‘Ruleta rusa’, por Josep Asensio

La periodista Lola García no se va por las ramas. Habla abiertamente de la apuesta del independentismo por jugar a la ruleta rusa. Una opción que puede ser más que dolorosa para la mayoría del pueblo español y para los ciudadanos que viven en Catalunya. Joan Coscubiela decía hace unos días que había que buscar una salida más que una solución a un asunto que se va a enquistar o va a explotar. La explosión puede producirse si las derechas extremas logran sumar en unas elecciones en las que se juega mucho más que un gobierno. Seguramente vamos a definir la España de la próxima década, en la que la involución puede llegar de manera brusca, con una insospechada situación que puede dar al traste con los avances en todos los ámbitos que se han producido hasta ahora. Es muy peligroso que ya no haya diferencia entre las propuestas de Casado, Rivera y Abascal. Igualmente grave que el primero se vea presidente y que la aparente nueva política de Ciudadanos se haya transformado en un apéndice de la guerra de guerrillas que el PP ha instalado en la sociedad, jugando a una agitación continua que únicamente pretende poder acceder a las instituciones para descuartizarlas.

Pablo Casado. Autor. David B.
Pablo Casado, en Sabadell, en diciembre de 2017. Autor. David B.

En el lado independentista, la irresponsabilidad es despiadada. El rechazo a los presupuestos más progresistas de los últimos años demuestra una vez más su incompetencia y su falta de empatía por una sociedad, la catalana, que tenía mucho que ganar con ellos. Las tesis de Puigdemont y de Torra se han impuesto a unos moderados ausentes ya desde hace tiempo. Piensan erróneamente que la llegada de la derecha al gobierno de España tendrá efectos inmediatos en la implementación de la República y, ahora sí, Europa no tendrá más remedio que aceptarla. No será así. Es probable que tanto Rivera como Casado tengan que tragarse sus palabras y, consecuentemente, apostar por la negociación y el diálogo, no ya con los independentistas, sino con la sociedad en su conjunto, aceptando su diversidad. Ahora mismo eso es imposible puesto que se han instalado en una diáspora vengativa y derrotista que no se corresponde con la realidad y todo hace pensar que, si tienen la llave de la gobernabilidad, no les temblará el pulso para aplicar un 155 perpetuo.

Ya empiezan a aflorar las críticas a esa bofetada que ha supuesto la estocada mortal a los presupuestos por parte de los partidos independentistas. Empezando por el PNV, que siempre ha actuado de manera prudente en la consecución de una calma completamente necesaria para avanzar en todos los aspectos. Pero ya hace tiempo que desde Catalunya, los causantes de la fractura social ignoran sistemáticamente las llamadas a la prudencia, al seny y, a pesar de las mejoras de todo tipo que se pueden producir en todos los sentidos, Torra y sus seguidores han abandonado toda idea de restablecimiento de puentes.

Su cabezona idea de la autodeterminación no puede entrar en ninguna negociación, básicamente porque no existe ese derecho por mucho que se repita constantemente. Y lo sabían.

Por lo que solamente hay un culpable de lo que pueda pasar a partir de ahora y tenemos la obligación de señalarlo. No voy a recordar todo lo que perdemos con esa decisión, pero sí señalar que se desperdicia una ocasión única para revertir los recortes iniciados por Rajoy, con ayudas a la dependencia, a becas para estudiantes, para comedores escolares, para parados de larga duración, para violencia de género, para empleados de centros que trabajan con personas necesitadas, en definitiva una bocanada de aire para muchos colectivos que estaban sumidos en el completo olvido. Así pues, las derechas, las muy españolas y las muy catalanas han pisoteado los presupuestos más sociales de la historia de nuestro país. Y lo han hecho poniendo por delante sus banderas. ¿Acaso hay alguna diferencia entre todos ellos? ¿Acaso no han disparado sus mortíferas convicciones contra todos nosotros?

Además, el independentismo ha desperdiciado su última oportunidad. Ha jugado su última carta, a sabiendas de que va a perderlo todo. Pedro Sánchez ha sido fiel a sus principios, a los establecidos en la Constitución, que son los de todos, a pesar de las mentiras y las falacias de Casado y Rivera que, junto con Vox, han protagonizado el mayor fraude de la historia de la democracia. Han conseguido hacer creer que Sánchez es poco menos que un terrorista que quería romper España dando a Catalunya lo que solamente quiere menos de la mitad. Pero no, Pedro Sánchez ha salido airoso de una situación que lo ahogaba de una manera cruel, con una dignidad que le honra. Ha iniciado un diálogo que Rajoy rechazó; ha intentado crear comisiones de trabajo para atraerse a un independentismo que quedó anclado en el 1-O y que, como PP, Ciudadanos y Vox, basan sus postulados en la mentira, una mentira que repite mil veces a ver si alguien se la cree. Una mentira que va en la línea de que el juicio a los que rompieron todas las leyes es en realidad contra toda la sociedad catalana, contra unas ideas. Si fuera así, el propio Torra estaría en prisión.

Foto portada: Torra. Autor: ACN.
El president Torra, en la última Diada. Autor: ACN.

No pinta bien el futuro. Las ideas enquistadas producen una gangrena que va a supurar sangre. La vía eslovena sigue en la mente de muchos de los que piensan que solo con violencia podrá arreglarse todo. Nunca se enmienda nada con violencia. Una sociedad fracturada puede convertirse en una sociedad muerta, con muertos de verdad. La sanguinaria verborrea de unos y otros conduce a un conflicto permanente y, quizás, civil. Lo veo y no lo deseo.

En estos momentos me viene a la mente la prudencia de Santi Vila que, a pesar de ser tildado continuamente de traidor, anhela ese entendimiento con las Españas y que tan bien refleja en el artículo publicado en La Vanguardia. No soy optimista, pero algo me dice que tiene que haber más gente como él que, como Coscubiela, están buscando esa salida que la mayoría también deseamos. Quizás es un sueño, pero ante lo que se nos avecina, los justos, los prudentes, los que valoramos y apreciamos todo lo que tenemos y apercibimos la debacle, debemos posicionarnos a favor de esa cohesión que necesita España y Catalunya. Van a ser semanas de mentiras y calumnias despiadadas. El poder no tiene límites. Pero los ciudadanos seguimos siendo el pilar que todo lo sustenta o todo lo cambia. Nos toca valorar si vale la pena jugar a la ruleta rusa. Las balas que se disparen irán siempre a los mismos, a nosotros.

Foto portada: pla mitjà del president del govern espanyol, Pedro Sánchez, a la roda de premsa posterior al Consell de Ministres extraordinari del 15 de febrer de 2019. Autor: ACN. 

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