‘La vuelta al cole’, por Manuel Navas (FAVS)

ARTÍCULO DE OPINIÓN
Manuel Navas, presidente de la Federación de Asociaciones Vecinales de Sabadell (FAVS).

Que el retorno a las aulas se lleve a cabo sin instrucciones claras de actuación para hacer frente a los eventuales escenario que puedan producirse por contagios y que no se doten de medios humanos y materiales para garantizar medidas de seguridad como la contratación del número de profesorado para bajar las ratios y la habilitación de espacios suficientes para desdoblar clases, indican el nivel de improvisación en el que se mueve la Generalitat.

Siendo cierto que en una pandemia nada es normal, también lo es que desde que irrumpió el virus han pasado meses y se supone que algo deben haber aprendido sobre su comportamiento y transmisión, pero si nos atenemos a los palos de ciego que se han ido dando desde las Consellerias de Salut, Educació y el President, se deduce que de poco les ha servido la experiencia acumulada. Y si a ello añadimos los rifirrafes entre comunidades y Gobierno Central, tenemos un panorama sombrío para que el retorno a clase se realice en las debidas condiciones.

Una situación donde la falta de planificación, la priorización de las políticas reactivas sobre las preventivas y los mensajes contradictorios de miembros del Govern, han logrado que, a pocos días del inicio de las clases, existan demasiadas incógnitas.

La confusión y angustia lógica que invade al alumnado, profesorado y padres ha sido denunciado repetidamente, de tal forma que, no es extraño que existan padres que decidan no enviar sus hijos a clase hasta ver cómo evolucionan la situación y que, en distintos ámbitos territoriales, se hayan convocado huelgas de alumnos y profesores en señal de protesta.

Carece de lógica que no se haya marcado un plan general durante todos estos meses, cuando se sabe que el virus se queda con nosotros: si el riesgo de transmisión es elevado y el inicio de las clases se conoce con suficiente tiempo, alguien debería explicar el por qué no se ha decidido la ratio de alumnos con antelación para contratar al profesorado necesario y habilitar espacios públicos para hacerla efectiva o tener definidos lo necesario en temas como desinfección, mascarillas, comedores, etc., o cómo aplicar las medidas en barracones como l’Institut y escola Virolet de Can Llong, o el cómo se debe abordar el retorno de alumnos a sus casas en un hipotético cierre de clases y la situación de las familias en tales supuestos o el destino del dinero público destinado a la educación post-Covid-19, el cómo se aborda esta vuelta en centros privados y concertados, etc.

Las situaciones complejas requieren establecer unos mínimos que orienten las medidas que deben adoptarse. Así, las clases presenciales, requieren determinadas condiciones y al respecto la opinión de padres y profesores es fundamental, para lo cual la arrogancia de los políticos debe dejar paso al diálogo y en este punto, recordar que si bien el profesorado, al igual que todos los trabajadores de servicios esenciales, hacen encaje de bolillos para paliar los problemas irresueltos por la Administración, la responsable de la gestión de la crisis es la Generalitat.

E insistir en que las batallas electorales entre los partidos del Govern y la instrumentalización partidista de la pandemia, están en las antípodas de lo que necesitamos, siendo fundamental que dejen de confundir el interés público con el interés de “su público”, cuando lo prioritario, y está en juego, es el derecho a la educación y la salud de los niños y la conciliación de esta situación con la vida familiar.

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