‘Gobernanza municipal’, por Manuel Navas (FAVS)

ARTÍCULO DE OPINIÓN
Manuel Navas, presidente de la FAV Sabadell.

Sabadell (ni ningún municipio del mundo) es la ciudad ideal (no existe). Siempre habrá cosas que mejorar, proponer, ejecutar,…… y discrepancias. Cosa distinta es valorar si los gobiernos municipales de turno optimizan los recursos disponibles y realizan bien su cometido. Se tratan de valoraciones que cuando provienen de los partidos, invariablemente, están mediatizadas por razones electorales. Así, sobre un mismo hecho existen opiniones dispares/contradictorias, porque, en definitiva, todo depende del cristal con el que se mire. Temas para fomentar relatos de todos los gustos y en todos los territorios, haberlos haylos: la gestión de la pandemia en España y en Catalunya; los recortes en sanidad; ley trans; la residencia pública no construida de Sabadell; la subida del precio de la luz; el cierre del consultorio de PobleNou; los indultos; la compra del Artextil; ley de extranjería; el cierre de la oncología infantil del Taulí; la precariedad laboral, el precio de la vivienda, el modelo de fiesta mayor en época de pandemia,.… algo que debiera ser habitual en una sociedad democrática donde la pluralidad debemos entenderla como valor supremo.

Y, en esa línea, las opiniones y críticas de los partidos son legítimas: las de los gobiernos explicando que su actividad está pensada para mejorar la ciudad y la calidad de vida de la ciudadanía y que las críticas de la oposición carecen de argumentos rigurosos y propuestas coherentes y las de la oposición intentando desprestigiar la actividad del gobierno alegando que ellos lo harían mejor (olvidando que, en casos, ya había gobernado y que los votos rechazaron su gestión). Son reglas del juego político, si bien, cada vez más, en los foros y declaraciones públicas, la crítica política ha derivado hacia estrategias ayusistas para fomentar la crispación social.

En cualquier caso, más allá de declaraciones acertadas o furibundas, la decisión la tiene la ciudadanía que con su voto pone y quita gobiernos en función de diversas variables: su ideología (derecha, izquierda, independentista o no,…..), valoración de la información que recibe; la utilidad de la actividad y programa de los partidos; la empatía del/la referente político/a; la coyuntura; ……, entre otras cosas. Así funciona la democracia (“el sistema menos malo de los conocidos”). En Sabadell tras el fin de la dictadura el pueblo ha votado alcaldías de diverso signo: comunista (Toni Farres), socialdemócrata (PSC), alternativo (ERC-La Crida) y ahora de nuevo socialdemócrata (PSC). Nada que objetar salvo para quienes eso de la democracia no les cuadra porque no son ellos los elegidos.

En el terreno municipal algunas previas a tener en cuenta:

  • a) Que la práctica totalidad de regidores/as cuando asumen el cargo, son pipiolos que tardan al menos un par de años en ponerse al día por lo que, el aparato administrativo queda prácticamente en manos del funcionariado,
  • b) Que heredan (para bien y para mal) proyectos y errores del anterior gobierno que, les guste o no, deben ejecutar/enmendar,
  • c) La pandemia que durante más de un año ha obligado a todos los gobiernos a priorizar la lucha contra el
    virus y aparcar proyectos,
  • d) El dar cumplimiento a su programa electoral,
  • e) La escasa financiación de los ayuntamientos,
  • f) El destinar recursos municipales a temas sociales por la inacción de la Generalitat,
  • g) La incertidumbre global en la que el mundo está sumido que nos afecta directamente. Nada de ello,
    salvo ignorancia o mala fe, puede obviar ningún análisis por crítico que sea.

Atendiendo a la expresión pensar globalmente y actuar localmente, y si entendemos que lo razonable y prioritario es sumar esfuerzos para ver cómo, en tales condiciones, avanzamos hacia una ciudad de futuro, necesitamos un modelo de gobernanza municipal basado en la interacción gobernantesgobernados en aras a un desarrollo social, económico e institucional sostenible, el camino pasa por consensuar con todos los actores, proyectos estratégicos de ciudad, dejando de lado el sectarismo partidista que solo genera fragmentación y esterilidad.

Y en ese escenario, los roles y retos están definidos: para los partidos, sin perjuicio de sus diferencias ideológicas, poner en marcha marcos deliberativos ciudadanos en los que acordar la estrategia para ir construyendo un Sabadell más equitativo, cohesionado y sostenible, en definitiva, una ciudad en la que merezca la pena vivir y para la sociedad civil reivindicando la defensa consecuente del bien común y, en última instancia, validando o no, en las urnas, el papel de los partidos.

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