Oro

El oro: la inversión más segura

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La crisis económica ha activado las inversiones en lingotes de oro, alcanzando su límite histórico.
En las épocas de crisis, invertir en oro siempre ha supuesto un buen ejercicio económico, puesto que es cuando el valor está en baja y puede venderse a alza pasado un tiempo. El oro es la única moneda global, capaz de mantener su valor por encima de la devaluación del papel moneda, lo que permite poder tener dinero en las situaciones políticas más cruentas. De ahí que el inversionista en oro sea considerado un conservador por lo que respecta a aquellos que adquieren lingotes de oro o monedas, aunque también se pueda invertir en oro a través de fondos de inversión especializados en este valor o adquiriendo certificados de depósitos del metal amarillo, símbolo de prosperidad.
El hecho de que el valor de oro no esté dictado por los gobiernos, sino por el propio mercado, por el flujo de su compra venta, también hace muy atractiva esta inversión, que en el caso de los inversionistas con posibles, conviene diversificar.
Pero los compradores se preguntan donde pueden adquirir el oro y siempre ha de hacerse a través de establecimientos que cuenten con todas las garantías.
En el año 2016, los lingotes de oro en Barcelona y Madrid han sido objeto de mucha demanda por parte de los inversores, llegando a poner el precio del oro en límites históricos, aunque en España se siga invirtiendo poco en el metal, o al menos en referencia a otros países, como Alemania, donde los lingotes de oro pueden adquirirse en los mismos bancos.
Uno de los inconvenientes de comprar oro físico es el riesgo que se corre porque puede ser sustraído y los altos costes que representan las cajas de caudales de los bancos. Asimismo hay que ser muy cuidadoso con este metal, ya que un mero defecto en él puede hacer bajar su valor.
Inversiones en oro: sus ventajas y consecuencias
Las inversiones de oro siempre tienden a calcularse a largo plazo puesto que ahí es cuando aumentan mucho el valor, del mismo modo que comprar acciones de compañías explotadoras de oro, de minas, es como comprar un boleto a la lotería. Se puede ganar mucho pero el riesgo de perderlo todo es también enorme.
El hecho que las rentas fijas de las inversiones estén hoy en día a niveles muy bajos hacen que se dispare la inversión en la compra de lingotes y monedas de oro, y esta práctica la llevan a cabo inversores con mucho dinero que prefieren tener un control físico sobre sus dividendos y sobre la volatilidad de los movimientos bursátiles; aunque también los inversores más humildes empiezan a considerar la posibilidad de tener en sus manos lingotes de oro por encima de papel moneda. En este sentido existe un factor psicológico, el de querer atesorar un valor sólido, que se acostumbra a dar cuando se han vivido o se viven crisis económicas como la actual, que a decir de los economistas, sigue estando bien vigente, y en contra de lo que afirman ciertos políticos.
En estas crisis crece entre las personas una aversión al riesgo y esto lleva a hacerse con valores como el oro. El hecho de que existan empresas especializadas a través de las cuales se puede comprar oro sin tener que hacerse cargo del almacenaje y venderlo en cualquier lugar del mundo a través de ellas (aunque sea unos gramos), sin tener que mover los lingotes, ha activado esta inversión, ya que permite tener el oro físico y líquido a la vez, a la par que seguro.
Comprar oro siempre será un modo de tener a buen recaudo nuestro dinero y esta práctica que ha vuelto del brazo de la crisis económica está atrayendo a los inversores que, cada vez más cautos y precavidos, no quieren dar lo suyo a los grandes bancos. Y es que por muchos años que pasen, el oro siempre seguirá siendo aquél metal tan preciado que ha protagonizado momentos claves en la historia, el único con un valor que nunca se devalúa, capaz de ser canjeado incluso en el rincón más recóndito del planeta.

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