Yúlia Petryshyn, ciudadana ucraniana: “Si Europa no nos ayuda lucharemos hasta la última gota de sangre”

Yúlia es una ucraniana de 29 años que reside en Sabadell. Ha vivido, con la impotencia propia de la distancia, los hechos que se han ido sucediendo en su país, desde el estallido de las protestas en Kiev a la ocupación de Crimea, que este domingo vota en vertiginoso referéndum su futuro. iSabadell ha compartido con ella uno de esos momentos de tensa espera, durante el que ha relatado su sentir de los acontecimientos.

Ivano-Frankivsk es una región del Oeste de Ucrania que se erigió como bastión inexpugnable ante las invasiones tártaras, otomanas y rusas. Cuentan que osadía y orgullo están grabadas históricamente en el gen de sus gentes, y que se han puesto a prueba incontables veces; la última en fechas muy recientes.

Cuando empezaron las muertes en el Maidán y las gentes de Kiev estaban agotadas, empezó a llegar mucha gente de mi región para seguir luchando”, narra Yúlia con un punto de ese orgullo natal.

Yúlia Petryshyn nació en el pueblo de Broshniv hace 29 años. Desde hace una década vive en Sabadell, con su madre y su marido. Es técnica de radiodiagnóstico de forma intermitente, cuando las sustituciones y los recortes lo permiten. También estudia catalán en sus ratos libres.

En casa de Yúlia la tele siempre está encendida, fija en cadenas de noticias internacionales. Confiesa que en su hogar apenas se descansa en los últimos cuatro meses, pendientes del televisor. Sigue con ansiedad la actualidad del país en el que sigue viviendo su padre, hermana, parientes y amigos. Por ello le indigna la cobertura mediática de los hechos de su país, por la poca profundidad y por el predominio de las informaciones que llegan de Rusia. Encima de esa ventana abierta al mundo hay un doble banderín de Ucrania y Europa: la patria de origen y la esperanza de futuro siempre están presentes. Y estos días también es frecuente evocar la presencia del demonizado Putin, al que su madre Nadiya compara con Hitler. Un prometedor escenario con el qué arrancar la entrevista.

Las del Euromaidán son la segunda gran ola de manifestaciones en una década, después de la Revolución Naranja ¿Qué problemas ha tenido Ucrania para que sucedieran estas protestas?
Estos diez años el pueblo ucraniano ha aguantado una dictadura, en la que gobernaba Yanukovich, un presidente de paja a las órdenes de Putin. Y las condiciones de vida eran muy malas. La gente pagaba impuestos y no tenía ni carreteras ni autopistas en condiciones; faltaban servicios de limpieza y recogida de basura; no había seguridad social, con recetas y médicos gratis; ni prestaciones para los discapacitados. Trabajan mucho y cobran un salario mínimo de 100 euros al mes. Cuando llegas a la edad de jubilación cobras una miseria, entre 50 y 100 euros, con los que no puedes comprar casi nada y tienes muchas dificultades para seguir viviendo. Esto no se podía aguantar más, llegamos a un punto en que la conciencia se despierta.

¿En qué momento alcanzan ese punto límite?
Yanukovich siempre prometió que íbamos a firmar el acuerdo de asociación con Europa, algo que representaba un sueño para nosotros, para poder salir de la dictadura hacia la democracia. El punto límite es el pasado 30 de noviembre: había establecida una fecha para firmar y él se negó, algo normal, porque Rusia no le iba a dejar. Empezaron las protestas de los estudiantes, que querían viajar y estudiar fuera; y les siguieron doctores, profesores y otros colectivos; todos salieron juntos a la calle. Ese 30 de noviembre el Berkut [fuerza especial antidisturbio] reprimió una protesta pacífica de estudiantes que se manifestaba en el Maidán por la democracia y los derechos, esa noche empezaron las muertes. En ese momento estalla todo, la gente de los pueblos se desplaza a Kiev para protestar por una dictadura tan terrible. Desde el 30 de noviembre la gente está en el Maidán, esperando alguna solución, luchando contra la dictadura.

