Ramat de cabres a Can Deu.

La construcción del barrio de Can Deu (1973)

A diferencia de la mayoría de los barrios de la periferia de la ciudad, Can Deu fue producto de una edificación planificada, donde jugaron un papel fundamental la entidad financiera Caixa Sabadell y VIMUSA, la empresa municipal de vivienda.

Los terrenos donde se alza el barrio de Can Deu formaban parte de la masía propiedad de la familia Sallent, que mantuvo la denominación de Can Sallent hasta la década de los 70 del siglo XVII. A finales del siglo XVIII ya se había generalizado el uso del nombre de Can Deu. La masía, que pertenecía a la parroquia de Sant Julià d’Altura y hasta 1904 al término municipal de Sant Pere de Terrassa (més info: ‘L’annexió de la Creu Alta (1904)‘, estaba rodeada de campos de cultivo y un frondoso bosque.

La masia de Can Deu, en 1965. Autor: Orion/Caixa Sabadell
La masia de Can Deu, en 1965. Autor: Orion/Caixa Sabadell

Las referencias documentales más antiguas de la familia Sallent datan de inicios del siglo XIV, aunque según Pere Roca Fabregat autor de una muy documentada historia de Can Deu, es muy probable que la historia de esta familia se remonte a siglos anteriores. Los Sallent vendieron la finca en 1671 a Josep de Ferrer i Vinyals, noble, abogado y oidor de la Real Audiencia de Barcelona. Los Ferrer no fueron a vivir a Can Deu y la explotación de finca fue dejada en manos de masoveros. Casi un siglo después, en 1776, siguiendo las disposiciones del testamento de Mariana Ferrer, la finca fue comprada por Anna Darrer i Morera, viuda de Josep Miquel Salas, un comerciante de paños de Barcelona. Una hija de este matrimonio, siguiendo la prácticas endogámicas características de la época, contrajo matrimonio con Antoni Amat Pont, también comerciante de paños de Barcelona, pero originario de Sabadell.

Una altra imatge de la masia de Can Deu. Autor: FACS.
Una altra imatge de la masia de Can Deu. Autor: FACS.

Los últimos propietarios de Can Deu pertenecieron a la familia Mornau que adquirieron la propiedad por herencia. Josepa Amat i Miquel, hija de Antoni Amat y Anna Maria Miquel, se casó con Josep Francesc Mornau, comerciante de Barcelona y comisario honorario de guerra. Josepa Amat, propietaria de la finca, nombró en su testamento, fechado en 1816, a su esposo heredero universal con el derecho de designar heredero al hijo que quisiese. Joaquim Mornau fue el propietario de Can Deu entre 1828 y 1850 y su hijo Ramon hasta 1883.

Este último redimió parte de los censos que la propiedad abonaba a los rectores de Sant Julià d’Altura, Sant Vicenç de Jonqueres y al hospital de Sant Joan de Jerusalem de Barcelona. A su muerte Can Deu pasó a su sobrino Francisco Pérez Mornau hasta 1886. Tras su fallecimiento a Delfí Artós Mornau hasta 1912 cuando su nieto Luís Nadal Artós, marqués de Nadal, quien fue el propietario de Can Deu, la recibió en herencia. Estos diversos propietarios residían en Barcelona y sólo pasaban dos semanas al año en las estancias nobles de la masía que tenían reservadas desde finales del siglo XVII.

Los marqueses de Nadal poseían un gran patrimonio y la masía de Can Deu constituía una pequeña parte de sus posesiones. De hecho, como indica Pere Roca, mantenían la propiedad por motivos de prestigio social, como hacendados rurales, más que por los beneficios económicos que obtenían de la explotación agropecuaria. De este modo no resulta extraño que en 1964 decidiesen vender la finca a la Caixa d’Estalvis de Sabadell.

Caixa Sabadell compra Can Deu

En junio de 1964, Antoni Forrellad i Solà, entonces presidente de la Caixa d’Estalvis, informó a la Junta de Gobierno de la entidad financiera que habían empezado las negociaciones para adquirir la finca de Can Deu. En opinión de Josep Maria Benaul, sobre esta operación pesaba el recuerdo doloroso por la pérdida del bosque de Can Feu y la consideración que, en esos momentos, peligraba el bosque de Can Deu, el otro pulmón verde la ciudad.

El problema radicaba en que el marqués de Nadal había suscrito una opción de compra con Contrucciones Fama SA, una sociedad constituida en 1962 por un industrial textil y un gestor administrativo de Sabadell. Al parecer, Forrellad se puso en contacto con ambos para evitar la destrucción del bosque y la masía. Finalmente, se alcanzó un acuerdo, aunque no tanto por el sabadellenquismo de los titulares de la constructora, sino por el temor a movilizaciones ciudadanas y a enfrentarse con la poderosa entidad financiera. Esta renuncia no fue gratuita. El 11 de agosto de 1964 la Junta de Gobierno de Caixa Sabadell aprobaba la compra de Can Deu por 35 millones de pesetas y la venta de una parte de la finca, 188.893 metros cuadrados, a Construcciones Fama SA por cinco millones de pesetas pagaderas a plazos.

