‘Pactos de la Moncloa y situación política actual’, por Juan Ignacio Valdivieso

ARTÍCULO DE OPINIÓN
Juan Ignacio Valdivieso, histórico del PSUC, fundador de CC.OO y miembro de Sabadell en Comú 

En los momentos actuales se están haciendo bastantes referencias a los pactos de la Moncloa. Las situaciones son diferentes, pero con hilos y contenidos de fondo muy parecidos. Entonces se decidía si continuaba la dictadura con retoques cosméticos o se configuraba un bloque democrático amplio para restablecer las libertades democráticas después de 40 años de dictadura, que se mantuvo por la fuerte represión ejercida pero que al final no pudo frente al empuje de la lucha obrera y democrática.

Se firmaron los pactos de la Moncloa que sentaron las bases de la nueva constitución. Se recuperó la libertad de expresión, el derecho de reunión y asociación política y sindical. Se creó el delito de tortura, la plena escolarización y el personal necesario. El código de de derechos de los trabajadores, con el derecho a la negociación colectiva,y el estatuto de la empresa pública. En el IRPF por primera vez se establece el carácter progresivo de un impuesto. La pensión media se incremento un 30%. Se estableció la despenalización del adulterio y de las prácticas antiabortivas.

La reacción de los sectores mas reaccionarios y la derecha franquista no se hizo esperar. Oposición radical de la patronal CEOE, recientemente constituida por Ferrer Salat, de Alianza popular de Fraga (el PP de hoy). La mayoría de la cúpula de la iglesia, en contra de la opinión del cardenal Tarancón y la mayoría de las bases de la iglesia. Del Ejército, en proceso conspirativo y golpista, que culminó cuatro años después en el 23.F. No había alternativa, o se iba a una política democrática de frente amplio para sentar las bases de una nueva constitución, democrática, social, y de derecho,como así fue. o una dictadura muy reformadita, epidérmicamente, que sin lugar a dudas EE.UU reconocería y una parte de Europa miraría para otro lado. Como sucedió después de la segunda guerra mundial.

De 1977 a 1978, año de los pactos de la Moncloa, se produjo un extraordinario proceso de movilización obrera y convocatorias de huelga, de 2,47 millones de trabajadores afectados por huelga en 1977, se pasó a 3,42 millones,en el 78 ,un incremento del 38,4%. En salarios pacto se pactó una vanda del 20-22%, sobre la” masa salarial”, incluyendo las cotizaciones a la seguridad social,no fue sobre el salario individual.El incremento medio pactado fue del 20,6%, no se perdió poder adquisitivo. Pero anteriormente al 78, se impusieron decretos de congelación salarial, que fueron ampliamente rotos, con conflictos, y huelgas, durísimas. Pero la comisión mixta del vertical y del ministerio de Trabajo (el falangista Solis Ruiz) los anulaba a través de los famosos LAUDOS, de obligado cumplimiento. Lo que generaba malestar y frustración, nos quitaban por arriba lo que conquistábamos por abajo. El el estatus y bloqueo de la situación política no podía continuar. El acuerdo democrático contra la dictadura era imprescindible para dar cauce a las movilizaciones y reivindicaciones obreras.

En el debate sobre la transición, Marcelino Camacho dijo muy acertadamente, que lo qué se produjo fue una “ruptura astillada”, sí astillada, no fue de un solo golpe,pero fue una ruptura. No fue una “reformilla”. Sentó las bases de una Constitución Social y de Derecho de lo más avanzado, que hoy tanto Unidos Podemos como el gobierno de coalición la están utilizando para levantar un muro social y progresista, un “escudo social” frente a la crisis del covid 19 y del neoliberalismo radical imperante, con profundos recortes, privatizaciones, y pérdida de derechos conquistados.

Como no había sucedido desde el inicio de transición.provocando un agujero negro de precariedad laboral, social, de vida, que ha multiplicado desigualdad social y la pobreza,incluyendo la infantil, lo que sobrepasa la política,en sentido estricto, y se convierte en un problema moral,ético de nuestro tiempo. El pulso por la actual salida a la crisis, para que paguen más quien más tiene, rompiendo esta especie de maldición divina, de opresión social ya metabolizada, tendría un efecto liberador de las clases trabajadoras. Sentado un precedente, que afectaría al presente y al futuro. Por eso hacen mucho ruido y conspiran, para impedirlo.

Lo parecido de entonces con la situación actual, es que hoy estamos en un momento crítico, determinante, o se va hacia adelante con una política de progreso, de justicia y cambio social, de giro a la izquierda frente a la crisis, o se va a una regresión, involución, histórica, muy negra y oscura, que nos lleva a las políticas y prácticas de la dictadura franquista, de la extrema derecha y del fascismo (ahí están). Desde el inicio de la transición no se había pasado por un momento histórico tan determinante, esto es como una segunda transición para dejar atrás las políticas neoliberales extremistas, una especie refundación democrática, social y de derechos, en los momentos actuales. Lo mismo que se hizo, en el 78, para dejar atrás la dictadura.

Carrillo no se equivocó por el pacto político, para acabar con la dictadura tal cual, lo demás en democracia es lucha social y de clase. Se equivocó por una renuncia de carácter identitario, sobre la bandera y signos de identidad republicanos, que no procedía.

Se adjunta la declaración del comité local del PSUC de 25 de octubre de 1978 sobre los pactos de la Moncloa.

Declaración sobre los Pactos de la Moncloa del comité local del PSUC, primer página.
Declaración del Comitè Local del PSUC, segunda página.
Declaración del Comitè Local del PSUC sobre los Pactos de la Moncloa, segunda página.
Foto portada: representantes políticos en la firma de los Pactos de la Moncloa.

Comments are closed.