¿Cómo ha vivido esas protestas desde aquí?
No hemos podido dormir mucho estos meses, como máximo dos horas diarias. Estamos mirando siempre la tele para ver qué pasa, muy nerviosos a la espera de lo siguiente. Estamos más preocupados porqué desde aquí no podemos hacer nada; yo me hubiera ido al Maidán si estuviera allí, porqué aquí duele mucho el corazón por no poder actuar. Lo único que podemos hacer es salir a manifestarnos los domingos en Barcelona, para intentar hacer presión a la Unión Europea; nada más. Por eso sufrimos tanto, porque cada vez que despertamos hay nuevas noticias; cómo lo que está pasando ahora en Crimea. Desde la distancia todo parece un videojuego con un nuevo nivel de dificultad cada día.

Como ucraniana que reside en un estado de la Unión Europea, ha visto las consecuencias de las políticas económicas y las medidas de austeridad aplicadas desde Bruselas ¿Cree que el hecho de que Ucrania entre en Europa es una buena solución?
Por supuesto. Aquí en España también hay problemas, hay poco trabajo y poca estabilidad, pero no existe una dictadura, no existe tanta corrupción. Si pagas impuestos puedes ir al médico; si quiero abrir un negocio no me imponen tantas condiciones. Más o menos existe una democracia, vemos como de momento la gente se manifiesta, algo por lo que allí han matado. Está claro que no es un milagro ir a Europa, pero es una solución.

¿Tienen esperanzas en la gestión de este nuevo gobierno, fragmentado en diferentes formaciones?
Sí que la tenemos. No es nada fácil para ellos estar ahora en el gobierno, no pueden hacer mucho. Estamos sin dinero, Ucrania es pobre desde hace muchos años y parte del dinero que había se lo llevó Yanukovich. Pero Maidán lo ha cambiado todo, no vamos a hacer cómo antes, volver a casa y dejarles hacer lo que quieran, vamos a controlarles. Para eso vamos a tener elecciones en mayo. No podemos decir que todo saldrá bien, pero por lo menos no tenemos un dictador.

¿En la etapa anterior a la última elección de Yanukovich habían mantenido esperanzas de cambio?
Con [Yúlia] Timoshenko teníamos esperanza; más tarde firmó unos acuerdos con Rusia que perjudicaban a Ucrania y creo que aun podía haber trastocado todo más; pero entró en prisión y ahí se acabó su etapa. Yanukovich ganó las elecciones, pero hay que decir que las elecciones en Ucrania son falsas, ha habido fraudes electorales. Con Yanukovich empezó una dictadura clara en la que las malas condiciones de vida nos hacen luchar por sobrevivir. La corrupción es muy grande y aparte de pagar impuestos, debes sobornar a funcionarios para hacer algunos trámites. Y todo este dinero iba al partido de Yanukovich y al propio Yanukovich, cómo hemos visto en su palacio de Mezhigorie. Mantener a nuestro presidente valía varios millones de dólares diarios y nuestros sueldos van de 100 a 200 euros mensuales.

Yúlia Petryshyn en el salón de su domicilio de Sabadell.

A pesar de todo una parte importante del país apoyaba a Yanukovich; en el Este ganaba el Partido de las Regiones en todos los comicios.
Le apoyaban porqué todavía no sabían lo que nos esperaba, creían sus promesas. Él es un hombre de esa región, más prorusa, otro gran motivo. Si a esa gente les preguntas hoy no quieren a Yanukovich; han visto la dictadura, han visto que todo era mentira. Detrás de sus victorias había fraudes electorales. Y ahora percibimos que la gente que sale en televisión manifestándose a favor de Rusia y Yanukovich están pagados. Mi primo vive en el Este y le han ofrecido ganar dinero si va a la plaza a manifestarse por Rusia. ¿Cómo puede Putin considerar a Yanukóvich un presidente legítimo, si el mismo Parlamento ha votado en contra? Si Yanukóvich hubiera dimitido antes, podría seguir viviendo en Ucrania. Al fin y al cabo,Yanukovich era la mala hierba que se veía, pero Putin es la raíz.

