ARTÍCULO DE OPINIÓN
Antonio Roa Márquez, responsable de Organització i Finances de Podem Sabadell
Ya tenemos presupuestos. A priori, son unos presupuestos poco disruptivos, con más ladrillos que personas donde, por desgracia, se ve demasiado el acento de JxC.
Cuando Marta Farrés dice que pone en el centro a las personas, vemos que es más un eslogan que la realidad. El poner a las personas en el centro significaría que se lucha por los más desfavorecidos de la ciudad, que para nosotros, entre otros grupos, nuestras personas mayores que, solas y desamparadas, no disponen de ninguna ayuda más que la de sus familiares. Sí, sabemos que la construcción de una (o dos o tres) residencias públicas en Sabadell (ahora no tenemos ninguna) son responsabilidad de la Generalitat de Catalunya y no tienen mucho que ver con los presupuestos municipales. Pero éstos marcan la voluntad y la línea a seguir. Y más cuando tienen el apoyo de JxC, partido que gobierna en Catalunya. ¿De verdad están en el centro nuestra gente mayor, desamparada por no tener medios suficientes para poder ir a una residencia pública?
También sería ponerse al lado de la gente el apoyar a aquellos que, por desgracia, son desahuciados de su hogar. En una ciudad donde la crisis del Covid-19 ha azotado sobre todo a la clase trabajadora, sería de gran ayuda alguna herramienta como la oficina antidesahucios que se instauró en Palma, con buenos resultados. Puede que el Ajuntament no sea directamente responsable de este problema. La ayuda a los ciudadanos siempre es necesaria, pero para las personas que sufren el drama de un desahucio por causas casi siempre ajenas a ellos, es indispensable.
Por una transformación verde más que necesaria, urgente
Tampoco se prevé que con los fondos Next Generation haya una transformación verde en la ciudad. Al revés. En un planeta cada vez más enfermo, creemos que se pierde una ocasión de oro para que Sabadell sea de una vez por todas referente en algo: en ecología. No se lanza ni una sola línea de actuación para esa transformación. Así, mientras algunos ayuntamientos bonifican con un 30 por ciento el IBI a las viviendas que instalen placas solares, aquí se apuesta por la subida de ese impuesto. O mientras que ayuntamientos cercanos (Sant Cugat del Vallès) crean aparcamientos a las afueras y lo enlazan mediante autobús gratuito con el centro, como una fórmula para pacificarlo, aquí se apuesta por ampliar la oferta de aparcamiento privado en pleno Passeig Manresa. Y, ¿por qué no promover desde el Ajuntament una política de retorno de envases como hacen en países como Alemania o Finlandia, donde la población puede retornar las latas de aluminio o botellas de plástico a cambio de la devolución de parte de su coste? Así aseguramos que un porcentaje amplio de esos envases se reciclen.
Estamos asistiendo atónitos al bochorno de la cumbre del clima. Sabemos de antemano cuál va a ser el resultado. El pasado día 18 Ramón Górriz y Vicente López publicaban en Público el artículo “La Cumbre del Clima 2021: un paso más hacia la hecatombe medioambiental y social”. Un título más que expresivo. Obama, en esta conferencia, dijo lo mismo que en el 2015: que el mayor desafío de la humanidad era el medioambiental.
No podemos esperar a que grandes dirigentes nos resuelvan los problemas, hemos de empezar por nosotros mismos, nuestro barrio y nuestro municipio. Como el célebre eslogan que no por mucho repetirse pierde valor: “piensa globalmente, actúa globalmente”. Así que si queremos que nuestra ciudad sea un referente en ecología (con estos presupuestos, lo dudo) hemos de hacer muchas pequeñas cosas para conseguir algo grande. Y ya vamos tarde.
Por tanto, ni gente ni transformación ecológica. Otra oportunidad perdida.