Un bloque en venta en Can Llong

‘L’estat de la ciutat (XIV)’: Aproximación al problema de la vivienda

L’ESTAT DE LA CIUTAT

La reciente ocupación de un bloque de pisos en Campoamor por la Plataforma de Afectados por la Hipoteca y la Crisis de Sabadell (PAHCS) y el debate organizado por el colectivo Sa(badall) el pasado jueves en el Casal Pere Quart nos permiten aproximarnos al problema de la vivienda en la ciudad. Una cuestión estratégica pues éste ha sido uno de los principales factores que nos ha precipitado en la actual crisis sistémica.

El cambio político que condujo a Manuel Bustos en 1999 a la alcaldía de Sabadell coincidió con un cambio de ciclo económico durante el cual la construcción se convirtió en el principal motor de la economía del país y de la ciudad. En 2009, cuando el boom inmobiliario había finalizado, casi el 20% del parque de viviendas de Sabadell se había edificado en esos años.

La fiebre constructora no habría sido posible sin la apuesta estratégica de los bancos y cajas por el sector, a través del crédito barato y fácil a las empresas promotoras y las hipotecas a los compradores finales de vivienda. De manera que las entidades financieras controlaban la oferta y la demanda del mercado inmobiliario, el principio y el fin del proceso productivo.

Ofertas de viviendas en venta de segunda mano.
Ofertas de viviendas en venta de segunda mano.

Tampoco este fenómeno se habría producido sin la reforma liberalizadora de la ley del suelo bajo la presidencia de Aznar que Zapatero no quiso tocar, ni  sin la connivencia de las administraciones autonómicas y municipales. Sabadell es un caso claro de la yuxtaposición de intereses políticos y económicos en torno al negocio del ladrillo. Melquiades Garrido, tío carnal del alcalde, fue elegido entonces presidente local del Gremi de Constructors y vocal de la empresa municipal VIMUSA. Sin duda para facilitar las relaciones entre los promotores inmobiliarios y el ayuntamiento con amplias competencias en materia de urbanismo.

El negocio de la hipoteca

La vivienda, un bien de consumo imprescindible y un derecho constitucional, se convirtió para las entidades financieras, pero también para amplios sectores de las clases medias, en una inversión más atractiva que cualquier otro producto financiero, pues en un par de años su valor podía incrementarse en un 15% o más. El espectacular aumento del precio de la vivienda de compra o alquiler venía compensado por las grandes facilidades ofrecidas por los bancos para obtener un crédito hipotecario.

Una caseta de obras en Can Llong.
Una caseta de obras en Can Llong.

 

En efecto, antes del boom inmobiliario la principal preocupación de los bancos era asegurarse que el acreedor podría devolver el crédito. Por eso se exigían avales, una fuerte entrada en metálico y como máximo se financiaba un 60% del precio total del inmueble. La fiebre especulativa rompió todos los diques del negocio, bancos y cajas competían entre si para ofrecer las mejores condiciones. Entonces proliferaron los créditos sin entrada y de hasta el 120% de financiación en la sobrevalorada tasación del inmueble (realizada por el mismo banco). En muchos casos sólo bastaba con mostrar una nómina, como pueden explicar muchos inmigrantes extracomunitarios, uno de los sectores de la población que, recién instalados en la ciudad, más necesitaban una casa.

Una estrategia financiera que se ha llevado por delante a Caixa Sabadell (Unnim) que apostó fuerte en el sector inmobiliario. (ver L’estat de la ciutat: El banco y la caja)

Otro factor que incidió de modo importante en el mercado inmobiliario radica en el elevado precio de los alquileres, en uno de los países europeos con menor oferta de este tipo. Esto animó a muchos ciudadanos a inclinarse por la compra, pues pagando unos euros más sería el propietario de un bien cuyo valor no cesaba de aumentar.

Algunos datos

Las cifras proporcionadas por el Observatorio Económico del Vapor Llonch son muy explícitas al respecto. Según datos obtenidos del Infodades, en el año 2001 empezaron a construirse en Sabadell 1.325 pisos y se acabaron 1.298; el año 2006, cuando la burbuja inmobiliaria estaba en su punto álgido se inició la construcción de 3.028 viviendas y se terminaron 2.014. A partir del 2008 prácticamente se detiene la actividad constructora: ese año  se empezaron a construirse 56 pisos, en el 2009, nueve y en el 2010 sólo cuatro.

Promoción La Serra 3, de VIMUSA, en Torre-romeu.
Promoción La Serra 3, de VIMUSA, en Torre-romeu.

