L’ESTAT DE LA CIUTAT
Aquí se esboza el origen y el desarrollo de un modelo sanitario, basado en la colusión de los intereses públicos y privados, que se ha demostrado lesivo para la asistencia sanitaria a la ciudadanía, que sólo beneficia al sector privado y propicia el caldo de cultivo de la corrupción.
Sabadell y su comarca padecen un déficit crónico en la asistencia hospitalaria, estimado en 500 camas, si nos atenemos a la media catalana. Se trata de uno de los problemas más graves de nuestra ciudad y su área de influencia que se arrastra desde hace décadas y que se manifiesta en la situación de colapso permanente de la Corporació Sanitària Parc Taulí, evidente para cualquiera que visite su saturado servicio de urgencias y con una listas de espera que afectan a miles de pacientes (más info: ‘Unes 3.500 persones en llista d’espera per operar-se al Taulí‘).
El origen del Parc Taulí se remonta a 1986 y fue creado bajo los auspicios del departament de Sanitat de la Generalitat, l’ajuntament de Sabadell, las entidades propietarias de las clínicas y mutuas de la ciudad: Caixa Sabadell, Sabadell Mutual, la Fundació Hospital i Casa de Beneficiència de Sabadell, donde la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) jugó un papel clave. En 1998, el modelo se consolida y el Consorcio Hospitalario se convierte en Corporació Sanitària, adquiriendo personalidad jurídica propia.
A diferencia de Terrassa, donde conviven una oferta pública y otra privada de carácter mutualista, aquí se apostó por la fórmula de consorcio público-privado que combina el acceso universal y gratuito con la gestión empresarial. En el contexto de privatizaciones y externalizaciones de los servicios públicos de la época, el proyecto del Taulí fue presentado como la solución más moderna y eficiente a la asistencia hospitalaria y contó con el aval político del alcalde Antoni Farrés que se manifestó como un ardiente partidario de esta fórmula.
Uno de los primeros efectos de la creación del consorcio fue la liquidación del hospital pediátrico del Nen Jesús, ubicado en Ca n’Oriac y financiado por Caixa Sabadell, que significó una pérdida irreparable para la ciudad de un centro especializado y de calidad.
La experiencia de 28 años ha demostrado que estos consorcios mixtos no garantizan una asistencia de calidad que sólo puede mantenerse si existe el respaldo inversor de las administraciones públicas y que favorece los intereses del sector privado.
Así, mientras que los servicios sanitarios más onerosos, como las operaciones, corren a cargo del erario público, los más rentables para el mercado fueron externalizados, como ocurre con las analíticas y las radiografías a favor de empresas privadas como UDIAT.
El Plan de choque
La situación de permanente colapso y las protestas vehiculadas a través de Coordinadora per la Defensa de la Sanitat Pública, motivaron que la titular de Salut del tripartito de izquierdas, la socialista Marina Geli, aprobase en julio de 2005 el denominado Plan de choque. Éste contemplaba la creación de un hospital ligero de de 200 camas en Cerdanyola-Ripollet, que habría de llamarse Ernest Lluch, la ampliación del Taulí y el convenio con otros centros sanitarios como el Hospital de Terrassa, l’Aliança (ahora Clínica del Vallès) que se amplió posteriormente al Hospital General de Catalunya, propiedad de una multinacional del sector.
El Plan de choque consolidó el modelo mixto del Taulí como eje de la asistencia sanitaria, así como la connivencia de la Generalitat con el lobby sanitario privado. El citado plan no tuvo en cuenta en cuenta la optimización de los recursos existentes como implementar las dos plantas vacías del Hospital de Terrassa, un equipamiento público, y la infrautilización del Hospital General de Catalunya, reflotado con fondos públicos o de la Clínica del Vallès.
Ajustes y recortes
La crisis financiera liquidó el Plan de choque que nunca llegó a aplicarse. La creación del hospital Ernest Lluch en Cerdanyola-Ripollet quedó en suspenso sine die, al igual que la segunda fase de ampliación del Hospital Taulí, que preveía la rehabilitación del actual edificio. La primera se llevó a cabo con la construcción de un nuevo edificio de 15.277 metros y la rehabilitación de otros 1.048 con mejoras en las áreas de ginecología, pediatría, atención ambulatoria y ámbito quirúrgico.
