Manuel Navas. Autor: David B.

‘Fiestas mayores de los barrios’, por Manuel Navas (FAV)

ARTÍCULO DE OPINIÓN
Manuel Navas. Presidente de la FAVSabadell

Las fiestas mayores de los barrios, que como toda manifestación cultural forman parte de la cultura popular de una ciudad, es el genuino reflejo la diversidad que existe en los municipios donde convivimos personas de distintas culturas y procedencias. Patrimonializar el calificativo y no entender que el concepto “cultura popular”, engloba la pluralidad, es absurdo. Eso no óbice con que existan tradiciones autóctonas y otras que no lo son a día de hoy (nadie puede asegurar que no lo sean en un futuro), pero, sin entrar en quién decide cómo, cuándo y por qué se considera autóctona una tradición, habrá que concluir que todas sin excepción, forman parte de la cultura popular de un
territorio y/o municipio determinado.

En cualquier caso, como la cultura no surge de ningún bing-bang, sino del quehacer humano, no es lógico pretender apropiarse la exclusividad del concepto y defender su inmutabilidad. Desde que nuestros antepasados decidieron salir de Africa subsahariana y repoblar el planeta, se han ido sucediendo las interacciones con el medio y entre los humanos siendo la cultura una de las expresiones de esas confluencias configurada por las aportaciones de idas y venidas de grupos diversos (por mor de invasiones guerreras, imposiciones religiosas, mitos, flujos migratorios,……) que han pasado por un territorio o bien exportando esas manifestaciones a otros lugares. Las de los barriosson fiestas que por su naturaleza, acogen pluralidad de manifestaciones culturales en respuesta a las expectativas y demandas del vecindario, aglutinando a miles de personas que participan en las actividades programadas en base a un modelo democrático (programa decidido consensuadamente), autogestionario (organización en manos de las asociaciones y control de gastos e ingresos) y colaborativo (entidades, asociaciones de comerciantes, colectivos diversos,…..), en el que juegan un papel imprescindible las asociaciones vecinales que además de su actividad habitual de tipo reivindicativo, movilizador, cultural, social, de servicios, de ocio, etc., como conjunto de actividades que realizan personas comprometidas por mejorar las condiciones y la convivencia de los barrios y que en esta fechas se vuelcan con las fiestas ofreciendo un marco de encuentro, disfrute y solidaridad.

A ese papel se debe añadir el hecho (nada trivial, en una sociedad donde no es habitual trabajar para la comunidad de forma altruista) que nadie de los más de 300 miembros de las diversas juntas percibe, por el trabajo invisibilizado que realizan, ningún tipo de retribución económica y en raras veces cierto reconocimiento. Una labor en pro del bien común que concede cierta autoridad moral para plantear temas a l’Equip de Govern que ni puede, ni debe obviar.

Como que dejen de pretender convertir a los/as activistas vecinales en administrativos en el engorroso laberinto burocrático para realizar cualquier gestión, soslayando que es la Administración quien debería poner al servicio de las entidades el personal necesario, no para acompañar, sino para realizarlas. O que, por eficacia y seguridad jurídica, se simplifiquen de una vez los procesos en la ordenanza general de subvenciones, el Pla Estratégic de Subvenciones y las bases. O la necesidad de repensar lasformas, el fondo y la cuantía de las subvenciones y se asuma consecuentemente que se tratan de recursos necesarios para llevar adelante una labor de utilidad e interés público en favor de los barrios y la ciudad, que, de no realizarlas, deberían abordarse desde la administración.

Sin tener en cuenta ese tipo de consideraciones, los párrafos grandilocuentes de preámbulos como “El asociacionismo es una de las riquezas de la ciudad de Sabadell y a menudo gracias a la sociedad civil organizada podemos dar respuesta conjunta como ciudad a las necesidades de la ciudadanía, contribuido de forma colectiva al interés público, a la cohesión social y en la convivencia” “Las subvenciones son un medio para contribuir a conseguir algunos de los objetivos municipales orientados a la satisfacción de necesidades públicas o de interés general”, etc., quedan sin el contenido que se le espera de acuerdo con lo que pregonan. Esperamos que la nueva ordenanza, recoja las alegaciones y suponga el salto cualitativo que supere el obsoleto marco actual.

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