D'esquerra a dreta i de dalt a baixa: representants del Procés Constituent, Podemos, Sabadell Guanyarà, ICV-EUiA i la Crida per Sabadell.

Análisis: ‘La recomposición del voto de izquierdas’

Las elecciones locales del 24 de mayo se presentan como las más abiertas de la historia de la ciudad desde la restauración de la democracia (1979) y donde la redistribución del voto desencantado socialista será determinante.

Sabadell es una ciudad de izquierdas. En las elecciones municipales la izquierda sociológica local, primero con Farrés y luego con Bustos, hegemonizó, con en torno a 30.000 votos, las mayorías suficientes para gobernar el municipio. Desde 1979, la suma de las formaciones de izquierda suele obtener entre 19 y 20 de los 27 concejales en juego, frente a los siete u ocho de PP y CiU.

Ahora bien, los comicios del 24 de mayo presentan una característica particular. El previsible declive del PSC, incrementado aquí por los efectos del caso Mercurio, plantea una recomposición de la representación municipal de la izquierda local. Si los socialistas hubiesen elegido a Juan Carlos Sánchez o Marta Farrés como alcaldable y hubieran emprendido una enérgica campaña de limpieza de su partido y la administración local, quizás hubiesen podido contener la caída. La elección de Josep Ayuso, que representa la continuidad con el bustismo, augura un severo castigo en las urnas.

Durante casi un año, plataformas como Unir a l’esquerra alternativa, pero sobre todo Procés Constituent intentaron una mediación entre las fuerzas a la izquierda del PSC para construir una candidatura unitaria desde ICV-EUIA a Entesa y CUP que ya habían puesto en marcha el proceso de confluencia en la Crida per Sabadell. Tras reunirse con todos los actores políticos y sociales implicados, Procés Constituent convocó dos encuentros entre ellos que se saldaron en sendos fracasos. En estas reuniones se escenificó la incompatibilidad entre las polaridades representadas por la Crida per Sabadell e ICV-EUiA. La irrupción de Podemos, tras las elecciones europeas, ha venido a complicar el panorama con una eventual tercera oferta electoral en liza.

Por el contrario, en Barcelona, bajo el liderazgo de la exportavoz de la PAH, Ada Colau, se impulsaba la operación Guanyem Barcelona que articulará una candidatura formada por ICV-EUiA, Procés Constituent y Podemos. Sin embargo, en Sabadell no existe el factor Ada Colau que sirva de aglutinante a fuerzas que de otro difícilmente se habrían puesto de acuerdo.

Pros y contras

La situación está determinada por la redistribución del voto del PSC entre las formaciones de izquierda de la ciudad. CiU podría recoger cierto voto a Bustos en el Centro de electores que veían en el exalcalde un factor de orden, pero que quizás no llegue a compensar la fuga de votos hacia ERC que, todo apunta, recuperará la representación municipal. Por su parte, Ciutadans espera recoger parte de ese voto socialista desencantado, pero también del PP, para entrar en el Consistorio.

Probablemente, una candidatura unitaria a la izquierda del PSC tendría posibilidades de alzarse como primera fuerza política de la ciudad. La imposibilidad de esta opción fragmentará en voto en dos o tres opciones, dependiendo de la decisión de Podemos. Incluso cuatro, si el grupo impulsor de Sabadell Guanyarà se inclina por presentarse a las elecciones.

La Crida per Sabadell cuenta como factores positivos la trayectoria y experiencia de Entesa en el ámbito de la institución municipal y la aportación de la militancia de los jóvenes del MPS y la CUP. Si en Entesa predomina la generación de la Transición, en la CUP y MPS la juventud, aunque ambos provengan de las clases medias catalonoparlantes. Esto, junto a su apuesta por el independentismo, limita su implantación en los barrios de los trabajadores, cuyo voto o abstención, son determinantes para otorgar la mayoría en el Consistorio.

ICV-EUiA podría haber capitalizado el voto socialista desencantado. Tenían a su favor el buen recuerdo de los gobiernos Farrés y haber sido la formación que llevó el caso Mercurio a los tribunales. Sin embargo, la escisión en dos grupos municipales a principios de mandato, las guerras internas en ICV que provocaron la dimisión de Carme García y el pase el grupo de no adscritos de Carles Marlés o la situación abierta por las primarias anuladas en EUiA han debilitado la proyección pública de la coalición. Tanto para recoger el voto socialista desencantado como para constituirse en el pal de paller de una candidatura unitaria de izquierdas. Quizás por eso quieren esconder sus siglas tras el paraguas protector de la Assemblea Oberta para aparecer ante la opinión pública como una candidatura ciudadana.

Podemos son unos recién llegados a la política municipal. Además, no podrán concurrir abiertamente con sus siglas, sino bajo la fórmula de Agrupación de Electores o en el marco de una candidatura más amplia como en Barcelona. En el caso de ir en solitario esto supone un grave inconveniente para que el elector identifique la Agrupación de Electores con Podemos. A pesar de ello, es una oferta que parte en buenas condiciones para recoger el voto socialista desencantado. Sin duda, el factor clave en las próximas municipales.

Alternativas y alternancias

La fragmentación de la izquierda podría interpretarse como un reflejo de la pérdida de vitalidad económica, política e intelectual de la ciudad. A diferencia del alcalde franquista Burrull, Bustos no tuvo que abandonar la alcaldía por la movilización de la ciudadanía organizada en sindicatos, partidos, entidades cívicas y vecinales, sino por la acción de los tribunales. Entonces el PSUC tuvo la capacidad de articular una alternativa política a la descomposición del ayuntamiento franquista. Tras dos décadas de gobiernos Farrés (1979-1999), el PSC de Manuel Bustos tuvo la habilidad de presentarse como alternativa generacional y política a la hegemonía de ICV, cerrando un ciclo de la vida pública local.

Ahora, a cuatro meses de las municipales y cuando todo apunta a otro fin de ciclo, la ciudadanía no percibe una alternativa política municipal a la descomposición del bustismo. Y esa, es precisamente, la única baza del PSC para alzarse como primera fuerza política de la ciudad, aunque quizás no sea suficiente para retener la alcaldía.

Las múltiples incertidumbres planteados en estos comicios, unida a la gravedad de la situación social y al descrédito de los partidos tradicionales, podrían configurar un mapa político inédito, con una elevada fragmentación y de difícil gobernabilidad.

D’esquerra a dreta i de dalt a baixa: representants del Procés Constituent, Podemos, Sabadell Guanyarà, ICV-EUiA i la Crida per Sabadell. 

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