Foto portada: Plantada de árboles reivindicativa en Vía Alexandra (1977). Autor: Pere Farran/Arxiu Farran.

La formación de los barrios de Can Rull y Cifuentes

Realizamos un breve recorrido por el origen de dos barrios de nuestra ciudad, Can Rull y Cifuentes. El primero se proyectó antes de la Guerra Civil como una ciudad-jardín para la burguesía, pero acabó siendo un barrio de trabajadores, al igual que el segundo, que nació en la década de 1950.

El nombre del barrio proviene de la masía de Can Rull. La primera referencia data de 1174 de un testamento en que Arnau Geribert cede a la parroquia de Sant Vicenç de Jonqueres un trozo de tierra ubicado en este paraje. La primera mención del nombre de la masía aparece en una acta notarial de 1415 donde se le denomina Mas Torrella. En documentos posteriores se habla de Mas Torrella del Racó o Mas Torrella de Salt. En 1648 Miquel Torrella vendió la masía al joyero de Barcelona Ermengard Canyadell por 6.327 libras. Dos años después, éste la vende por 6.477 libras a Maria Àngela Solà, viuda de Joan Martí de Rull y a su hijo Josep de Rull i Solà quien realizó importantes reformas en la casa. De manera que, desde principios del siglo XVIII, adquiere diversas denominaciones como Honors d’en Rull, Torre Gran de Rull, Masia Rull o Can Rull.

La masía de Can Rull (1964). Autor desconocido/AHFUES.
La masía de Can Rull (1964). Autor desconocido/AHFUES.

Esta familia poseyó la masía hasta 1797 cuando fue adquirida por el fabricante de trapos de Terrassa Busquets. Como era habitual en este periodo la explotación agrícola se especializó en la producción de vino. La plaga de la filoxera de finales del siglo XIX ocasionó su ruina. Hasta 1904, la masía formó parte del municipio de Sant Pere de Terrassa, parte del cual pasó a ser agregado a Sabadell.

En 1910, Lluís Ferrer i Busquets, abogado de Barcelona, que la había recibido en herencia de Ramon Busquets, hizo levantar un plano de la propiedad por el cual sabemos que tenía una extensión de 73,89 hectáreas. Un mes antes de venderla, en enero de 1924, al comerciante y fabricantes de muebles Victorino Torán Redón redimió los censos que gravaban la propiedad.

La ciudad-jardín

La intención de Victorino Torán era construir una urbanización destinada a la burguesía. En mayo de 1924 presentó al Ayuntamiento de Sabadell el proyecto de Urbanización de terrenos del paraje de Can Rull, firmado por el arquitecto de Terrassa Melcior Vinyals. Ese mismo año insertó en la Revista de Sabadell diversos anuncios donde se ofertaban solares de diferentes dimensiones ubicados entre las calles Turina, Bécquer, Goethe y la carretera de Terrassa, que constituyen el casco antiguo del barrio.

Publicidad de promoción de la ciudad-jardín insertado en la Revista de Sabadell el 5 de agosto de 1924.
Publicidad de promoción de la ciudad-jardín insertado en la Revista de Sabadell el 5 de agosto de 1924.

La promotora empezó a vender parcelas para la construcción de casas unifamiliares con huertos, en algunas se edificaron chalets y torres de lujo con piscina destinadas a familias ricas de Sabadell y Barcelona como segunda residencia, como la de Pau Serracant, con un amplio jardín, o el abogado, escritor y militante de la Lliga Manuel Folch i Torres, que edificó otra torre en la calle Larra esquina Antonio Vico. También adquirió una parcela Joan Miralles, del Círcol Republicà Federal, que fue alcalde de Sabadell entre junio y octubre de 1936.

La torre de Companys

En 1928, Lluís Companys, futuro presidente de la Generalitat republicana, construyó una torre en la calle Zorrilla esquina Antonio Vico en la que junto a su primera esposa, Mercè Micó Busquets, y sus dos hijos pasaba temporadas sobre todo en verano. Acabada la Guerra Civil, fue incautada por el régimen, posteriormente el Ayuntamiento la alquiló a la familia Ventura Pinós durante muchos años hasta que retornó a la familia Torán. Hemos de tener en cuenta que, entonces, la urbanización estaba ubicada en un paraje de gran belleza, lindaba con el bosque de Berardo, el desaparecido bosque de Can Feu, el torrente y la Fuente de Can Rull y se comunicaba con Sabadell a través de la carretera de Terrassa.

