ARTÍCULO DE OPINIÓN
Cuca Santos Neyra, Secretaria General del Partido Popular de Sabadell
Sabadell vive sumida en una parálisis desde hace casi una década, desde la explosión del caso Mercurio la ciudad se ha visto inmersa en un letargo político y social, carente de proyectos sólidos que reestructuren y dinamicen la ciudad adaptándola a los nuevos tiempos y a los retos del futuro.
El anterior mandato estuvo fuertemente marcado por la política ideológica, centrado en el impulso del fracasado proceso independentista, gobernando sólo para satisfacer las aspiraciones identitarias de una parte de la sociedad sabadellense e ignorando y marginando a todos los que no compartían el catecismo de la izquierda secesionista.
El cambio de gobierno acaecido en el 2019 no ha mejorado las expectativas de la ciudad, el tripartito compuesto por PSC, Podemos y JxS, parece haber nacido para cubrir metas y ambiciones personales y no para mejorar la vida de los ciudadanos.
Si bien es cierto que la pandemia ha supuesto un enorme obstáculo en el trayecto de todas las administraciones, no puede ser la excusa que justifique las terribles carencias a las que se enfrenta la ciudad, necesidades que precisamente la crisis del Covid han agravado y cronificado.
Junto a la emergencia sanitaria ha estallado una grave emergencia económica y social que requiere de un esfuerzo extraordinario por parte de toda la sociedad para superarlas. Las sociedades, como organismos vivos y dinámicos, son sistémicas, es decir, son sistemas conectados e interdependientes donde cada individuo, entidad y colectivo depende del resto.
Las transformaciones sociales no pueden afrontarse solo desde una parte del sistema, debe involucrarse a la totalidad de sus componentes. Las administraciones públicas, las empresas privadas, las entidades del tercer sector, la sociedad civil…son piezas de una misma maquinaria, si una falla, falla toda la sociedad. Sabadell, una vez superemos la pandemia, se enfrenta a tres grandes retos: el político, el económico y el social. Toda su maquinaria debe estar dedicada a transformarla en una ciudad emprendedora, competitiva, sostenible y solidaria.
La emergencia social no sólo puede afrontarse desde políticas centradas en subsidios y bonificaciones, la responsabilidad de las administraciones es la de procurar a las personas de los medios para poder ser individuos plenos e independientes, algo que sólo se consigue a través de la formación y del empleo.
Por ello es indispensable la vinculación de las ayudas sociales a la formación y a la búsqueda de empleo, en ningún caso estas ayudas deben convertirse en un medio de vida, eso evidenciaría un enorme fracaso social. Para ello es necesario un mayor esfuerzo en la ampliación de la oferta de cursos y plazas de formación profesional consensuadas con las empresas de la ciudad para que se adapten a la oferta laboral y a los perfiles profesionales más demandados.
El otro componente de la ecuación a parte de la formación, es la creación de puestos de trabajo, facilitando la creación de empresas y no entorpecer los trámites de apertura con exceso de burocracia y una fiscalidad abusiva. Siempre es preferible contar con un gran tejido empresarial que pague impuestos razonables, que uno reducido agobiado por impuestos confiscatorios que impiden su viabilidad y la posibilidad de elevar la contratación y aumentar los salarios a sus trabajadores.
Sabadell debe convertirse en un polo económico esencial, promoviendo la creación e instalación de empresas que proporcionen empleos de calidad y salarios dignos. Atrayendo a las nuevas industrias tecnológicas e innovadoras, apostando por un equilibrio entre economía y sostenibilidad y sin olvidarnos del comercio de proximidad, las pequeñas y medianas empresas y los autónomos, que en la actualidad crean el doble de empleos que las grandes empresas.
Por su parte, los empresarios han de comprometerse a adaptar sus empresas a la conciliación familiar y a la sostenibilidad económica de sus empleados con sueldos adecuados a los costes de la vida y evitar la precariedad laboral y los llamados “trabajadores pobres”, personas que a pesar de tener trabajo no pueden afrontar con sus salarios los costes básicos de la vida.
