L’ESTAT DE LA CIUTAT
La evolución de la abstención en las diversas elecciones celebradas en Sabadell nos proporciona valiosas indicaciones para pulsar la desafección entre la ciudadanía respecto al sistema de partidos y la clase política. También apuntaremos a su distribución territorial y al perfil sociológico de los abstencionistas.
La abstención es uno de los fenómenos más difíciles de explicar. En Europa occidental se considera que, por encima del 25%, la denominada “abstención técnica”, expresa el grado de desafección de la ciudadanía con el sistema político.
En Sabadell, hasta la década de 1990, la participación en las elecciones locales se había mantenido en un nivel aceptable, por encima del 60%. Así, en las municipales de 1987, la abstención sólo alcanzó el 27,4% del censo electoral. Sin embargo, en las locales de 1991 se produjo un salto espectacular y se disparó hasta el 47,7%, casi la mitad de los votantes.
Una tendencia que se ha mantenido, con altibajos, hasta las últimas municipales del 22 de mayo de 2011 donde la abstención se cifró en el 49,7%. En Sabadell, sin contar las europeas, el récord absoluto se estableció en las municipales de 2007, cuando, por primera y única vez, los abstencionistas (51,9%) superaron a los votantes.
De manera que, si aplicásemos la regla de los escaños vacíos, la mitad de los 27 escaños de nuestra Corporación Municipal estarían desocupados.
Efectos perversos del voto en blanco
La evolución del voto en blanco muestra el incremento de la desafección. Hasta las pasadas municipales, éste se había mantenido en torno al millar de votos y el punto y pico porcentual. Entonces se triplicó y se cifró en 3.004 votos (2,94%). A diferencia del voto nulo, que se computa como si fuera una abstención, se trata de voto válido que se suma al de los partidos para la asignación de escaños. Aquí se produce una perversa paradoja: el ciudadano que, a través de esta opción quiere expresar su malestar con el sistema de partidos, acaba beneficiando a las formaciones mayoritarias.
La comparación entre los porcentajes globales de abstención en las municipales y otros comicios nos permite realizar una primera aproximación. En las autonómicas la participación aumenta ligeramente respecto a las municipales y la abstención se sitúa en torno al 40-45%. La máxima participación se da en las generales donde la abstención desciende al 30-35%.
Nos hallamos ante un abstencionista selectivo que acude a las urnas en función del tipo de consulta y participa más a medida que ascendemos de ámbito competencial y territorial. Un comportamiento que cuestiona el tópico según el cual la ciudadanía percibe los ayuntamientos como la administración más próxima.
Abstención dual
La distribución territorial de la abstención nos proporciona indicios aún más valiosos. Si comparamos los últimos comicios generales, autonómicos, municipales –muy próximos en el tiempo- entre el distrito 1 (Centro) y el distrito 3 (Ca n’Oriac) comprobaremos que la participación es siempre superior en el primero, aunque no en la misma proporción. Una pauta muy semejante a la observada entre el Centro y el resto de barrios de la ciudad.
En las generales del noviembre de 2011, se registró una alta participación en ambos distritos: la abstención fue sólo del 22,7% en el Centro y siete puntos más en Can n’Oriac (29,7%). Las municipales de mayo de 2011 fueron de baja participación en los dos distritos, la abstención se situó en el 48,7% en el Centro y cinco puntos y medio más en Ca n‘Oriac (54,2%). El diferencial se dispara en las autonómicas de noviembre 2010: en el Centro la abstención fue baja (28,9%) mientras que en Can n’Oriac se elevó hasta un abultado 48,6%.
De estos datos se desprende que existe un elevado y semejante grado de desafección entre las dos polaridades sociales (clase media/trabajadora) y culturales (lengua catalana/castellana) de la ciudad respecto al Ayuntamiento, una baja desafección de ambas polaridades con la administración central y una desafección dual, baja en el Centro y alta en los barrios, con la Generalitat.
Un factor fundamental para entender las victorias de los socialistas en las generales, donde consiguen movilizar a su electorado, pero también para explicar los triunfos de CiU en las autonómicas que logra convocar a todo su electorado, mientras que los potenciales votantes de izquierdas se abstienen masivamente.