En 1928 la urbanización de Can Rull se había consolidado como zona residencial con 16 calles y una plaza. Algunas de sus calles contaban con arbolado y todas estaban pavimentadas con tierra compacta. La cuestión del alumbrado provocó una disputa entre Victorino Torán y el Ayuntamiento sobre quién había de sufragar los gastos. Al final se puso el alumbrado público con un contrato de mantenimiento en dos periodos de cinco años a la empresa Energía Eléctrica de Cataluña SA. La mayoría de casas disponían de un pozo, muchos de los cuales construidos por Miquel Boladeras, minero de agua instalado en la urbanización. Para la evacuación se disponía de un pozo negro, muchas casas disponían de electricidad y se cocinaba con carburo, hasta que en 1936, el alcalde Miralles hizo traer el gas.

La torre de Lluís Companys (1964). Autor Josep Busquets.
Torre de Pau Serracant. Autor Josep Busquets.

Con el advenimiento de la Segunda República se construyó la Escola Unitària Mixta de Can Rull, en unos terrenos cedidos por el propietario y proyectada en 1932 por el arquitecto municipal Joaquim Manich en la calle Gustavo Adolfo Bécquer al lado del torrente de Can Rull. El 5 de marzo de 1933 se colocó la primera piedra en un acto que contó con la asistencia del president de la Generalitat, Francesc Macià, invitado por el alcalde, Salvador Ribé. La escuela empezó a funcionar en el curso 1934-1935 con 60 y 60 aulas para niños y niñas. Durante la Guerra Civil, el colegio se integró en Consell de l’Escola Nova Unificada (CENU) que aplicaba las técnicas pedagógicas de vanguardia. Con la victoria de Franco, el centro pasó a llamarse Agrupación Escolar Mosén Cayetano Clauselles, en memoria del sacerdote ejecutado en los primeros compases  de la Guerra Civil.

La única entidad cívica de la urbanización era el Centre Republicà Democràtic Federal de Can Rull, presidido por Joan Miralles, que funcionaba desde 1928 pero que no se constituyó oficialmente hasta el 18 de junio de 1932 con 74 socios y que en sus mejores momentos llegó a contar con 94. La entidad se reunía en el bar, carnicería y tienda de comestibles de Adbó Mimó, en la calle Juan Valera, 71, donde acostumbra a ir Lluís Companys en las temporadas que pasaba en Sabadell.

Según los datos del padrón municipal de 1936, en la urbanización de Can Rull había 59 casas donde vivían 61 familias y un total de 250 personas. También se contabilizaron 22  viviendas diseminadas con 75 habitantes, en su mayor parte trabajadores del textil.

La expansión de Can Rull

A mediados de la década de 1940 la urbanización empieza a recuperar el ritmo de construcción de antes de la guerra , cuyas licencias de obras experimentan un gran crecimiento a partir de 1951.  En Can Rull había algún taller de drapaire, de carpintería y metal. En 1943 se instaló, en la calle Valera, la panadería de Mateu. En 1950 se emplazó Bosch y Farrés SA (Cartonajes Sabadell), que fabricaba plegadores de ropa y tubos de cartón. La empresa, auxiliar del textil, fue creciendo hasta trasladarse del barrio a una zona industrial. En los años sesenta también se trasladó, tras una gran expansión, el almacén distribuidor de Vinos y Aceites Puig.

En 1942 se celebra la primera misa en la escuela. La idea de construir una iglesia en Can Rull data de antes de la guerra, a raíz de un visita pastoral a Sabadell del obispo Irurita, asesinado en la Guerra Civil,  que se proponía contrapesar la influencia de los republicanos federales en la zona. El propietario, Victorino Torán, cedió un solar para la construcción de un templo, dedicado a San Antonio de Padua, cuya primera piedra se colocó en 1946, aunque su construcción se paralizó y no se reanudó hasta 1948, en gran medida gracias  a los donativos de la parroquia de la Purísima Concepción. En octubre de 1951, con la iglesia cubierta, se celebró la ceremonia de inauguración. No obstante, hasta febrero de 1954 no se erigió la parroquia de San Antonio, cuyo primer rector tomó posesión en agosto de ese mismo año. La iglesia fue derrocada en 1975 y sustituida por un edificio más amplio.