¿El ciudadano de Ucrania se siente más europeo que ruso?
Claro, incluso los ciudadanos del Este se sienten europeos. En Ucrania vive gente que habla ruso y otra que habla ucraniano, es algo normal; como lo que pasa aquí en España, donde conviven catalán, castellano y gallego, y no hay problemas. Durante estos 22 años de existencia de Ucrania ellos han hablado ruso y nosotros ucraniano, pero nos hemos entendido bien y vivido perfectamente, teníamos amistad y no había ningún problema. Y ahora tampoco existe ningún problema real, esto que vemos es una tensión étnica provocada, improvisada y fomentada por Putin. Putin ha perdido el control de Ucrania, que era una república satélite que controlaba con Yanukovich, algo que le ha enfurecido y por eso quiere quedarse con una parte. Empieza a fomentar una tensión étnica, improvisando un conflicto para tener un pretexto con el que entrar en Ucrania con militares. Creo que la mayoría de gente que vive en el Este no quiere ir a Rusia, quiere vivir en Ucrania. En Ucrania hablan su lengua, tienen libertad, tienen su cultura y no hay represión. Por eso no hay motivo para coger un trozo de Ucrania y pasarlo a Rusia.

Lo que está pasando en Crimea.
Quien quiera puede marcharse a vivir a Rusia, como he hecho yo viniendo a aquí, pero no se puede dejar que Crimea sea rusa por unas pocas personas que se manifiesten a favor de ser rusas. Aquellos que quieren que Crimea siga siendo parte de Ucrania no pueden protestar, porqué las ciudades están controladas por militares rusos no identificados, no pueden salir con una bandera ucraniana en su propio país y defender que son una mayoría que habla ruso y quiere vivir en Ucrania. Estos días se emitieron las imágenes de una chica que se manifestaba a favor de Ucrania y era detenida por los militares. Solo dejan manifestarse a aquellos que son prorusos. Escoltan estas manifestaciones, que son itinerantes, la misma va viajando por distintas ciudades.

¿Opina que, fuera de este conflicto mediático, las dos Ucranias pueden llegar a entenderse?
Se entendían hasta ahora, no había ningún problema. En Maidán había gente de Crimea, gente de Jarkov, de Donetsk, del este, oeste, del sur; de toda Ucrania. No solo de la región oeste como dicen los medios rusos. Había de toda Ucrania porqué estaban hartos todos. Con la gente no hay ningún problema, el problema viene de Rusia. El resultado del referéndum irá a favor de Rusia, las ciudades están controladas por los rusos y van a falsificarlo. Por eso no dejan entrar a ningún observador de la Unión Europea, ni tampoco a los políticos que gobiernan en Kiev ahora. Es un territorio ocupado y cerrado por los rusos, nadie puede entrar a revisar que este proceso tenga transparencia, ¿cómo podemos fiarnos de ese referéndum?

¿Cree que el nuevo gobierno que hay en Kiev puede hacerle frente a Putin?
El gobierno sólo, sin en el apoyo de la gente, no puede hacer mucho. Tenemos este nuevo gobierno porqué la gente estaba allí, sin apenas dormir o comer. Los ucranianos son gente muy patriota, muy valiente, y estaban allí luchando, incluso muchos han muerto por ello. Y la ayuda de Europa será bienvenida, con ella podemos solucionar problemas con Putin sin víctimas o con muchas menos. Si no nos van a ayudar y hay que luchar, vamos a luchar, eso segurísimo, hasta la última gota de sangre. Nosotros no somos enemigos de Rusia, no queremos guerra porqué hay familias con lazos, pero tampoco queremos que nadie invada nuestro territorio, ni volver a vivir una dictadura como la que hemos vivido. Queremos una verdadera democracia, por eso elegimos Europa. En lo que pasó en Kiev no había ayuda de Europa. Los ucranianos, solos, hicimos lo que pudimos. Aun así hemos ganado, gracias a la valentía de la gente. Estoy segurísima de que ahora no hay marcha atrás, ha habido muchos muertos. No renunciaremos a la libertad porque significaría que han muerto por nada.

Foto portada: Yúlia Petryshyn en su domicilio de Sabadell. Fotos: David B.

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