El factor generacional
Desde el punto de vista generacional, carecemos de datos precisos sobre el comportamiento abstencionista según las franjas de edad en Sabadell. Aunque no debe diferir demasiado del observado en otros ámbitos territoriales, donde se comprueba que la abstención se concentra sobre todo entre los jóvenes, excepto en la punta de quienes han cumplido 18 años y votan por primera vez, disminuyendo sensiblemente hasta casi desaparecer entre los jubilados. Un factor relevante para explicar los éxitos electorales de Manuel Bustos en las municipales.
El retrato-robot del abstencionista correspondería, pues, a un joven de barrio, de lengua castellana, bajo nivel de estudios, parado y ocasional votante de izquierdas en las generales. Justamente el perfil de los sectores con nulas perspectivas de futuro laborales y grave riesgo de exclusión social que no tienen ningún aliciente para acudir a las urnas, pero cuyo comportamiento determina el resultado de muchas contiendas electorales.
Y para que votar, todos los políticos son iguales, plantean unos programas electorales ligeramente diferentes pero al final todos aplican el mismo. Nos dicen “no nos gusta aplicar estas políticas, pero son las únicas que podemos aplicar para salir de la crisis” o “no nos gustan aplicar estas políticas, pero nos vienen impuestas por la Gene, Madrid, Bruselas, Merkel, etc, para salir de la crisis” Entonces para que votar, votas por unos ideales, por una forma de resolver problemas, por unas iniciativas……., pero da igual, todos aplican lo que designa un “ente” superior que nadie conoce ni vota.
Los políticos y sus políticas actuales no son la solución, son el problema. Los diferentes partidos políticos tendrían que dar diferentes soluciones para salir de la crisis, diferentes maneras de hacer, diferentes matices, en definitiva que el ciudadano pueda elegir libremente como quiere que su administración priorice sus políticas para solucionar sus problemas, pero no lo hacen, los políticos crean los problemas (asesores, obras faraónicas, despilfarro) y los agravan (menos servicios y más caros, despidos, suspensión de pagos).
Actualemte parece que no se puede salir de la senda ultraliberal, sin sentido común, se reducen servicios, se aumentan por igual impuestos y taxas a todos (a los más ricos y a los más pobres), se despiden empleados, etc. Solo hay que ver que tipo de política esta llevando el Ayuntamiento de Sabadell, sin sentido común, se mantienen unos sueldos inasumibles por parte del alcalde, regidores y asesores colocados a dedo. ¿Sabadell puede seguir manteniendo esos astronómicos sueldos sin tocar servicios, impuestos y empleados públicos?. Es como si una familia de 4 personas con el boom económico compra 4 coches favorecidos además de unos ingresos extraordinarios al tocarle la lotería (licencias de obras), pero llega la crisis, los ingresos se reducen, no vuelve ha tocar la lotería y no pueden mantener los 4 coches porque ya no llegan a fin de mes, ya han dejado de pagar el recibo de la luz (25 millones) y en vez de desprenderse del Ferrari (asesores colocados a dedo) deciden como solución desprenderse de 2 de los 3 Fiat 500 que tienen. Ese es el sentido común que tiene nuestro Ayuntamiento de Sabadell, en vez de aportar soluciones a esta crisis la está favoreciendo con sus políticas ultraliberales aumentando impuestos y taxas, reduciendo servicios, despidiendo empleados y aplicando una suspensión de pagos a los empleados públicos agravando que cada vez más familias no puedan llegar a fin de mes o que no puedan disfrutar de los servicios y aumentando el número de parados, en vez de desprenderse de los que en realidad sobran, que son los asesores que han demostrado con su pésima gestión han llevado al Ayuntamiento a la bancarrota y a la intervención por parte del estado prohibiendo cualquier inversión en Sabadell en los próximos 10 años. Que siga el ayuntamiento desprendiéndose de sus Fiat 500, que siga manteniendo sus Ferraris, que siga despilfarrando, que siga aplicando políticas ultraliberales y al final solo votaran los propios políticos para repartiese entre ellos el orden de sus sillas y las de sus incondicionales asesores. Van camino del PASOK griego que han pasado en pocos meses de ser la fuerza más votada a casi desaparecer del mapa político por empeñarse en seguir políticas ultraliberales que van en contra de su propio ideario político y que agravan cada día más la crisis a más familias, están demostrado que en los últimos años politicuchos no son una solución, son falsos y nos engañan, son los que favorecen que cada día aumenten más las desigualdades sociales y los problemas.