Foto portada: el presidente de la FAV, Manuel Navas, en una imagen de archivo. Autor: David B.

‘Claroscuros en la subida de impuestos’, por Manuel Navas (FAV)

ARTÍCULO DE OPINIÓN
Manuel Navas. Presidente de la FAVSabadell

Sabemos que los impuestos son imprescindibles para recaudar el dinero necesario en orden a que las administraciones (estatal, autonómica y municipal), puedan hacer frente al pago, entre otras cosas, de los servicios públicos que tienen la obligación de prestar a la ciudadanía. Desde la perspectiva social, unos son absolutamente necesarios como la sanidad, educación, servicios sociales, etc. O a nivel municipal los residuos, mientras que otros gastos son, objetivamente, prescindibles/discutibles: casa Real, ejército, la desmesurada nómina de cargos de confianza o el propio Senado por poner ejemplos. La propuesta de abolir los impuestos o reducirlos (como pregonan partidos de derechas-populistas defensores a ultranza del neoliberalismo) va en detrimento de la solidaridad como valor imprescindible en un estado social que condenaría a amplios sectores de la sociedad a la pura y dura beneficencia/caridad.

Cosa distinta es con qué criterios la administración (la que sea), gestiona el dinero público que le compete y el por qué, dentro de su competencia, decide subir más o menos la carga fiscal de sus conciudadanos utilizando el margen de maniobra que la ley le otorga para tener o no tener en consideración criterios sociales a la hora de adoptar la decisión. La prueba de ese margen es que la presión fiscal no es la misma ni en todas las autonomías, ni en todos los municipios donde las prioridades políticas-partidistas, son determinantes.

En el terreno municipal existen datos objetivos que no pueden obviarse y que condicionan la toma de decisiones: los millones dejados de percibir a raíz de la sentencia sobre la plusvalía del IBI, la indiscutible inflación que ha descuadrado cuentas y costes; el aumento de servicios por la evolución del contexto,….. Variables que se suman a la insuficiente financiación de los ayuntamientos. Como tampoco se puede obviar, y sin que ello signifique ningún consuelo, que la carga fiscal de Sabadell está por debajo de la media del resto de municipios de nuestro entorno y más allá. Pero tampoco puede pasarse por alto el hecho de que la necesidad de incrementar los ingresos sea sospechosamente paralela al aumento de salarios con la incorporación de dos nuevos concejales (¿necesarios?) al Gobierno.

Así las cosas, el incremento de impuestos debe ser valorado teniendo en cuenta las formas, el contenido y lo que subyace en la decisión. Y aquí aparecen los claroscuros como es que, en una situación económicamente difícil, no es entendible ni justificable que, con mayoría absoluta el gobierno del PSC opte por incorporar dos nuevos concejales. No es que esté mal el apostar porque se refleje la pluralidad política abriéndose a la oposición que esté dispuesta a trabajar en favor de la ciudad, pero existe fórmulas que no implican coste con cargo a las arcas municipales y no se han explorado ¿por qué aumentar los gastos en algo prescindible?, o bien que el aumento propuesto sea lineal y sin tener en consideración situaciones de exclusión social, algo que va contra cualquier criterio socialdemócrata.

Conclusiones más allá del no como sistema:

  1. La FAV Sabadell entiende que la subida de impuestos, cuando se realiza de forma transparente, lo más consensuada posible y con sentido común, es razonable.
  2. Sabemos que, como cualquier gobierno electo (y más cuando no existe una presión popular importante -las condiciones son las que son y no las que nos gustarían que fuesen-), la decisión final la tienen quienes han sido elegidos para gobernar, no obstante, apelamos a un modelo de gobernanza donde la voz de los actores sociales, económicos y políticos sea tenida en consideración.
  3. Esperamos que el periodo de alegaciones sobre la subida de impuestos sirva para que el gobierno muestre su sensibilidad asumiendo las aportaciones más sensatas y realizables de entidades y partidos y, en ese sentido, como movimiento vecinal defendemos la proporcionalidad versus linealidad, es decir, que pague más quien más tiene y un trato adecuado para los sectores sociales más necesitados, algo básico en una sociedad solidaria.
  4. Y por último, aspirar a que el debate sirva para aumentar la prudencia a la hora de incrementar los gastos en temas claramente dispensables como el incorporar nuevos concejales por lo que no debería ser descartable invalidar el acuerdo en los términos actuales para reducir gastos y por consiguiente la carga fiscal con la que se pretende recaudar más dinero.

En definitiva, y entre otras cosas, es lo que reclama una forma distinta de entender y hacer política que favorezca la participación ciudadana y vele por los intereses de la ciudad gestionando lo más austera y socialmente posible los ingresos y gastos municipales.

Foto portada: el presidente de la FAV, Manuel Navas, en una imagen de archivo. Autor: David B.

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