Desde 1950 se incrementa la corriente inmigratoria procedente del sur de España para proveer de mano de obra barata a las industrias locales. En torno a la urbanización de Can Rull proliferaron las estadas y las casitas de autoconstrucción en parcelas que los inmigrantes compraban a plazos al propietario Victorino Torán. Unas modestas viviendas que en muchos casos disponían de un pozo de agua. A partir de 1955 se empiezan a recibir numerosas peticiones de legalización estas obras. En este contexto de especulación y crecimiento urbanístico caótico desapareció el Bosque de Can Feu y la Fuente de Can Rull sufrió una gran degradación.

Bloques de la Via Alexandra en construcción (1974), Autor: Antoni Carbonell/AHFUES.
Bloques de la Via Alexandra en construcción (1974), Autor: Antoni Carbonell/AHFUES.

El auténtico crecimiento del barrio comienza a principios de la década de 1960, cuando Victorino Torán presenta un plan parcial de urbanización de la segunda fase de Can Rull, o Can Rull-2, firmado por el arquitecto Pedro Picola Masdeu. En principio, consistía en continuar el modelo de ciudad-jardín, a través del cual el propietario vendía las parcelas que habían de edificarse por cuenta de los compradores. Sin embargo, a finales de la década, se revisa el plan argumentando que no existe un “mercado proporcional para este tipo de viviendas ni es de interés desde el punto de vista sociourbanítisco fomentarlo. Como que por otro lado el que sí que interesa es facilitar suelo urbanizable a todas las promociones de construcciones de viviendas de tipo económico, tanto por la iniciativa privada como pública, se reconvierte la zona de ciudad-jardín en una zona urbana semiintensiva”. Es decir, susceptible para construir bloques de pisos.

Desde finales de los 60 y principios de los 70 se producirá un enorme crecimiento urbanístico en torno al núcleo primitivo de Can Rull y en Cifuentes. Es el momento de las grandes promociones privadas favorecidas por la gran demanda de vivienda, la elevada edificabilidad y la permisividad del Ayuntamiento. Entre las promociones privadas destaca Eudom SA, que construyó los bloques de Vía Alexandra, o la inmobiliaria Junqueras SA, dirigida por el hijo de Victorino Torán, Francisco Torán Borné, y su socio, Emili Salas Iriarte, que construyeron los bloques de las calles Catul-Plutarc y los de la carretera de Terrassa 336-337. Construcciones Cúpula, también con  el patrocinio de la familia Torán, edificó entre 1970 y 1975 los bloques de la calle de Sant Isidor frente a la plaza Benjamín García. En 1972 el rector de la parroquia cedió unos terrenos a la cooperativa de viviendas Montcau para edificar los actuales bloques. Otros propietarios de grandes parcelas construyeron bloques de pisos en el antiguo núcleo de Can Rull.

Desde la promoción pública, la empresa municipal VIMUSA, constituida en 1967, construyó en 1969 los bloques de la plaza Ròmulo con 356 viviendas y en 1970 los de la las calles de Sarasate y Juli Garreta con 266 viviendas. Ese mismo año se edifican los bloques de la Via Alexandra, con 287 pisos, y en 1972 los de la calle Sant Isidor I, con 86 viviendas. En 1969, siendo alcalde Josep Burull, se construyó el estadio de la Nova Creu Alta en parte dentro de los terrenos de la masía de Can Rull, pero sobre todo en Can Borgunyó.

Manifestación en Vía Alexandra reclamando la construcción de una escuela. Autor: Pere Farran/Arxiu Farran,
Manifestación en Vía Alexandra reclamando la construcción de una escuela. Autor: Pere Farran/Arxiu Farran,

El proyecto de Can Rull-2 no modificó sustancialmente el trazado original de las calles y preveía la explanación, pavimentación, alcantarillado, alumbrado público, red de agua potable y zonas verdes, a cuenta de las constructoras. Además, se contemplaba la dotación de una escuela que se edificó en 1973 con el nombre de Rius i Borrell en honor al pedagogo sabadellense (es el actual IES Sabadell). También se había de construir una iglesia en los terrenos de la actual plaza de Benjamín García que no llegó a realizarse.