En febrero de 2011 se presentó un riguroso programa de ajustes para reducir su presupuesto en 14 millones de euros que implicaba el cierre de 12 camas de medicina interna en Santa Fe, de otras 34 en el Centre Albada y la clausura de tres quirófanos en horario de tarde, así como el cierre de ciertas consultas externas.
Estas medidas comportaron que la presión asistencial en urgencias experimente límites intolerables y que las listas de espera se alarguen hasta niveles insoportables. De este modo se disipaba el horizonte de solucionar el histórico déficit hospitalario en un ataque sin precedentes a los derechos sanitarios y la calidad de vida de la ciudadanía.
El brutal ajuste contra uno de los puntales del Estado del Bienestar adquirió una particular gravedad política al contravenir el programa electoral de CiU que se había comprometido a no recortar ni en sanidad, ni enseñanza.
En realidad, estos ajustes constituyen un despilfarro, pues cerrar plantas y no operar por las tardes supone infrautilizar costosos medios aportados con el dinero de todos, sin contemplar un mejor aprovechamiento de los servicios existentes con una gestión más eficiente, reduciendo duplicidades, gastos burocráticos y explorando fórmulas más imaginativas.
La degradación del sistema público sanitario que implican estos recortes cuestiona el modelo asistencial, basado en la gratuidad y universalidad del servicio. Así se abren las puertas a una doble y desigual red: centros públicos y de escasa calidad para las clases trabajadoras; centros privados/concertados de calidad para las clases medias-altas que pueden permitirse pagar mutualidades.
Irregularidades en el Taulí
La Sindicatura de Comptes expuso en su informe anual del ejercicio 2006-2007 las múltiples y recurrentes anomalías en la gestión del Taulí.
Las citadas obras de ampliación del hospital, por valor de más de un millón de euros, se realizaron de manera irregular, mediante adjudicación directa y sin licitación pública, 800.000 euros de los cuales destinados a una misma empresa, incumpliendo la Ley de Contratos de las Administraciones Públicas. Las obras se entregaron con un año de retraso y un incremento del 21,8 por ciento sobre el precio presupuestado inicialmente, la rendición de cuentas se realizó fuera de plazo.
Según el organismo, encargado de fiscalizar las cuentas públicas, estas obras son un ejemplo de cómo no deben realizarse las obras públicas y habrían de figurar en los manuales de la mala gestión, si éstos existiesen. También se detectó que un directivo del consorcio hospitalario percibió una prima de 7.000 euros por unos objetivos que no había cumplido.
También denunció no tener “evidencia escrita” del salario del director general del centro hospitalario. Hubimos de esperar unos cuantos años para saber que este cargo percibe un sueldo de 144.187 euros brutos anuales, más que los consellers y que el president de Generalitat, y que es el tercero mejor pagado de las empresas sanitarias. Toda una obscenidad cuanto se han aplicado duros ajustes a las plantillas de los centros hospitalarios (más info: El director del Taulí cobra més que Artur Mas‘).
La dirección del Taulí alegó, de modo poco convincente, que adoptó esta solución ante las dificultades para encontrar empresas interesadas, en pleno boom de la construcción y dada la urgencia del proyecto. En el debate parlamentario, la diputada socialista Montserrat Capdevila intentó justificar a la dirección del Taulí, del que forma parte el Consistorio, a causa de la “presión asistencial, política y mediática”, como si eso fuera una excusa, en vez de comprometerse a que estas graves irregularidades no volvieran a reproducirse.
El resultado del debate fue deprimente. El Parlament se negó a ordenar las comparecencias de los directivos del Taulí para dar las pertinentes explicaciones, no se produjo ninguna dimisión por la pésima gestión de las obras de ampliación, ni tan siquiera se pidió al directivo la devolución del importe de la prima. Tampoco se planteó estudiar medidas legislativas para que la Sindicatura de Cuentas disponga de capacidad sancionadora para intervenir en estos casos.
