando la sentencia que aún no ha llegado y dejándolo más solo que la una. Ni sus propios compañeros movieron un dedo por él y todo se diluyó como una cucharada de sal en un vaso de agua.

En estos momentos en Sabadell ha ocurrido lo mismo. A pesar de las agotadoras declaraciones de Bustos a todos los medios de comunicación, de los interminables juramentos de inocencia y de las promesas de llamadas manifestando apoyo y cariño, el caso es que, hasta la fecha no se han producido manifestaciones multitudinarias de aliento y soporte al alcalde. Más bien al contrario ya que el martes día 27 de noviembre cuando tuvo lugar el desembarco de los 300 Mossos d’Esquadra solamente se congregaron en la Plaça Sant Roc varias decenas de detractores bustistas que brindaron con cava delante de las cámaras de televisión. Únicamente dos conocidos militantes socialistas se atrevieron a dar la cara, aunque, percatándose de la triste soledad en la que se encontraban, decidieron hacer mutis por el foro para no hacerse mala sangre con lo que estaban viendo.

Personas vinculadas a la CUP y la PAH brindaron con cava el 27/11. Foto: E.Mármol

En los días posteriores las concentraciones han sido en los juzgados, otra vez en las puertas del Ayuntamiento, esta vez con escobas para barrer metafóricamente la corrupción, pero hasta la fecha solamente unas decenas de militantes y amiguetes del alcalde se han atrevido a aplaudirle. Por allí alguien dijo que eran nóminas andantes y que, como ellas, no tienen alma. Algún detractor sacó a relucir la inmoralidad, la hipocresía y el miedo de los teóricamente amigos de Bustos, lo que formaba un cóctel propio de algunos locales nocturnos. Parece ser que algunos testigos de lo que está sucediendo en Sabadell han oído algún tímido “Ánimo, Paco [Bustos, imputado]”, pero no hay evidencia científica del hecho.

En el Pleno celebrado el martes los mismos personajes corrieron para ocupar las pocas plazas destinadas al público para acallar las voces presumiblemente contrarias. Las mismas caras, las mismas personas y muchas más en la plaza. El corrillo de amiguetes, la tan conocida “claca”,  sigue siendo, pues, un grupillo bien definido que va allí donde le indican y se tiran por la ventana si el líder se lo pide.

El Pleno, lleno este martes como nunca, incluso antes que empezara. Foto: David B.
El Pleno, lleno este martes como nunca, incluso antes que empezara. Foto: David B.

La ausencia de manifestaciones a favor de los imputados, ¿será porque todos sus conciudadanos creen en su inocencia? ¿O porque es evidente su culpabilidad? ¿Pasan de todo? ¿Será porque confían en la justicia? ¿O porque hace frío y se está muy a gusto en casa? ¿Será porque no hay canapés? ¿O más bien porque hubo demasiados y están todos empachados? Quizás alguna vez lo sepamos pero los sociólogos tienen aquí un buen campo donde investigar y dejar los datos para la posteridad.

Foto portada: Tensión a las puertas de los Juzgados a la entrada de Bustos, el pasado domingo. Autor: J.d.A

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