Este vertiginoso crecimiento urbanístico, mal planificado, dejaba un barrio mal comunicado, con escasos servicios públicos y ausencia de infraestructuras básicas. En Can Rull sus primeros habitantes constituyeron una junta de contribuyentes, entre 1954 y 1957, para conseguir la instalación del alcantarillado, pavimentación y agua corriente, así como el alumbrado público y las aceras en las calles Turina, Zorrilla, Larra, Valera, Sorolla, Madrazo, García Lorca (entonces Pérez del Pulgar), Antonio Vico, Miguel Ángel y Bécquer que no se instalarían hasta 1962, año de las riadas que afectaron al barrio. Ese día los torrentes que atravesaban Can Rull se desbordaron y arrastraron las vías del tren desde Castellarnau hasta cerca de la fuente donde, junto con otros materiales, provocaron un embalse de agua. La pavimentación y las aceras de las calles que no disponían de ellas se implementaron entre 1970 y1974.

Durante la transición democrática se sucedieron las movilizaciones vecinales como las manifestaciones para conseguir una escuela en Vía Alexandra (actual escuela Andreu Castells) o la plantada de árboles en esa misma zona para que se construyese una zona verde. Asimismo se reivindicó un ambulatorio del que carecía el barrio.

El barrio de Cifuentes

A principios de la década de 1950 nace el barrio de Cifuentes con viviendas de autoconstrucción, en unos terrenos empinados, sin infrastructuras, ni servicios, que creció extraordinariamente entre 1955 y 1960. El nombre del barrio proviene de su propietaria, Elvira Cifuentes Dordal, de una familia de la burguesía barcelonesa, y empieza a formarse en el núcleo formado por las musicales calles de Schubert, Chopin, Wagner, Albeniz, Bach, Beethoven y Palestrina.

La calle Chopin en el barrio de Cifuentes (1957). Autor: Zapata.
La calle Chopin en el barrio de Cifuentes (1957). Autor: Zapata.

En la década de 1950 en Cifuentes vivían unas 800 personas contando con los habitantes de las barracas de la calle de la Bòbila y las Latas, al otro lado de la carretera de Terrassa. En 1960 se aprueba la construcción de una escuela que se edificará en 1962 con el nombre de grupo escolar Jacinta Duran, hija del primer teniente de alcalde de la dictadura de Primo de Rivera y esposa del industrial Domènec Codina. El centro escolar acabará siendo absorbido por el Gaietà Clausellas.

Una de las más graves deficiencias del barrio era la ausencia de agua corriente, que obligaba a sus vecinos a buscarla en la Fuente de Can Rull hasta que en 1963 se emplazó una fuente pública en la parte alta del barrio. Además, había un pozo para las necesidades de agua no potable. En 1963 se instaló el alumbrado público. En 1965 se creó la Asociación de Vecinos de Cifuentes cuyo primer objetivo fue la instalación del alcantarillado, pues las aguas residuales bajaban en superficie por las pendientes de las calles. Los vecinos hubieron de asumir, mediante el pago de contribuciones espaciales, el coste del alcantarillado y el agua corriente que se instaló ese mismo año. En 1970, una asamblea de vecinos, reivindicó la pavimentación del barrio y la construcción de aceras, obras que finalizaron en 1973.

Bibliografía

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CASTELLS, Andreu. Sabadell, Informe de l’oposició. El franquisme i l’oposició sabadellenca, 1939-1976, Edicions Riutort, Sabadell, 1983.
FRANC, Miquel Pau. Can Rull: la història d’un barri de Sabadell. Arraona. Revista d’història, n. 24, 4a època, 2004.
LÓPEZ VIANA, Marta. Can Rull i la Serra d’en Camaró. Creixement(s) a ponent. Museus Municipals de Sabadell, Ajuntament de Sabadell, 2011.

Foto portada: Plantada de árboles reivindicativa en Vía Alexandra (1977). Autor: Pere Farran/Arxiu Farran.

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