Con estos precedentes no es extraño que el informe de la Sindicatura de Comptes del 2013 volviera a revelar graves irregularidades en la gestión del Taulí de 2008 al 2011 (más info: ‘ICV-EUiA porta a Fiscalia un informe de la Sindicatura de Comptes sobre la gestió del Taulí‘). Unas irregularidades que se sustentan en la opacidad, pues aunque sus presupuestos son aprobados por el Parlament éstos no son públicos hasta la Sindicatura emite sus informes, como recuerda en el artículo ‘El Taulí‘ el presidente de la FAV, Manuel Navas.
Esta semana en el pleno municipal los grupos municipales de PSC, CiU y PP evidenciaron su complicidad con esta política de opacidad que ampara las prácticas irregulares, rayanas en la corrupción. Así votaron en contra, en el pasado pleno municipal, de la moción presentada por ICV, EUiA y Entesa, a instancias de la Coordinadora per la Defensa de la Sanitat Pública, que instaba a que publicaran los presupuestos de la corporación sanitaria, las actas del consejo de gobierno y los convenios de colaboración con operadores privados (más info: ‘El ple d’abril, en 6 claus‘).
La sombra de la corrupción
En los últimos años han aflorado numerosos casos de presunta corrupción en la sanidad catalana como los del grupo Innova de Reus, la fundación del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona, el Consorci de Salut del Maresme i La Selva, así como la relación entre el Servei Català de la Salut (ICS) y la patronal Consorci de Salut i Social de Catalunya, el Grup Serhs y la empresa CCM Estratègies i Salut. De hecho están imputados en procesos judiciales, el ex presidente del Institut Català de la Salut (ICS), Josep Prat, el ex director del Servei Català de la Salut (CatSalut) Carles Manté, el ex alcalde de Lloret de Mar, Xavier Crespo, y el ex presidente del Consorci de Salut i Social de Catalunya y presidente del Grup Serhs, Ramon Bagó.
La comparecencia de Daniel de Alonso, director de la Oficina Antifrau de Catalunya (OAC) ante la comisión parlamentaria que investigó las presuntas irregularidades en la sanidad catalana fue altamente instructiva. Alonso criticó con dureza el modelo sanitario catalán, basado en consorcios mixtos, tipo Taulí que no sólo están mal gestionados, sino que propician todo tipo de irregularidades y la corrupción, derivado de la colusión entre intereses públicos y privados.
A pesar de las evidencias, PSC y CiU unieron sus votos en la citada comisión de investigación para negar, contra todas las evidencias, que exista corrupción o irregularidades en la sanidad catalana. Sólo el PP apoyó algunas de sus propuestas, mientras el resto de grupos parlamentarios se abstuvo o votó en contra. Todo un ejemplo de cómo funcionan las cosas en este país.
Cambio de modelo
El sistema sanitario catalán, impulsado por CiU, contó con el aval de la izquierda institucional que, en vez de luchar por un modelo de sanidad pública, se adaptó a un modelo en sintonía con la ofensiva neoliberal de la década de 1980 que se prolonga hasta nuestros días.
Sabadell es un buen ejemplo de ello. Farrés participó a fondo con esta fórmula espuria que continuó siendo apoyada por Manuel Bustos. En efecto, existe una incompatibilidad de fondo entre un servicio público que debería ser sufragado con los impuestos y los criterios empresariales que buscan obtener beneficios de la asistencia sanitaria.
Un modelo que se ha demostrado lesivo para la correcta atención sanitaria de la ciudadanía, ha beneficiado a los lobbys sanitarios privados y ha propiciado el caldo de cultivo de la corrupción. Por tanto, la alternativa pasa por desmantelar estos onerosos consorcios y apostar decididamente por la sanidad pública.
Foto portada: ciudadanos de Sabadell pidiendo en el pleno de marzo una comisión de seguimiento de las cuentas del Taulí. Autor: J.d.A.