Hemos de tener en cuenta que entonces el crecimiento urbanístico de la ciudad había llegado a las puertas del bosque de Can Deu con la expansión del barrio de la Plana del Pintor. De hecho, el Plan General de Ordenación de Sabadell de 1962, elaborado por el Ayuntamiento y la Fundació Bosch i Cardellach, derogó el Plan Baldrich de 1950, legalizó los enormes crecimientos urbanísticos de este periodo, aceptó la especulación con sus elevadas densidades urbanas y el crecimiento caótico. Así, se legalizaron los suburbios del Ripoll, de las Clotas a Can Puiggener, se consolidó la industria en la cuenca del río y se amplió el suelo urbanizable hasta la finca de Can Deu.

Un dels blocs de Can Deu.
Un dels blocs de Can Deu.

Justamente esta era la estrategia de Construcciones Fama SA, que había comprado unos terrenos calificados como rústicos con la esperanza fundada que fácilmente serían recalificados como suelo urbanizable con las pingües ganancias económicas que esto le reportaría.

Por su parte, la entidad financiera fue comprando, entre 1968 y 1972, otros terrenos adyacentes a la finca de Can Deu, próximos a la parroquia de Sant Julià, de una extensión de 105.633 metros cuadrados. Buena parte de los cuales eran edificables tanto para vivienda como para uso industrial. Una porción de estos terrenos, calificados como zona verde y debidamente recalificados, fueron vendidos para la instalación de la Cooperativa Industrial de Promoción Obrera (CIPO).

Entonces, Caixa Sabadell había abandonado la promoción directa de vivienda social, aunque financiaba e impulsaba su construcción. La empresa municipal Viviendas Municipales de Sabadell (VIMUSA), fundada en noviembre de 1967, fue la encargada de edificar el barrio de Can Deu. Para ello, en 1970, compró a la entidad financiera una pequeña parte de la finca (4.000 metros cuadrados) y la mayor parte del terreno, 135.978 metros cuadrados, a Construcciones Fama SA por 32 millones. Se quintuplicó así el valor de la inversión realizada cinco años antes. Todo un pelotazo.

La ciudad poligonal

La construcción del barrio de Can Deu estuvo presidida por las teorías muy de moda en la época respecto a la denominada ciudad poligonal. Se trataba de construir bloques de pisos con todos los servicios: equipamientos de cultura y enseñanza, ocio, compra diaria, transportes…para convertirlo en un barrio autosuficiente. VIMUSA encargó el proyecto a cuatro equipos de arquitectos: Azúa-Pardal, Bracons-Picola, Coll-Vicens-Casulleras y Pedragosa-Sauquet-Valls. Estos equipos se pusieron de acuerdo para diseñar conjuntamente el barrio incluyendo la ordenación volumétrica, accesos, urbanización, tipos de edificación, sistema constructivo o acabados exteriores bajo la supervisión de Lluís Senat, gerente de VIMUSA.

El barrio se diseñó siguiendo un modelo con una plaza céntrica y viviendas periféricas que desembocaban en el espacio central. Asimismo se planearon circulaciones viarias tangenciales para vehículos y peatones con itinerarios alternativos. También hubo un especial cuidado por los espacios compartidos como los rellanos, tejados, porches, portales, plazas, pasajes y pequeños jardines.

Las obras, iniciadas en 1970, finalizaron el 24 de abril de 1973 cuando fueron inauguradas por el ministro de Vivienda. En total se edificaron 1.201 viviendas y un total de 71 bloques, 21 de los cuales sin ascensor. Al principio, los precios de los pisos en propiedad oscilaban entre 250.000 y 300.000 pesetas. Esta cantidad podía abonarse adelantado una pequeña entrada y con facturas mensuales de 2.208 pesetas durante 12 años.

Cuando se inauguró el polígono, prácticamente había remitido la oleada migratoria procedente del resto de España. Sus primeros habitantes fueron en su mayor parte jóvenes procedentes de otros barrios de Sabadell, aunque también, en menor medida, de inmigrantes procedentes del sur de España.

La distancia con el resto de la ciudad condujo a los arquitectos a dotarlo de algunos equipamientos como bajos comerciales, farmacia, una parada de autobús, tres cabinas telefónicas, piscina y cine; pero sin escuela.

