Manuel Navas. Autor: David B.

‘El disputado voto de los barrios’, por Manuel Navas

ARTICLE D’OPINIÓ
Manuel Navas, sociòleg.

Que el mundo está viviendo una fuerte crisis democrática, nadie lo pone en duda. La deriva de países retrocediendo y cayendo en autoritarismos de todas las intensidades, así lo acredita Finlandia, penúltima muestra. Los tics y talantes antidemocráticos, sea de gobiernos o de la oposición política, aparecen por la mayoría de países de todos los continentes incluyendo a España o Sabadell (el trumpismo local de quienes no aceptaron la designación democrática de Marta Farrés como alcaldesa fue tan impresentable como grotesco con el peligroso sustrato de que, en Sabadell, un gobierno sin ERCLa Crida, no era legítimo), son motivos más que suficientes para seguir rompiendo lanzas en favor de la democracia a pesar de ser “el peor sistema de gobierno, a excepción de todos los demás que se han inventado” (Churchill), porque, su contrapunto, no olvidemos, es la dictadura. Cosa distinta es que la estén prostituyendo quienes manejan los hilos del poder (económico, político, ideológico, ….) con la complicidad/voto (consciente o no) de la ciudadanía, pero eso es harina de otro costal.

De nuevo nos encontramos a las puertas de un proceso electoral para decidir quienes gobernarán la ciudad y, de nuevo, el voto de los barrios se convierte en el oscuro objeto de deseo, como demuestra el aterrizaje de dirigentes políticos por los barrios (algunos/as, al no ser su hábitat, sus poses y sonrisa forzada les delata) con todo tipo de pretextos: para “escuchar” a los vecinos (por lo visto hasta ahora no lo habían hecho); para repartir remedios mágicos a los problemas; para prometer lo que no fueron capaces de hacer cuando gobernaban, etc.

Es lo que toca en periodo electoral. Parece que algunos creen que la ciudadanía no posee memoria histórica y que se la puede enredar con cantos de sirena sin entender que, salvo el voto partidista de militantes que por encima de todo vota a “su partido”, buena parte del electorado, somos más terrenales y pragmáticos y tendemos votar a quienes consideramos que gestionan mejor o que han hecho más por la ciudad o son más próximos a la ciudadanía o más fiable y creíbles o simplemente, porque son los “menos malos”. Y, para evitar disquisiciones sin sentido, solemos comparar lo que están haciendo unos y lo que hicieron los otros.

Y, en ese escenario, lo cierto es que la ciudadanía suspendió la gestión de la anterior legislatura, un Equip de Govern cuatripartito (ERCUnitat pel CanviLa Crida-Ganemos), autodefinido de independentista y alternativo, que lo tuvieron todo a su favor (sin pandemia, ni prácticamente oposición), sea por los reinos de taifas de las regidurías; sea por el esperpento de la ruptura del acuerdo para repartirse la alcaldía: 2 años Juli Fernández de ERC y 2 años Joan Berlanga de Unitat pel Canvi que acabó defenestrado para colocar a Maties Serracant de La Crida (que a la postre ha sido fichado, con un generoso sueldo, por su amigo de alcaldía y ahora conseller, Sr. Fernández); sea por la inexistencia de liderazgo político; sea por priorizar el independentismo por encima de la ciudad; sea por la escasa atención prestada a los barrios; sea porque les vino grande y no supieron gobernar (sirva de ejemplo los patinazos con cargo a las arcas públicas del ayuntamiento: Artextil 2.7 millones, SMATSA entre 2,5 y 5,3 millones, …. Un dineral que no ha podido ser utilizado en pro de la ciudad) el resultado es conocido: el pueblo no ratificó su mandato al considerar que, ni les representaban, ni lo habían hecho bien. Es decir, nada que ver con los comentarios peyorativos de “culpar” del sorpasso al voto de la “charnegada” de los barrios, como algunos pretendieron justificar el fracaso, el mismo voto que ahora andan buscando desesperadamente.

Algunas notas sobre lo sucedido en esta extraña legislatura marcada por la pandemia que, durante 2 años, las administraciones de todo el mundo (y Sabadell) vieron ralentizados buena parte de sus proyectos y actividades habituales y la inflación por la guerra de Ucrania que ha afectado a la obra pública.

Sabemos que toda actuación de gobierno puede ser aplaudida/criticada y que la tendencia de la oposición en Sabadell ha sido el NO por bandera, algo que, siendo respetable, no parece de recibo al carecer de propuestas alternativas o, de tenerlas, no fueron ejecutadas cuando pudieron y debieron hacerlo desde el Gobierno. Es evidente que han existido errores en estos 2 años, que caben censuras de distinto calado y que queda mucho por hacer, pero comparando entre lo que hicieron en condiciones óptimas los que gobernaron en la anterior legislatura y lo que han hecho quienes gobiernan ahora en condiciones adversas, la balanza parece decantada.

En general, el estancamiento de una legislatura grisácea con pocas intervenciones y menos expectativas, ha quedado superado entrando en una fase caracterizada por la realización de proyectos y propuestas que vislumbran perspectivas interesantes y fecundas para Sabadell, por lo que es deseable el seguir abordando los problemas y necesidades de las personas, los barrios y la ciudad y que, por encima de entelequias, se siga apostando por la creación de puestos de trabajo, la construcción de más vivienda social, por la cohesión social, la igualdad de género, la equidad, la construcción de equipamientos e infraestructuras, la sostenibilidad, etc., en el marco de un modelo de ciudad políticamente plural y socialmente multicultural y participativa en la que merezca la pena vivir. En todo caso, habrá que esperar la prueba del algodón: que la ciudadanía dictemos sentencia con nuestro voto.

Foto portada: Manuel Navas. Autor: David B.

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