LOS PARTIDOS POLÍTICOS DE ‘IZQUIERDAS’ CATALANES, COLABORADORES NECESARIOS EN EL DESMANTELAMIENTO DE LA SANIDAD PUBLICA
Las verdaderas señas de identidad de la ‘casta política’ se demuestran en sus formas de cómo se debe gestionar la sanidad pública. Aunque este aspecto está generalizado en todo el país lo cierto es, que en Cataluña se lleva la palma, aquí se ha generalizado su mala gestión y ha conducido a una forma de enriquecer a estas corporaciones sanitarias donde la mayoría de ellas se encuentran en manos, bien de políticos ligados al régimen de turno, o bien de allegados a estos, convirtiéndose en un verdadero nido de serpientes donde alberga el mayor numero de políticos corruptos. Y donde por supuesto están colaborando (todos) los partidos políticos (incluidos los llamados de izquierda). El Taulí es una buena prueba de ello y como bien explica Santamaría, hasta el enigmático Antoni Farrés participó en ello, favoreciendo sin lugar a dudas intereses capitalistas.
Hoy las cosas (lejos de ir a mejor) se han empeorado, y ya nadie se esconde a la hora de darle apoyo a estos lobbys para que se puedan seguir enriqueciendo y cada vez de forma más rápida. Aunque abecés veamos que aparentemente salgan algunos partidos en defensa de la ciudadanía (sobre todo cuando se les presiona a nivel local) como es el caso de Sabadell. Sin embargo, la realidad es otra, y vemos que estos mismos partidos a nivel de Cataluña continúan colaborando con el sistema corrupto que se ha creado alrededor de la sanidad. Siendo sus principales colaboradores los que hoy ostentan el poder en Cataluña (CIU) los primeros, seguidos de sus socios colaboradores de (ERC) y por supuesto de los (mal llamados partidos de ‘izquierda’) PSC e ICV- EUiA. Sin olvidar, a los (untados) sindicatos de CCOO y UGT. Todos colaboradores necesarios en todo este entramado de corrupción que como vemos, se apresuran y colaboran para que (incluso) no tengan que dar cuentas de su mala gestión a los que pretenden desmantenarla.
Lo que hoy nos da a conocer Antonio Santamaría en su articulo, siendo mucho lo que dice en esté, tan solo es una pequeña muestra de lo que está pasando en general (y en particular en Cataluña). Aquí y desde hace tiempo, ya se ha optado por desmantelar la sanidad pública y dejarla en manos de la privada, donde el papel de los partidos de ‘izquierdas’ es fundamental para que se pueda hacer posible ese desmantelamiento, ya que ejercen de freno ante cualquier movilización al respecto. Por lo que su colaboración sin lugar a dudas es, muchísimo más perjudicial que la de la propia derechas. Lo que nos vienen a decir, que todos están al servicio de una misma causa (el desmantelamiento de la sanidad pública) para dejarla en manos de el (amiguismo de políticos) e incluso favoreciendo que lo hagan los que ostentan el poder (como se demuestra con el actual responsable de sanidad Boi Ruiz con empresa propia que ya se está beneficiando de ello).
Por todo lo cual, y en estos momentos, se hace imposible luchar contra un sistema que se corrompe día a día y que a pesar de estar sufriendolo en nuestras carnes los desmanes de esta gentuza, no somos capaces ni de hacerle frente a esa ‘casta política’ que les hace el juego sucio. Encargándose al mismo tiempo de hacernos entender que la situación económica es la responsable para que desaparezcan nuestros derechos. Y, como decía antes, frenando cualquier movimiento al respecto. Y nos dejamos llevar por lo que nos aconsejan estos, sin acordarnos que por otro lado, son ellos los que están colaborando con estos corruptos.
Ante este sistema de destrucción en la sanidad publica, me gustaría resaltar a una de las personas que lleva mucho tiempo denunciando estas conductas de corrupción. A este respecto, el periodista catalán Alfons Quintá que, aunque habiendo sido un alto colaborador en el gobierno de Jordi Pujol, hoy se ha convertido en un incansable denunciante de estas tramas de corrupción. Aunque su labor de ve lamentablemente silenciada porque los grandes medios de comunicación catalanes que, también se encuentran convenientemente (regados) de millonarias subvenciones para silenciar el desmantelamiento de la sanidad publica en Cataluña, como es obvio no está por la labor.