El desplome del sector se produce tanto en el “mercado libre” como en el de vivienda protegida. Las promociones de la empresa municipal VIMUSA Can Puiggener 2 y Begoña en Poblenou fueron adjudicadas en 2009 y 2010 mediante dos sorteos. Sin embargo, a la hora de la verdad, en la primera de 67 pisos en venta, se tuvo que abrir un segundo proceso de adjudicación y ofertar 51 pisos de alquiler con derecho a compra, lo mismo que en Poblenou, de los 59 pisos en venta, 46 se ofrecieron en las mismas condiciones. Otras promociones de alquiler como La Serra 2, Espronceda o Manuel de Falla buscan inquilinos. A pesar que se han rebajado las condiciones para acceder a las viviendas los pisos no acaban de alquilarse.

Otro dato relevante para comprender el comportamiento del mercado inmobiliario radica en la evolución del precio medio mensual del piso alquiler que, en Sabadell según los datos que recoge el Anuari Estadístic en base a datos de la Cambra de la Propietat, muestra una curva ascendente hasta el estallido de la burbuja inmobiliaria en septiembre de 2008.

La vivienda a debate

El debate organizado por el colectivo Sa(badall), organizadores de la exposición Urbanoporosi, proporcionó algunos datos relevantes sobre la cuestión de la vivienda en la ciudad.

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La muestra Urbanoporosi analiza los espacios vacíos y sin uso de la ciudad.

 

Jaume Torres, representante de la Cambra de la Propietat, aseguró que, en los momentos álgidos del boom inmobiliario, Joaquim Clusa, urbanista y concejal del primer equipo de gobierno de Antoni Farrés, les advirtió que se estaba produciendo una peligrosa sobreproducción de viviendas. Si se precisaban seis o siete viviendas nuevas por cada mil habitantes se estaban construyendo once; es decir, casi el doble de lo necesario. Esto ha  generado un inmenso stock, propiedad de las entidades financieras, que tardará años en enjugarse. Los bancos se han convertido en las mayores inmobiliarias del país y sólo conceden financiación para sus propios pisos.

Oriol Sorolla, portavoz de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca y la Crisis de Sabadell (PAHCS), señaló que su organización está tramitando un centenar de casos de desahucio en la ciudad y que en cada asamblea semanal les llegan quince casos nuevos. La situación ha llegado a tal punto que, para evitar que tres familias se queden en la calle, ocuparon el 26 de mayo un bloque de tres pisos de nueva construcción en Campoamor, que nunca había estado habitado y propiedad de Catalunya Caixa, una entidad intervenida por el Estado. Una acción que ha significado un punto de inflexión en la búsqueda de soluciones al grave problema social planteado por la creciente oleada de desahucios, pues se quiere abrir una negociación con la entidad financiera intervenida para que los pisos sean otorgados en régimen de alquiler social.

Manifestación de afectados por la hipoteca en febrero.
Manifestación de afectados por la hipoteca en febrero.

Joan Casañas, representante del grupo Sabadell per a Tots, que agrupa a entidades solidarias como Drapaires d’Emaus, señaló el incremento del colectivo de los “sin techo” desde el estallido de la crisis y propuso la creación de un albergue nocturno para atender coordinamente estos casos.

El concejal de Urbanismo, Joan Manau, señaló que el Ayuntamiento es consciente que nos enfrentamos a una situación de “emergencia social a largo plazo”, en previsión de la cual se han habilitado 263 pisos de VIMUSA, aunque manifestó sentirse desbordado por un problema que no cesa de crecer. Preguntado desde el público por el número de viviendas desocupadas en Sabadell, respondió con datos del 2008 cifrándolas en 3.000 y se mostró remiso a proporcionar más información. Un número de pisos vacíos que actualmente debe ser sensiblemente superior.

Así pues se está generando la terrible paradoja que, mientras sobre cientos de personas se cierne la amenaza de verse en la calle, se multiplican los pisos desocupados, en muchos casos propiedad de entidades financieras intervenidas por el Estado.

 Conclusiones alternativas

Sorolla apuntó al fondo del problema al plantear la urgente necesidad de creación de un parque público de viviendas con alquileres asequibles. Sólo así podrá cumplirse el mandato constitucional del derecho a la vivienda que  como la educación y la sanidad, es una de las piezas básicas del Estado del Bienestar.

La situación generada por la crisis financiera permitiría que el Estado recuperase parte de los fondos invertidos para rescatar a los bancos en forma de viviendas que pasarían a formar parte de ese parque público. Ahora bien, ello supondría una decidida intervención pública en el mercado inmobiliario, contradiciendo todos los dogmas ideológicos del neoliberalismo, y cuestionando el monopolio de los bancos y las grandes empresas promotoras. Una decisión política que difícilmente podemos esperar de los gobiernos de PP y CiU.

Por otra parte, el debate del Casal Pere Quart evidenció la extremada opacidad de los gestores públicos y privados cuando se les solicita información concreta sobre el sector de la construcción y el mercado inmobiliario. El Ayuntamiento de Sabadell, que tanto presume de transparencia, debería impulsar la elaboración de un Libro Blanco sobre la vivienda en la ciudad donde participasen todos los agentes implicados.

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