Imatge del Castell de Can Feu. Autor: cedida.

‘La Torre d’en Feu: testigo vivo de Sabadell’, por Antonio Roa (Podem)

ARTÍCULO DE OPINIÓN
Antonio Roa Márquez. Responsable de Organización de Podem Sabadell y miembro del Comité d’Enllaç de En Comú Podem.

La Torre d’en Feu, ubicada en el histórico barrio de Merinals, forma parte de esa Sabadell del siglo XIX, aquella de las fábricas, chimeneas y telares, adoquines en las calles del centro y embarradas en el resto, cafés en el Euterpe y anís en Cal Pané, de sabadellenses de soca-rel y de nouvinguts, de molinos en el río y vacas en Sant Pere, Caixa d’Estalvis y cajas de resistencia, de Bullangas y Jamancia y de Guardias Civiles, de Pla de l’Amor y Aplec de la Salut, de cuando la Creu Alta y Creu de Barberà aún no eran Sabadell, de la estación del norte y del apeadero de la Rambla, de la visita de Isabel II y de las reuniones con Fanelli, del Corpus, de misas, de bailes en Els Campos y teatro en el Principal. Y de construcción de casas de gente bien como la Torre Turull o la Torre d’en Feu, construido por los mismos obreros que también construyeron los pabellones de la Exposición Universal de Barcelona en 1888.

Todos estos elementos forman parte de la historia de Sabadell, de nuestra historia. Y cada vez que se derroca un edificio se destruye una parte de nuestra memoria, de nuestra colectividad. Aquello que no se puede explicar se olvida, y entonces somos un poco menos personas, un poco menos sabadellenses.

El desprecio que ha sufrido y sufre la Torre d’en Feu solo se entiende desde el desconocimiento, y alguna vez desde el odio y el sectarismo. Que si es un conjunto de “tochos” sin ningún valor arquitectónico, y mucho menos histórico; que si es el “sueño de un ricachón” que se hizo un castillo por una apuesta y por tanto, puede destruirse sin más y convertir el marrón de sus paredes en gris, el color del alma de quienes lo quieren ver destruido.

Quien no entienda qué significa la Torre d’en Feu para Sabadell tiene posibilidad hoy día de que se lo expliquen. Existe desde hace años la Associació  Cultural Can Feu que cada primer domingo de mes realiza visitas guiadas alrededor del edificio. Muchos critican que sea así, pensando que podían subir por su escalera decorada de azulejos y asomarse a la balaustrada para imaginar lo que era el bosque de Can Feu. Nada de eso es hoy posible, y alguno hasta se enfada. Tal vez recuerden que hace relativamente poco ese “alguno” pudo disfrutar de un concierto en su patio, pudo ver sus muros iluminados con luces cálidas, y se cansó subiendo a su torre por una sinuosa escalera para tener una de las mejores vistas de Sabadell.

Hoy no es posible. Por desgracia para la ciudad, la Torre d’en Feu se encuentra hoy en una situación casi ruinosa, lo que evidencia la falta de una gestión eficaz por parte del Ayuntamiento, que ha sido señalado por no cuidar y revitalizar un edificio declarado Bien Cultural de Interés Nacional (BCIN). La Generalitat cree más en la importancia de este edificio que quien manda en el Ayuntamiento.

Y los que queremos a la Torre d’en Feu soñamos que alguien, particular o privado, recuerde su esplendor y le dé la posibilidad de que nos explique lo que fuimos, lo que somos. Porque como decía antes, olvidar la historia es olvidarnos de lo que somos y de lo monstruosos que podemos ser. La pérdida de la Torre d’en Feu representaría eliminar un vínculo con la memoria colectiva, y eso para las generaciones actuales y futuras es algo que no podemos permitirnos. No otra vez.

Ante este panorama reivindicamos la necesidad urgente de su rehabilitación y adaptación a un nuevo uso que la convierta en un centro cultural multifuncional. Entre las propuestas se encuentran su transformación en una biblioteca, un museo y un espacio para conciertos, iniciativas que contribuirían al acceso de la ciudadanía a actividades culturales en zonas fuera del centro urbano, en los barrios populosos como Els Merinals, donde es necesaria la integración social y cultural. La excelente ubicación de la Torre d’en Feu, con fácil acceso a través del metro del Vallès y numerosas líneas de autobús, la hace idónea para convertirse en un punto neurálgico de difusión cultural en Sabadell.

Quienes piensan que la Torre d’en Feu no tiene valor pone los mismos peros de siempre. Que no hay dinero, que cuesta mucho rehabilitarlo y mantenerlo. Y mientras tanto, se pagan fortunas por edificios con mucha menos significación histórica. Y entre estos “haters” está el Gobierno del Ayuntamiento, más focalizado en macroproyectos que pretenden deteriorar algunos tesoros naturales de nuestro entorno, como la piscina de olas o el Cuarto Cinturón. Buscar financiación supone ponerse a trabajar para recibir fondos europeos o fondos privados que permitan financiar el proyecto de restauración, rehabilitación y mantenimiento. Es más fácil malgastar el tiempo en anuncios de obras que nunca se hacen o de inauguraciones varias para lucir palmito.

En definitiva, es urgente una política decidida en materia de patrimonio, una vez reconocido por la Generalitat el valor histórico de la Torre d’en Feu, que también garantice su integración en el tejido cultural y social de Sabadell, preservar la memoria de una época, impulsar la descentralización de la cultura, y ofrecer a la ciudadanía un espacio de encuentro, aprendizaje y recreación. La Torre d’en Feu no es el capricho de un rico, sino un testigo vivo (por ahora) de la historia de Sabadell.

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Foto portada: imatge del Castell de Can Feu. Autor: cedida.

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