La sesión estuvo determinada por la fractura del grupo municipal socialista que vio cómo en dos ocasiones se rompía la disciplina de voto.
El plenario, el penúltimo de este atribulado mandato, resultó una especie de autopsia del grupo municipal socialista. Empezó con el anuncio de la renuncia al acta de regidor del condenado Paco Bustos y finalizó con la ruptura de la disciplina de voto de Joan Manau, el único edil imputado que continúa en el consistorio, que votó a favor de la moción contra el Tratado Transatlántico para el Comercio y la Inversión (TTIP).
La fractura del grupo municipal se hizo evidente en la votación de la moción que reclamaba la reprobación de Manuel Bustos por su gestión al frente de la Federació de Municipis de Catalunya (FMC). El portavoz socialista, Ramon Burgués, intentó justificar lo injustificable, agarrándose al clavo ardiendo de la “sentencia” del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) que ha archivado la causa. Tanto el regidor no adscrito, Carles Marles, como sobre todo la edil de Entesa per Sabadell, Virgínia Domínguez, le recordaron no había habido tal “sentencia”, ni juicio, sino un auto judicial que no entra en el fondo del asunto y que está recurrido por el Fiscal Anticorrupción ante el Tribunal Supremo. Asimismo se le recordó cómo el exalcalde Bustos y algunos ediles del grupo socialista se beneficiaron de banquetes y vacaciones “gratis total” a costa de los fondos de la FMC, lo cual tanto desde el punto de vista ético como político es merecedor de reprobación.
La división del grupo socialista, evidente desde las primarias que enfrentaron a Josep Ayuso y Marta Farrés, se ha hecho insalvable tras la elaboración de la lista de las municipales. Ayuso desoyó las recomendaciones del patriarca del partido, Simón Saura, quien, en carta pública, le aconsejó que confeccionase una candidatura de integración para intentar suturar la fractura. El alcaldable socialista, fiel a la lógica bustista del “si no estás conmigo estás contra mí”, ha elaborado una lista donde no figura ninguno de los ediles que apoyaron a Farrés. Ni siquiera Burgués quien desde hacía meses hacía puntos para resituarse y congraciarse con Ayuso. Hábilmente CiU pidió la votación secreta de la moción. Ello permitió que tres concejales socialistas se abstuvieran. En los corrillos que siguieron a la finalización del pleno se cruzaron apuestas sobre los nombres de los tres ediles díscolos.
La calle de la República
En el debate de la moción para cambiar el nombre de la calle Alfonso XIII por calle de la República, volvió a planear el fantasma de la ruptura de la disciplina de voto del grupo socialista. Burgués realizó una intervención que apuntaba a que votarían en contra, escudándose en las molestias que podía provocar a los vecinos y ofreciendo como alternativa el cambio de denominación de la plaza del Mercado Central. En medio del debate, Ayuso abandonó la mesa de presidencia y se dirigió a la bancada socialista con el propósito de modificar la intención de voto inicial ante el temor que algunos concejales volviesen a romper la disciplina de voto y apoyasen la moción. Finalmente, Burgués en un gesto de contorsionismo político, anunció que daban apoyo a la moción que acabó siendo aprobada con el voto en contra de PP y CiU. Los convergentes estuvieron buscando un pretexto para no apoyar esta moción, que encontraron en la negativa a consultar a los vecinos de la calle. Al fin y al cabo son los herederos políticos de la monárquica Lliga Regionalista de Francesc Cambó.
La venganza de los excluidos de la lista, no es otra cosa, no pensemos que lo han hecho por principios morales, los que durante años han mirado para otra parte se despiden ahora con una rabieta de niños pequeños, ¡ a buena hora mangas verdes ¡
Empezó la legislatura con la ruptura entre ICV y EUiA, por intereses no siempre confesables; a continuación Alicia Sánchez Carmarga entregó en bandeja de plata a Manuel Bustos la cabeza del Jefe local del PP y puso en su sitio a un forastero; a continuación fue la Entesa la que sacó a su número dos para meter con calzador a su número no se cuantos, para así garantizar el pacto con la CUP, y ahora explosiona definitivamente el Grupo Socialista.
Sr. Rosinyol, por favor resista, sólo nos queda usted.
Gràcies Marta, sembla que m’hagis llegit el pensament. Amb l’espectacle que les tropes d’esquerres i de dretes estan donant a Sabadell, només ens queda el Carles Rossinyol com a centre polític, un home honrat, molt ben preparat, amb experiència a l’ajuntament on ha fet una dura oposició a Bustos i al seu delfí Ayuso. Suposo que els sabadellencs seran coherents i donaran la seva confiança a l’únic candidat que, sense fer soroll ni trencar cap pacte, ha aconseguit un perfil d’alcaldable seriós i coherent.