La Floresta, aunque proyectada por el equipo de arquitectos, no se inauguró hasta 1974 en el marco del Plan de Urgencia de construcciones escolares. Dos años después empezaron a surgir grietas en el colegio y los padres contrataron a un arquitecto para realizar el seguimiento de las obras a Huarte, la empresa constructora. No obstante, las grietas se hicieron mayores. La escuela estaba saturada y debían hacerse turnos para dar las clases. Esto condujo a la movilización de profesores, alumnos y padres exigiendo la reparación de La Floresta y la creación de una segunda escuela. Con este objetivo, en 1978, se realizó una acampada reivindicativa en un solar propiedad de la Caixa, denominado Los Trigales, donde finalmente se construyó el colegio Can Deu.

La Asociación de Vecinos se creó coincidiendo con la inauguración del barrio, pero no se legalizó hasta 1977. De hecho, fue fundamental para las movilizaciones que exigían la resolución del problema de la falta de plazas escolares. Lo mismo para lograr la creación de una escuela de adultos y un centro cívico.

La masía y el bosque

Tras la adquisición de la finca de Can Deu y terrenos adyacentes, Caixa Sabadell se efectuó la limpieza del bosque posteriormente procedió a la apertura de caminos. En 1976 se encargó al arquitecto Joaquim de Ros i Ramis la restauración de la masía donde se instaló una exposición permanente de herramientas agrícolas cuyo diseño inicialmente fue encargado a Josep M. Garret, pero que finalmente realizó una comisión de la Fundació Bosch i Cardellach formada por Joan Alsina, J. Argelaguet, Miquel Forrellad, Joan Ripoll, Josep Rosell y Antoni Trallero que seleccionó unas 300 piezas. La exposición se inauguró el 21 de abril de 1972 con ilustraciones del pintor Ramon Noé.

En 1973 se trasladó al bosque la ermita románica de Sant Vicenç de Verders (Osona), de finales del siglo XI, tras ser desmontada piedra a piedra antes de que fuera cubierta por las aguas del pantano de Sau. A partir de 1976, la entidad financiera potenció el uso pedagógico de la masía y su entorno a través de itinerarios destinados a alumnos desde primaria al bachillerato que se ha ido renovando. En 1984, Caixa Sabadell ofreció al Ayuntamiento la cesión de la finca –excepto la masía y la ermita de Sant Vicenç- pero la oferta fue rechazada por la administración municipal al considerar que no le correspondía asumir los gastos que comportaba el mantenimiento del bosque.

Desde entonces el bosque de Can Deu ha sido escenario de numerosas actividades: campamentos excursionistas, aplecs de sardanas, romerías y fiestas de entidades regionales, competiciones de cros… además cuenta con tres circuitos de atletismo, en 1999 se inauguró el sendero de gran recorrido (GR 97) del río Tordera al Llobregat que atraviesa el bosque. El Pla Comarcal de 1978 garantizó su conservación del bosque como parque periurbano que fue avalada por la declaración de “forest protector” en abril de 1992 y en la revisión del Pla de Urbanismo de Sabadell de 1993. El bosque de Can Deu forma una unidad medioambiental con las tierras de Ribatallada, propiedad de la Companyia d’Aigues de Sabadell (CASSA) y con las de la antigua parroquia de Sant Julià d’Altura, cedidas al Ayuntamiento por el obispado, formado un cinturón verde de un centenar de hectáreas.

La amenaza sobre el bosque a raíz del proyecto de construcción del Quart Cinturó motivó diversas movilizaciones que tuvieron su expresión en la primera marcha contra la autovía organizada por ADENC, UES y FAVS, con el apoyo de una cincuentena de entidades vallesanas, que dibujó con gran No formado por 3.000 personas.

Las ventadas de abril de 2014 (més info: “Els danys són incalculables“), afectaron a una parte importante de la masa forestal. Han generado una serie de protestas y movilizaciones vecinales respecto a su reforestación, así como han reabierto la cuestión de su eventual municipalización (més info: ‘Veïns del nord de Sabadell reclamen una actuació urgent al bosc de Can Deu‘).

Bibliografía

BENAUL, J.M, GARRIDO, A. y SUDRIÀ C. Caixa Sabadell, finances i acció social 1859-2009. Fundació Caixa Sabadell, 2008.
BENGOECHEA, S. y DESOLA, R. Sabadell Nord: Ca n’Oriac, Can Deu, Can Puiggener… Museu d’Història de Sabadell, 2008.
ROCA P., SALLAS J.C. y FREIXES, A. Can Deu, de mas a parc. Història i medi. Fundació Caixa Sabadell, 2001.
MERCADÉ, Josep. 40 anys de VIMUSA, Ajuntament de Sabadell, 2007.

Foto portada: ramat de cabres l’any 1973, a les portes d’un barri encara en construcció.

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