‘¿Está vigente el Pacto de Toledo?’, por Juan Guil

ARTÍCULO DE OPINIÓN
Juan Guil, sindicalista de CC.OO

La mayoría de los pensionistas tienen pensiones de pobreza, especialmente las mujeres. Los gobiernos no han actualizado las pensiones al IPC, han perdido el 7% de su poder adquisitivo en los últimos 10 años.

El pacto de Toledo, acordado en 1995, creó las bases para dar estabilidad a las pensiones y entre sus compromisos estaba que estas se revisarían de acuerdo con la subida del IPC para mantener su poder adquisitivo. Estos acuerdos se alcanzaron por consenso de las fuerzas políticas y los sindicatos CC.OO y UGT. Tanto el PSOE con Zapatero de presidente del Gobierno como el PP con Rajoy incumplieron ese compromiso. El debate en dicho pacto se hace incumpliendo la razón de su existencia, el consenso, que solo es posible sobre la base de respetar los acuerdos de 1995.

La reforma del gobierno de Zapatero fue aprobada en el Parlamento con los votos del PSOE y CiU, y la del gobierno de Rajoy solo con los votos del PP, cuando la razón de ser del pacto de Toledo es el acuerdo por consenso con un amplio respaldo de la cámara de los diputados y los sindicatos.

El pacto de Toledo ha perdido hoy el valor que tenía. Estamos en un escenario distinto, con otras políticas que emanan de la Unión Europea, del FMI etc.  Se trata de un giro a la derecha, al neoliberalismo puro y duro, y mientras la socialdemocracia sigue pensando más en su subsistencia que en su razón de ser. Todo opera fuera del pacto de Toledo: a él se va con posiciones definidas y además, dejando fuera a los sindicatos, que fueron la parte principal del acuerdo de 1995. Este fue un acuerdo histórico hoy roto por el cambio en las políticas, el gran capital va por todo, desmantelando lo público. Cada vez nos parecemos más a EE UU, donde todo está privatizado; por ello existe la deuda, el tope de gasto, la contención del déficit, etc. Son instrumentos para continuar con las políticas del neoliberalismo, con un Banco Central Europeo que presta el dinero al cero por ciento de interés a la banca privada y esta lo presta a los estados a un interés suficientemente rentable.

Las políticas económicas y sociales que emanan de la Unión Económica Europea son la causa principal de los problemas que hoy estamos padeciendo los pensionistas y jubilados y la clase trabajadora. Estas políticas están basadas en la reducción del gasto público a través de la austeridad y los recortes. La tarta de las pensiones públicas, junto a servicios rentables como sanidad, vivienda, infraestructuras, etc., se ha convertido en objetivo de grandes grupos económicos para privatizar todo aquello que forma parte del estado del bienestar y sea rentable.

El cambio de gobierno ha generado esperanzas en mucha gente, especialmente entre los pensionistas, que han visto cómo su pensión se había reducido con el gobierno PP-Ciudadanos. De momento se ha ganado una batalla al haberse recuperado la subida del IPC en las pensiones para dos años. Sin embargo, continúa en riesgo este derecho tan básico. Gobierne quien gobierne, las pensiones se defienden con la movilización frente a los grandes grupos económicos que se han enriquecido con la crisis presionando a los gobiernos para que se plieguen a sus intereses.

Para hacer frente a esta situación es imprescindible la movilización de los pensionistas y la clase trabajadora defendiendo una alternativa y señalando con claridad a los responsables para tomar conciencia de quiénes son los culpables de la situación que padecemos. Es preciso señalar a los culpables sin confundir al personal, decir que el Pacto de Toledo es el responsable de todos los males de los pensionistas es   una irresponsabilidad, cuando lo más duro ha venido con las políticas del PP y Ciudadanos, imponiendo el 0,25% y el plan de sostenibilidad de las pensiones que, de desarrollarse, reducirá las pensiones presentes y futuras. Lo peor que nos puede pasar a los pensionistas y a la clase trabajadora es la vuelta a un gobierno PP-Ciudadanos que de nuevo impondría más recortes y austeridad, con lo que las pensiones volverían a perder poder adquisitivo.

Foto portada: Juan Guil. Autor: David B.

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