ARTÍCULO DE OPINIÓN
Ramón Giménez, presidente de la Associació del Poble del Sud de Sabadell
Si tuviéramos que describir de alguna manera lo que ha significado la lucha por el Mercado de Campoamor, sería sobre todo como una auténtica lucha por la necesidad. Una definición sencilla, capaz de comprimir en 2.400 m² la dignidad de todo un barrio y su oportunidad de tomar de nuevo la palabra. La posibilidad de perder el Mercado de Campoamor generó una gran preocupación especialmente en cientos de personas mayores, que desde el inicio manifestaron el gran drama que suponía eliminar el Mercado en una zona que casi no dispone de comercio. Para todos ellos, el desplazamiento forzoso a otras zonas de la ciudad suponía de facto una condena inmediata, considerando los graves problemas de movilidad.
En este contexto, a finales de 2019 empezaron a tener lugar las primeras asambleas en contra del cierre del Mercado de Campoamor; con la movilización de más de doscientos vecinos y con una primera recogida de firmas -más de 2.000 en menos de un mes- que fueron cruciales para presentar y ganar en el Pleno Municipal una moción contra el cierre. Moción que, para la sorpresa de la mayoría, se aprobó por unanimidad. Este hecho marcó significativamente el rumbo de una lucha que, desde aquel preciso momento se empezó a percibir como ganadora y no sólo como necesaria y justa; algo inusual en una zona poco dada los últimos años a la movilización social. Un paso muy importante que aun no siendo definitivo, demostraba a todo el mundo -y también a ellos mismos- que los vecinos del sur no acatarían esta vez la carencia como norma histórica. Detener el cierre del Mercado de Campoamor generó inmediatamente la necesidad colectiva de una propuesta, que rápidamente se articuló mediante un intenso proceso participativo que todavía llega a nuestros días.
La necesidad era evidente: el barrio necesitaba recuperar comercio local y servicios. La propuesta por tanto estaba clara: disponer los 2.400 m² que ofrecía el Mercado nos permitía introducir una oferta comercial adaptada, combinada con otros usos. A partir de ahí, a lo largo de media década ha sido determinante el establecimiento de un gran movimiento vecinal en los barrios del sur que permitiera, por un lado, dar a conocer la propuesta masivamente, y por otro y más importante, hacer parte de ella al conjunto de los vecinos, transmitiendo algo esencial: nadie puede ni debe decidir o hablar por nosotros. El resultado ha sido abrumador: una segunda recogida de firmas con más de 6.000 apoyos, dos consultas vecinales para definir y aprobar la propuesta de Mercado con más de 1.000 votos emitidos y todo un despliegue de actos y asambleas con la colaboración de más de 2.000 vecinos. Porque de nada sirven las propuestas y la bondad si no somos capaces de subrayarlas y acompañarlas de pueblo.
Hoy el sur celebra con orgullo la primera gran reforma del Mercado de Campoamor cuarenta años después de su construcción; un proyecto de 3,6 millones que materializa la propuesta de los barrios y la victoria de su gente en pro de sus necesidades, su dignidad y su felicidad.
No obstante, antes de que todo esto ocurra, será necesario que el Ayuntamiento apruebe definitivamente el proyecto de obras; un paso previo a la reforma, que una vez más interpela directamente a los vecinos y vecinas, ya que la aprobación implica concretar y dar el visto bueno final a la distribución del futuro Mercado. Esto significa, entre otras cosas: fijar el número de paradas y su dimensión, el número de accesos, así como la configuración final de todas las zonas comunes. Elementos profundamente importantes, que determinarán los usos que puedan derivarse del Mercado en términos de necesidad por parte de los vecinos y vecinas del sur. Recientemente hemos entregado al Ayuntamiento la propuesta impulsada y ratificada formalmente en Consulta el pasado 1 y 2 de noviembre por más de 600 vecinos, solicitando su inclusión en el proyecto de obras. La propuesta sitúa la incorporación de 7 paradas comerciales y un pasillo relacional en el que ubicar servicios altamente necesarios en la zona, como es un cajero automático; algo imprescindible para configurar un equipamiento coherente y, en definitiva, ajustado a nuestras necesidades.
En cualquier caso, a la espera de culminar esta última fase, podemos decir que en nuestras calles se respira una idea colectiva profundamente evidente: el sur ha tomado la palabra. Y tras esta convicción compartida, se demuestra el gran poder que tienen los barrios para abrirse camino a la dignidad, dibujando un presente y un futuro a su medida.
El diari digital iSabadell obre la possibilitat als representants d’entitats, partits polítics i altres col·lectius a enviar articles d’opinió, reservant-nos el dret a la seva publicació. L’espai d’opinió reflecteix la visió personal de l’autor de l’article. iSabadell només la reprodueix.