Foto portada: els caps d'Estat i de Govern de la Unió Europea en videotrucada amb el president d'Ucraïna. Autor: ACN.

‘No cuente conmigo para esta guerra, señor Sánchez’, por Josep Asensio

“Todo el mundo habla de paz, pero nadie educa para la paz. La gente educa para competir y este es el principio de cualquier guerra. Cuando eduquemos para cooperar y ser solidarios unos con otros, ese día estaremos educando para la paz”.

María Montessori, pedagoga

“Necesitamos un fuerte movimiento ciudadano por la PAZ, ya que los dirigentes no van más allá de sus propios negocios y de la sumisión a las grandes mafias”.

José Membrive, poeta

Perdone mi intromisión en su ardua tarea política, pero yo no he sido nunca indiferente a lo que me rodea ni he permanecido impasible ante la injusticia, ante el dolor de mis semejantes, de una humanidad herida desde que tengo uso de razón. Muy probablemente mi personalidad se ha ido forjando a partir de las vivencias de mis familiares, muchos de ellos maltratados por la guerra, por la posguerra, por las humillaciones, por las represalias, por ese fusilado por el fascismo que todavía permanece en la memoria de los que seguimos vivos. Años después fue la guerra en Bosnia-Herzegovina la que me impedía descansar por las noches, la que trastocaba mi mente ante la visión de esos francotiradores que disparaban desde las azoteas a ciudadanos de Sarajevo que intentaban cruzar las calles para buscar algo que comer. Ese genocidio en el centro de Europa me afectó de tal manera que cualquier guerra injusta, todas ellas lo son, señor presidente, produce una reacción humanista en todo mi ser, así se lo confieso. No me da vergüenza transmitírselo de esta manera.

Como puede imaginar por mis palabras, el foco de mi preocupación se encuentra en Ucrania y en Gaza. No olvido otros que pasan desapercibidos por la prensa, quién sabe si deliberadamente, pero son estos dos los que centran mi atención. Y, perdone que se lo diga tan claramente, noto una hipocresía en todos esos líderes europeos, también en usted, percatándome de esos abrazos a Zelenski o a Mahmoud Abbas, que quiero creer que son sinceros, aunque, con el paso del tiempo, compruebo que no son iguales. Me hubiera gustado que ese apoyo que usted le está dando al pueblo ucraniano hubiera sido el mismo para el palestino, mucho más allá de meras palabras bienintencionadas. Así se lo dije en el artículo No es suficiente, Pedro.

Palestina olvidada, señor Sánchez. Siento bochorno y dolor, mucho dolor. ¿Se da cuenta de lo que está pasando en Cisjordania? ¿O solo mira hacia el norte de Europa? ¿Eso no es hipocresía? ¿O acaso es crueldad? ¿Por qué se muestra impasible ante la utilización del hambre como método para acabar con la población palestina por parte del gobierno de Israel? ¿De verdad que lo único que se le ocurre escribir en las redes después de la masacre de centenares de personas en Gaza esta semana es “Atroz. Triste. Inaceptable”? ¿Cuándo dará el paso para romper relaciones con Israel?

En estos momentos la situación es más complicada. Donald Trump no lo está poniendo fácil, pero permítame que, desde mi posición de ciudadano normal, sin el conocimiento que usted y los suyos tienen, le advierta de que la guerra no es el camino. Enviar más armas a Ucrania no es el camino para la paz. Europa, la Unión Europea, nació contra la guerra, en favor de la paz, del entendimiento entre los pueblos, de la colaboración con aquellos más alejados de nuestros valores, desde la comprensión, desde la empatía. Y veo, señor presidente, que detrás de esas reuniones y abrazos con el presidente ucraniano, no hay nada de eso. Aumentar los gastos en defensa es un arma de doble filo que conseguirá, ya lo está haciendo, el empobrecimiento de Europa, que es, muy probablemente, lo que desea la administración estadounidense.

Alejarnos de Rusia es, además de peligroso, contrario a la historia, pues los lazos que nos unen son muchos más de los que nos separan, a pesar de Putin. Europa va a cometer el mismo error, quedar aislada, denostada, humillada. Y no me olvido de esa ingente cantidad de dinero que va a ir a parar a la industria armamentística, en detrimento de los ciudadanos, de los fondos europeos, esos que han logrado cohesionar un poco a todos los ciudadanos de este continente.  Yo sé de dónde se van a sacar esos 800.000 millones de euros. De la sanidad, de la educación, de todo lo que nos une. No nos engañe. El fin del estado del bienestar, señor Sánchez.

