Opinión de Josep Asensio: ‘A todo cerdo le llega su San Martín’

Así de contundente se mostró el mismo día de las elecciones Olga Henao, la que se hiciera famosa por sus escarceos amorosos con el expresidente de la Junta de Extremadura, José Antonio Monago. Si bien todo parece indicar que esta famosa y durísima expresión idiomática iba contra él, poco después la propia Olga lo desmentía y señalaba que se refería al Partido Popular en general como consecuencia de los malos resultados conseguidos el domingo día 24 de mayo. Ninguneada y despreciada según ella, lanzaba este ataque para aquél o aquellos que quisieran recoger el guante, que, sin duda iba afilado por todas partes.

La frase es fácilmente comprendida y se refiere a que tarde o temprano alguien que haya cometido actos no demasiado acertados pagará por su culpa. Naturalmente que dada la crueldad de la expresión, éstos tienen que haber sido muy terribles, porque lo que le espera al cerdo en cuestión es ni más ni menos que la muerte, degollado y descuartizado. La fecha del 11 de noviembre es la señalada para la matanza del cerdo en honor de San Martín de Tours, siendo muy importante para muchas localidades que lo celebran por todo lo alto. En muchas partes de Europa tienen la misma expresión sin matar al cerdo, lo que significa que el odio campa a sus anchas pero también la venganza, que como muchos sabemos, se sirve en plato frío.

José Antonio Monago dejaré de ser presidente de la Junta de Extremadura
José Antonio Monago dejaré de ser presidente de la Junta de Extremadura

Esa misma noche a muchos les vino a la mente ese refrán. Los resultados electorales que se iban dando con cuentagotas hacían prever un cambio en muchas localidades y comunidades autónomas, un cambio tranquilo contra actitudes prepotentes, orgullos interesados, corruptelas, malas prácticas y arrogancias de todo tipo. Aquellos que nos habían gobernado estos últimos años disfrutaban en general de un status privilegiado ignorando por completo las demandas de la sociedad. Algunos de ellos se creían intocables y a base de mentiras intentaban permanecer en sus tronos. Sus talantes presuntamente democráticos eran claramente una fachada para esconder su verdadera esencia, la del ordeno y mando y me lleno los bolsillos a costa del ciudadano.

Rita Barberà, celebrando una de sus muchas victorias electorales, ahora finalizadas
Rita Barberà, celebrando una de sus muchas victorias electorales, ahora finalizadas

Paradójicamente, la democracia que ellos y ellas se encargaron de aniquilar es la que ha devuelto un poco de dignidad al sistema. Los diferentes tuits e imágenes que aparecieron con celeridad desde la noche electoral se burlaban de esos personajes que tanto nos han hecho padecer. A veces pienso que hay gente ociosa que en pocos minutos saca cualquier caricatura que corre rápidamente por la red sin cesar. Esos también son necesarios para desenmascarar a los mentirosos. Pero a pesar del aguante que los ciudadanos hemos tenido para con esos gobernantes, quiero destacar que el odio contenido se ha transformado en esperanza. Aquellos que nos robaron, estén donde estén, escondidos o todavía sentados porque a pesar de todo han conservado su asiento, pueden estar bien tranquilos. La democracia se ejerce de momento a través de los votos y el ciudadano, el pueblo, es sabio. El interior de las personas es eso, profundo y recóndito, y más de uno y más de una brindó con cava el día 24. Y también vino a la mente la frase del principio. Pero nadie hizo aspavientos ni ridiculizó al perdedor. Ese es el camino.

El polémico alcalde de Valladolid perdió su mayoría absoluta
El polémico alcalde de Valladolid perdió su mayoría absoluta

Se van a abrir puertas y ventanas por todos sitios y se van a limpiar las cloacas; eso es evidente. Pero lo que puede empezar a partir de ahora es un cambio que la gente demandaba desde hace tiempo. Hay quien piensa que todo es un espejismo y que aquellos y aquellas que lucharon codo a codo contra los desahucios nunca podrán arreglarlo desde la posición de privilegio que le han dado los ciudadanos. Es posible, pero los ciudadanos quieren sencillamente que los políticos vivan las mismas realidades que ellos y que viajen en metro y en autobús como ellos y que paseen, que se bajen los sueldos como todo el mundo y que sufran en sus carnes la crisis o los recortes. Nada más. Cuando un político no sabe lo que vale un café, o cuando aparca su coche en el parking a costa de los ciudadanos o cuando sigue cobrando unas cantidades desorbitadas mientras se hace fotos con miembros de la Cruz Roja o con el Banco de Alimentos sin vergüenza, no tiene más remedio que llegarle su hora. Y en nuestro país eso es con una papeleta introducida en la urna.

Parece que vienen tiempos de participación y hay que aprovecharlos. La democracia no es votar cada cuatro años. Como dice el gran helenista Pedro Olalla, “a pesar de que el término ‘democracia’ tiene unas connotaciones positivas universales, se puede afirmar sin ambages que la democracia actual utiliza el sistema de voto y ese prestigioso nombre para legitimar los intereses de la oligarquía encubierta”. Seguramente es verdad, pero el cambio del pasado 24 de mayo abre las puertas, también en Sabadell, a otra forma de comportarse, a tratar a los ciudadanos de tú a tú. No perdamos esa oportunidad. Sin odio y sin rencor.

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