Son muchos los artículos publicados por este periodista que ponen de manifiestos lo que está pasando con la sanidad publica catalana. Siendo estos algunos de los muchos que Alfons Quintá a publicado y que sin embargo han pasado prácticamente inadvertidos para la población afectada:
El holocausto del sistema sanitario catalán http://ift.tt/PgtgSa
Mas perdiendo voto y dudando sobre cambiar consejeros http://ift.tt/1hqm9gv
Un preocupante concurso de ambulancias http://ift.tt/1bNvnHh
Homs: “Proceso por el derecho a decidir hasta 2016” – Crónica G
ERC entrando en el Gobierno autonómico y el consejero Boi Rui
Alfons Quintà | La Voz de Barcelona – Crónica Global
La privatització del Clínic, pendent de les enquestes – El Debat
ERC entrando en el Gobierno autonómico y el consejero Boi Ruiz
Aunque son muchos más lo publicados, estos de muestran con creces hasta que punto está de corrompido el sistema y de que forma los partidos políticos son colaboradores de estos corruptos. Por tanto, y como dice Santamaría: “Un modelo que se ha demostrado lesivo para la correcta atención sanitaria de la ciudadanía, ha beneficiado a los lobbys sanitarios privados y ha propiciado el caldo de cultivo de la corrupción. Por tanto, la alternativa pasa por desmantelar estos onerosos consorcios y apostar decididamente por la sanidad pública.”
El problema es, ¿como desmantelamos algo que en Cataluña lleva años consintiéndose…? Y lo peor, ¿A quien ponemos al frente para hacerlo…?
Por lo que una vez más no tengo por menos que decir que, ¿Tenemos lo que merecemos?
el control que este tipo de entidadades, financiadas directa o indirectamente con fondos públicos es, en palabras de la cospedal, “en diferido”, hasta que no entra la sindicatura de cuentas (cada 2-3 años), cuando el mal ya está hecho y la vuelta atrás es imposible y eso es así porque incluso en consorcios de titularidad pública como es el caso de taulí, la gestión no lo es y además es poco tansparente, accesible y entendible para el ciudadano de a pie ¿por qué y a qué tiene miedo la dirección del taulí en particular y todas las administraciones y partidos implicados en general?. algunas de las consecuencias y corruptelas de este tipo de gestión y control, ya las apunta antonio. entre otras cosas, de lo que se trata, lo que se reivindica es que los servicios públicos, financiados con fondos públicos, sean gestionados públicamente.
Hola, amigos:
Mi punto de vista sobre el tema.
Cuando se hace un comentario específico sobre un tema de política general, se puede generalizar (y valga la redundancia).
Cuando se trata de un tema particular de la política hay que afinar un poco más. Soltar porquería a diestro y siniestro para hacer ver que todos los políticos son iguales porque huelen a lo mismo… no vale.
Yo nunca he pensado que todos los andaluces son vagos. Ni todos los maños, tozudos. Ni todos los catalanes, tacaños. Ni todos los gallegos, analfabetos… etc. Esto eran arquetipos creados por la ignorancia para seguir perpetuando la ignorancia entre la gente.
Decir que TODOS los políticos son corruptos es, cuando menos, seguir perpetuando la ignorancia. Y pensar que, en los parlamentos, todos se están repartiendo cada día miles de Euros que se han robado a los ciudadanos es indigno. Hay que especificar quién es “el bueno” o “el malo” por decirlo al estilo de los cuentos infantiles.
“Al César, lo que es del César. Y a Dios, lo que es de Dios”.
Otra cosa es que una parte de nuestros GOBERNANTES (que son políticos, como es lógico) se hayan corrompido; y las leyes sean lo suficientemente laxas como para que haya muchos más que lo intenten.
Pero hay otros políticos que han denunciado la corrupción cientos de veces y combaten contra ella. Lo que pasa es que la prensa -en algunos casos comprada por los propios corruptos- les silencian o les ninguneen.
En este tema del Taulí hay mucha tela que cortar. Habría que estudiar cuál es el papel privatizador de algunos partidos en el gobierno. Y habría que ver si los trabajadores están por la labor no privatizadora. Es decir, si todos ellos están por luchar.
Me gustaría que, alguien “de dentro” del Taulí explicara lo que está pasando allí: DE VERDAD, SIN TAPUJOS.
El artículo de Antonio -aún siendo bastante esclarecedor- está hecho por un hombre que no trabaja allí. Recibe información y la transmite en forma de artículo periodístico.
Muchas gracias.
Lo mismo pasa c