¿Cómo quiere que entienda ese apoyo a la democracia a partir de una administración, la de un país como Ucrania, gobernado por un individuo que ha aniquilado a todos los partidos que no piensan como él? ¿Cómo quiere que aplauda esos abrazos a un Zelenski que ha suprimido toda la prensa libre en su país? ¿Por qué no censura al presidente de Israel de la misma manera que lo hace con Putin? ¿Por qué sigue saliendo armamento español hacia ese país y que sirve, usted lo sabe bien, para llevar a cabo la limpieza étnica más vergonzante de toda la historia de la humanidad? ¿Por qué ese interés en lograr la paz en Ucrania y no hacer nada para que también llegue a Palestina? ¿Sabe que Europa va a ser humillada nuevamente por EEUU una vez se logre un acuerdo de paz entre Ucrania y Rusia? Quizás debería leer el artículo Estos políticos y su circo trágico, de Patrocinio Navarro. ¿Me podría desmentir todo lo que escribe?

Señor presidente, las dos guerras mundiales empezaron en Europa. ¿Sabe dónde empezará la tercera? ¿Se lo imagina? ¿Está por la labor de evitarla? Me cuesta creerlo, fundamentalmente porque el camino que usted ha elegido junto con otros líderes europeos no es el que, a mi entender, va a evitar un conflicto de consecuencias más que previsibles. Puedo estar de acuerdo con usted en que debemos defendernos ante las agresiones, ante todas ellas, también las comerciales, que son las que todo indica que van a llegar primero. Pero usted bien sabe o debería saber que hay decisiones que no tienen vuelta atrás. Al aumento del gasto en defensa puede seguir el envío de otro tipo de armamento sobre el terreno, aviones, por ejemplo; ya se está haciendo. Después, soldados, a los que seguirán las bolsas para introducir los cadáveres. Una realidad que muchos analistas ya contemplan si usted no es capaz de pararlo.

¿De verdad que la defensa de un país que no pertenece ni a la Unión Europea ni a la OTAN y con la excusa de la salvaguarda de la democracia justifica la entrada en una guerra de magnitudes catastróficas? ¿No sería mucho mejor trabajar por la paz, aunque esta suponga una pérdida de los intereses máximos de los dos países en conflicto? ¿A quién interesa la guerra señor Sánchez? ¿Qué nos dirá cuando empiecen a llegar a España esas bolsas negras llenas de soldados muertos en los campos de Ucrania?

No pierdo la esperanza, señor presidente. Y no la pierdo porque es lo único que me queda; pensar que, en algún momento, alguno de los líderes que se hacen fotos sonrientes piense que nos jugamos mucho, que los planes belicistas son sinónimos de un horror que acabará llegando. Así nos lo ha demostrado la historia. Usted que se jacta de la necesidad de recordarla constantemente para no repetirla, debería dar ejemplo y, consecuentemente, huir de proclamas que justo indican lo contrario. ¿De verdad que el “amigo americano” lo ha sido en algún momento? ¿De verdad que Rusia quiere invadirnos? ¿No será que los lobbies presionan a los gobiernos para no perder su cuota de chantaje? No son momentos fáciles, lo sé, pero si no apostamos por el humanismo, por la conversación pausada, por mediadores internacionales alejados de arengas militaristas y por soluciones sobre la base del respeto, vamos al desastre. Seguir esa senda es hacer el juego al fascismo. No es lo que queremos. Al menos, no es lo que yo deseo.

¿Sabe? Yo siempre estaré al lado de la paz, pero no de esa que usted nos quiere imponer y en cuyo interior se encuentra la más atroz de las guerras. Esa no. Esa nunca; porque paz solo hay una. “Los dirigentes europeos pueden llevarnos a la guerra sin quererlo, por una solidaridad mal entendida, o por sobrestimar sus capacidades actuales. La primera guerra mundial empezó así, por un error de cálculo, y terminó en catástrofe”, ha escrito José Enrique de Ayala, miembro del Consejo Asesor del Observatorio de Política Exterior, del Consejo de Asuntos Europeos y del Consejo de Seguridad y Defensa de la Fundación Alternativas”. Quizás debería escucharle.

L’espai d’opinió reflecteix la visió personal de l’autor de l’article. iSabadell només la reprodueix.

Foto portada: els caps d’Estat i de Govern de la Unió Europea en videotrucada amb el president d’Ucraïna. Autor: ACN.

Els comentaris estan tancats