Foto portada: estudiantes en la UAM contra Felipe González y Juan Luis Cebrián.

Opinión de Josep Asensio: ‘No son violentos, son valientes’

Apelar a la libertad de expresión cuando unos estudiantes impiden un acto de personajes demostradamente impresentables es como poco una desfachatez. Cuando, además, se tacha a esos estudiantes de “violentos” cuando solamente profirieron gritos de rechazo a la presencia de Felipe González y de Juan Luis Cebrián y algunos golpes en la puerta, entonces se convierte en un ejercicio de manipulación horrendo. Como horrendo y falaz es el editorial de El País A golpes con la libertad en el que compara sutilmente a los manifestantes con ETA, los define como xenófobos, acusándolos de intentar servirse de la democracia para llegar al poder y vaciarla de contenido. Otros términos peyorativos con los que El País quiere sacar fuerza son “fascistas” y “reventadores de la libertad”.

No creo que ni Felipe González ni Juan Luis Cebrián lean nunca esto que escribo, aunque nunca se sabe. La situación en España es tan dolorosamente agresora contra los derechos de las personas que igual se ensañan con un servidor por llamar valientes a aquellos que se atreven a decir las cosas por su nombre. Lo sucedido en la Universidad Autónoma de Madrid no es en sí un acto violento. Es más un ejercicio de libertad y de dignidad con los millones de personas que desde hace tiempo empezamos a estar hartos de las expresiones de hipocresía instigadas desde el poder establecido o de fantásticos estómagos agradecidos representados aquí por un impostor llamado Felipe González y que ha tenido la osadía de encabezar un auténtico golpe de estado contra su propio partido con repercusiones en la gobernabilidad de España. Del presidente del grupo PRISA hay poco que añadir ya que los lacayos del poder han sido ya desenmascarados y, a pesar de sus afrentas en páginas pagadas por las grandes empresas, cada vez somos más los que nos damos cuenta de que perdieron la credibilidad cuando perdieron su propia libertad. ¿ Y sus sucios asuntos con petroleras y sus negocios en paraísos fiscales? Ya se irán sabiendo…

Cuando un editorialista escribre no estoy muy seguro si en estos momentos lo hace convencido de lo que dice o coaccionado por los emolumentos que recibe de poderosas empresas que ya gobiernan más que los parlamentos. Pero es fácil saberlo pues los titulares tienen una perfecta organización gramatical para que lleguen al lector de una manera suficientemente manipulada. Eso si decide publicar la noticia. En la mayoría de los casos, la ausencia de la información es lo más normal, con total seguridad para colaborar con el estado en su función de silenciar y encubrir los temas más sensibles. Pero también enarbolando banderas de optimismo exacerbado cuando los datos, obviamente manipulados, así lo plasman.

Precisamente los que defienden la libertad de expresión en el acto de Madrid la han menospreciado durante años en favor de los oligarcas y de los que han saqueado España. Son los mismos que ignoran los desahucios y que prefieren que los enfermos mueran a causa de los recortes en sanidad. Son los mismos que pretenden equiparar un escrache a un acto terrorista y los que decidieron en sus poltronas abandonar a la gente. Son los mismos a los que les importa un pimiento que la mitad de los jubilados sobreviva con menos de 600 euros al mes y que se vanaglorian de poner en el poder a un partido corrupto y que aplaudieron la marcha de Pedro Sánchez.

Foto portada: Cebrián y González, en una conferencia anterior.
Foto portada: Cebrián y González, en una conferencia anterior.

Pero si esto de por sí ya es suficientemente grave todavía lo es más por el hecho de que los protagonistas de esta tragedia formaron parte en otro momento de la historia de la transición y en el que la palabra libertad sonaba con contundencia ante aquellos que ellos mismos consideraban fascistas. Tachar a unos estudiantes que lo único que reclaman es engrandecer la democracia de “fascistas” es una falacia de libro porque busca la criminalización de un colectivo que tiene que dar la cara porque es de los más castigados por la mal llamada crisis. Así pues se convierten en auténticos héroes, dignos y necesarios para acabar con las injurias que se producen a diario contra gentes de toda condición.

Porque me pregunto cientos de veces porqué la ley sanciona duramente un escrache, incluso con la cárcel, a pesar de ser un acto plenamente pacífico pero en cambio pone todas las facilidades para que los corruptos queden impunes. Es uno de los casos más flagrantes de nuestro imperfecto sistema de los que energúmenos como Felipe González y Juan Luis Cebrián se aprovechan. Sorprende que quieran engañarnos de una manera tan descarada y que pretendan, además, que les aplaudamos. Naturalmente que sus provocaciones tienen que ser respondidas y en democracia se hace como lo hicieron esos estudiantes. Es una patraña decir que hubo violencia física, para intentar desvirtuar los hechos. Al tratarlos como asesinos y apelando al fascismo en cada línea se descalifican ellos mismos, incitando de algún modo a la violencia. Sus provocaciones no caerán en saco roto y la ferocidad de sus palabras producirá el efecto contrario. De alguna manera alguien tiene que plantar cara a estos prepotentes de tres al cuarto que viven en sus palacios de cristal, sin ninguna sensibilidad por los que dicen representar. Como decía Pasionaria, “no pasarán”.

Foto portada: estudiantes en la UAM contra Felipe González y Juan Luis Cebrián.

3 Comentaris

  1. No estoy de acuerdo con Asensio, la libertad de expresión está por encima de las opiniones de los manifestantes. Si tenían que criticarlos que lo hubieran hecho después en el turno de palabras y a cara descubierta. ¿Dónde están los derechos de los que si querían oirlos, estén o no de acuerdo con los ponentes?
    Ante todo hay que respetar al de opinión diferente, si cada uno queremos exponer nuestras decisiones forzadamente mal nos va a ir.

  2. ¿Si tan valientes son por qué se tapan la cara?

  3. teresa comellas

    No et preocupis Josep que el Sr. Felipe ja fa temps que ha endreçat la caçadora per posar-se corbata (excepte si ha de fer algun mitin , esclar) . Esta molt clar que tota aquesta guerra al P Sanchez és per què no és parin les portes giratòries i aixi no parlarem mes dels fraus d’Andalucia i ningú ens passarà comptes dels nostres, personals, q