Conseguir que la mayor parte de la ciudadanía tenga un empleo que le permita llevar a cabo su proyecto de vida, es la base esencial de todo estado del bienestar, aumenta el consumo de las familias y por ende la productividad de las empresas y reduce drásticamente los problemas sociales que se derivan de la pobreza y la emergencia social y que en Sabadell sufrimos cada vez más acuciados: delincuencia, ocupaciones y conflictos vecinales.
La escalada de delitos contra la propiedad privada, asaltos a viviendas, peleas entre bandas de delincuentes, el incremento de las plantaciones de marihuana y el tráfico de drogas e incluso asesinatos violentos es ya una evidencia que desborda a nuestra insuficiente y mal tratada plantilla de la policía local que elevan los problemas de seguridad a lo más alto del listado de preocupaciones de los vecinos de Sabadell. Es evidente que es preciso un aumento de recursos humanos y materiales de la Policía Local para poder enfrentarse a estas situaciones en condiciones óptimas.
En los últimos años hemos vivido un incremento de estas lacras y el gobierno local parece ajeno al problema e incluso niega la realidad que viven muchos ciudadanos y que en determinados barrios es ya insostenible.
Una de las estrategias urbanísticas más exitosa para reducir las desigualdades, es crear en cada barrio entornos seguros con la implantación de la policía de proximidad, la dotación de equipamientos en buenas condiciones y mantener sus calles limpias, y muy importante también, el dotarlos de un transporte público eficaz que les comunique con el resto de la ciudad y las poblaciones cercanas.
Sabadell precisa de un nuevo plan integral de barrios que palie la degradación de muchas zonas de la ciudad que se han visto marginadas y olvidadas a lo largo de los años. No es lógico que el consistorio vaya a gastar un millón de euros en volver a levantar y remodelar el Passeig de la Plaça Major, que se reformó hace tan solo siete años, cuando hay barrios que precisan de reparaciones urgentes y carecen de determinados servicios básicos. Que se proceda a la peatonalización tan sólo de calles del centro para reducir las emisiones de vehículos y el ruido, expulsando de esa forma el tráfico a los barrios de la periferia que ven incrementada la tasa de contaminación atmosférica y acústica.
La degradación sobre todo de algunos barrios, su falta de mantenimiento y limpieza afecta psicológicamente a los ciudadanos que los habitan, alejan la inversión y afecta negativamente a la economía del comercio de proximidad, creando ambientes tóxicos que atraen la delincuencia y la conflictividad.
La ocupación de viviendas y las mafias que la manejan, son elementos distorsionantes y motivadores de la degradación que aqueja a un nivel generalizado, pero con especial gravedad, a determinadas zonas de Sabadell.
El principal causante de este problema creciente es la completa inacción de los gobiernos tanto a nivel local, autonómico y nacional en políticas de vivienda social, mirando para otro lado ante el incremento escandaloso de ocupación de viviendas privadas, ya que de esta forma solucionan un problema, que debería asumir la administración pública, a costa del patrimonio de ciudadanos particulares.
Es urgente la creación de un parque público de vivienda de emergencia social y la reforma de las leyes que faciliten el desalojo de los okupas, algo que no parece estar en la mente de nuestros actuales gobernantes.
Estas problemáticas son las que precisan de una actuación urgente, pero eso no debe evitar que nos preocupemos también de otros aspectos de la vida sabadellense que consideramos también muy importantes: la movilidad, la sostenibilidad medioambiental, la vida cultural y de ocio, las necesidades de la tercera edad y de los jóvenes…
Desde el Partido Popular de Sabadell este es nuestro diagnóstico y trabajaremos desde el municipalismo en propuestas viables y eficaces, personalizadas y adaptadas a las peculiaridades de cada barrio, de cada calle, para ello escucharemos a sus vecinos, a los comerciantes, a las asociaciones y entidades de tercer sector, y les iremos presentando estas propuestas en reuniones vecinales y esperemos sirvan como tratamiento que cure las necesidades urgentes de nuestra ciudad, una ciudad que con buenas políticas volverá a ser un referente de prosperidad y bienestar social.