ARTÍCULO DE OPINIÓN
Manuel Navas, president de la Federació d’Associacions Veïnals de Sabadell
A finales de septiembre se celebró en Sabadell el Fórum de Democràcia Local, un evento que se ha llevado a cabo durante los últimos cinco años con el objeto de analizar temas que afectan diversos aspectos de nuestra vida cotidiana y que influyen directamente en el modelo social y democrático, especialmente a nivel local. Este año, en el marco de la Semana Europea de la Movilidad, la reflexión se ha enfocado en la gestión y el uso del espacio público. Para ello, se ha contado con la participación de dos ponentes de Sabadell especialistas: Ángel Cebollada Frontera, director del Departamento de Geografía de la UAB, y el geógrafo y consultor Màrius Navazo.
Hubo coincidencia en señalar que el espacio público es, por naturaleza, un ámbito donde confluyen múltiples intereses, lo que lo convierte en algo potencialmente conflictivo. En él coexisten diversos actores sociales -ciudadanos, comerciantes, instituciones, transportes públicos y privados, turistas, etc.-, cada uno con sus propias necesidades y visiones sobre el uso y la gestión de dicho espacio. Estos intereses, a veces divergentes, pueden generar tensiones en torno a cuestiones como la movilidad y el transporte, el uso recreativo y comercial, la cohesión social y la exclusión, la protesta y la expresión pública, así como el medioambiente y el urbanismo. Cuestiones que deben abordarse desde una perspectiva global y con propuestas que atiendan las circunstancias específicas de cada caso.
En particular, con respecto al uso comercial de los espacios públicos, y centrándonos en las terrazas de bares y restaurantes que ocupan buena parte de las calles, plazas, avenidas y paseos más concurridos de la ciudad, el conflicto entre el vecindario y los comerciantes es, en muchos casos, evidente, llegando incluso a generar situaciones más que problemáticas. Es importante tener presente que se trata de un espacio de propiedad pública (de toda la ciudadanía) cedido por el gobierno municipal, a cambio de un precio, a particulares para un uso privativo-comercial.
Para evitar equívocos, aquí no se propone la eliminación de las terrazas, sino la racionalización del uso del espacio público en el que están instaladas, evitando los abusos frecuentes de quienes ocupan más del que su licencia permite, impidiendo literalmente el paso de peatones y menos a personas con discapacidades. Se entiende que las terrazas son importantes para los comercios y que, durante la pandemia, jugaron un papel clave para sobrevivir lo que justificó la flexibilidad administrativa. Pero hoy el control debe ser mucho más estricto. Como también sabemos que las terrazas se han convertido en puntos de encuentro y de interacción social, especialmente en un país como el nuestro, donde el clima invita a disfrutar de la vida en la calle.
Con tales ingredientes, reivindicamos, al igual que en otros municipios, la necesidad de aplicar el sentido común para recuperar el espacio público, con el objetivo de situar al peatón en el eje central de toda planificación. En concreto, respecto a las terrazas, reclamamos a que sean compatible con nuestra capacidad para transitar, pasear, jugar y descansar. Esto se resume en cuatro principios: a) un reparto justo del espacio público; b) usos que garanticen la movilidad y accesibilidad; c) horarios compatibles con la vida cotidiana; y d) un régimen sancionador efectivo, con tolerancia cero (incluida la retirada de licencia) para quienes incumplan la ordenanza.
La gestión del espacio público está vinculada al modelo de ciudad que defienden quienes tienen la potestad de tomar decisiones políticas. En Sabadell, con una mayoría de regidores/as se sitúan en el ámbito de la izquierda y/o progresista, no debería ser complicado consensuar una ordenanza creando un marco de participación a la pluralidad de actores implicados y ofrecer soluciones equilibradas que prioricen la recuperación de los espacios públicos para la mayoría de la ciudadanía. Conocer la voluntad política para iniciar el proceso de racionalización del espacio público está por ver, pero una nueva y urgente regulación de las terrazas, en línea con lo expuesto, sería una señal positiva (la actual se ha mostrado ineficaz). Mientras tanto, queda por presentar instancias y quejas, ante el ayuntamiento y el Síndic de Greuges, denunciando las ocupaciones irregulares/ilegales del espacio público para resolver los casos más flagrantes.
El diari digital iSabadell obre la possibilitat als representants d’entitats, partits polítics i altres col·lectius a enviar articles d’opinió, reservant-nos el dret a la seva publicació. L’espai d’opinió reflecteix la visió personal de l’autor de l’article. iSabadell només la reprodueix.