Álvaro García Trabanca, ‘El Company’, (1931-2019): dirigente vecinal, líder sindical y luchador antifranquista

Trazamos una semblanza biográfica  de uno de los líderes del movimiento vecinal, sindical y de la oposición democrática a la dictadura franquista. Fallecido el pasado 10 de mayo en Sant Quirze del Vallès, sirvan estas líneas como una necrológica y un homenaje póstumo.

Álvaro García Trabanca nació en 1931 en Olivenza (Badajoz). Se trata de un municipio que perteneció a Portugal hasta 1801, fecha en que fue anexionado por España tras la denominada Guerra de las Naranjas que enfrentó a ambos Estados. Desde entonces y hasta ahora es reivindicado por los sectores irrendentistas del nacionalismo portugués.

Siendo muy joven su familia emigró a Sabadell donde se instalaron en las Cuevas de Sant Oleguer. Su padre encontró empleo de albañil, una de sus hermanas trabajó como aprendiza de hiladora, otra de aprendiza de tejedora y la más pequeña de sólo nueve años de plegadora de piezas. Según explicó en la entrevista concedida a Xavier Domènech, en una inspección de trabajo los patrones la ocultaron en un bidón pues no tenía la edad para trabajar.

Sus padres, como relató a Andreu Castells, adquirieron en 1950 una cueva por 3.000 pesetas que tenía dos habitaciones; una en donde dormía toda la familia y otra que se utilizaba como cocina. Los días que llovía existía una gran preocupación ante el temor de derrumbes; tanto es así que para conjurar el peligro algunas mujeres rezaban el rosario. De su estancia en las cuevas recuerda la labor benéfica de los jesuitas y en particular de Josep Maria Borri, de la parroquia de la Santísima Trinidad y de las señoras de San Vicente de Paul que cada navidad regalaban una cesta a las familias de las cuevas. También se presentaron pastores protestantes. Entonces los jesuitas, siempre tan amables, denunciaron a los protestantes al alcalde Marcet.

Su familia residió durante tres años en la cueva hasta que sus condiciones económicas mejoraron y se trasladaron a Torre-romeu donde compraron un terreno. Como la mayoría de sus primeros habitantes, construyeron su vivienda durante los sábados y los domingos. En esos años de formación del barrio se celebraba la misa al aire libre, hasta que los propios vecinos en los días festivos edificaron la iglesia del barrio entre 1952 y 1953.

Álvaro desempeñó diversos oficios, primero como carbonero, luego como aprendiz de tejedor y plegador, hasta que encontró trabajo en Construcciones Eléctricas de Sabadell (CES), dedicada a la fabricación de bobinas para motores eléctricos, donde trabajó durante 18 años. Esta empresa fundada en 1945, era propiedad de Antoni Forrellad y Josep Salvador Roig, en 1963 entró en el accionariado, con el 50 por ciento del capital, la multinacional sueca ASEA, pasando a denominarse ASEA/CES.

Catolicismo social

Perteneciente a una familia muy religiosa, fue de los fundadores en 1954 en Sabadell de la Juventud Obrera Católica (JOC) en el barrio de Torre-romeu, con el apoyo de unos amigos de Terrassa, entre los cuales cita Ramon Pujol y con el apoyo del vicario Jordi Rius Cot. Desde este barrio las JOC se extendieron a Can Rull, Ca n’Oriac, Creu de Barberà, Campoamor y Gràcia y en 1957 ya contaban con 800 militantes. La JOC analizaba los problemas tanto en las empresas donde trabajaban como en los barrios donde residían, entonces atenazados por la miseria, el barraquismo y las carencias de los más elementales servicios públicos e infraestructuras.

En 1954, los jóvenes de la JOC organizaron un acto público para celebrar en Torre-romeu la primera conmemoración del Primero de Mayo de la postguerra, que difundieron a través de octavillas. Según explicó a Xavier Domènech, fueron citados al día siguiente en la comisaría de policía bajo la acusación de ser comunistas. Esto provocó que algunos jóvenes se apartaran del grupo y que el núcleo de la JOC hubiera de reconstituirse. Desde entonces, y en calidad de presidente de la JOC de Sabadell, fue detenido y llevado a la comisaría en numerosas ocasiones

En 1957 junto a siete sabadellense asistió en Roma a la Concentración Mundial de Jóvenes Trabajadores y ese mismo año organizó una escuela nocturna para obreros en el barrio. Cuando contrajo matrimonio con Eugenia Jiménez, del entorno de la JOC con la que tuvo dos hijos, Daniel y Alejandro, pasó a militar en la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC). Al casarse, a principios de la década de 1970, se trasladó a vivir a Ca n’Oriac, a la zona de las Oliveras, donde formó parte de la Comunidad Cristiana del barrio y de la asociación de vecinos.

Dirigente vecinal

A principios de la década de 1960, fue uno de los impulsores del movimiento vecinal en Torre-romeu. Álvaro García tuvo muchos problemas para conseguir la autorización para disponer de un Centro Social ya el gobernador civil se negaba a permitirlo. Así hubo de recurrir a Càritas y a los curas del barrio. El 1963, el alcalde Antoni Llonch, que había substituido a Marcet, autorizó la construcción de un barracón de madera como sede del Centro Cultural. Desde allí los jóvenes de la JOC organizaron una campaña de cultura obrera con charlas impartidas, entre otros por Jesús Salvador y Jaume Viladoms, quien pronunció una conferencia sobre la inmigración y los obreros catalanes. El modesto centro cultural recibió la visita del cónsul norteamericano.

Desde el Centro Cultural de Torre-romeu se impulsaron diversas iniciativas para obtener unos servicios públicos dignos, como transporte público en un barrio aislado del resto de la ciudad, para denunciar el déficit de maestros y la masificación de las aulas en los barracones de madera usados como escuelas o conseguir la pavimentación del barrio. Además, de estas reivindicaciones se promovió una cooperativa de vivienda y se organizaron numerosos actos recreativos, deportivos y culturales como proyecciones cinematográficas, conferencias o excursiones. Asimismo, desde el Centro Cultural, presidido por Álvaro García Trabanca, se editaba un boletín que funcionaba como el portavoz de las reivindicaciones del barrio. Así en septiembre de 1969, escribía:

“Nadie nos ha regalado nada. Todo lo hemos ganado a pulso, o sea ‘luchando’. Primero fue la luz, después fueron los colegios, el puente de madera, después el puente grande, luego el autobús y ahora las cloacas”.

Álvaro García Trabanca tuvo un papel destacado en la huelga de autobuses de 1964 que puede considerarse un precedente de las futuras luchas vecinales. Esta movilización fue organizada por militantes de las organizaciones cristiano-marxistas del Front Obrer de Catalunya (FOC), JOC y HOAC y del Partit Socialista Unificat de Catalunya (PSUC). El boicot, que se realizó el sábado 2 de mayo, estuvo precedido por una convocatoria a través de miles de octavillas distribuidas por los barrios de la ciudad y firmadas por “grupos de trabajadores sabadellenses organizados”. El boicot fue un gran éxito. La población respondió y los vehículos circularon vacíos mientas los trabajadores se desplazaron a pie en grupos hasta sus centros de trabajos. El despliegue policial fue extraordinario y se desplazaron a la ciudad miembros de la temida la brigada político-social de Barcelona. La represión fue terrible. Se realizaron más de 30 detenciones entre ellos Pompili Avellaneda, Casimir García, Simón Saura, Joan Molas, Julio Jurado, Josep Soler, el militante comunista Nobert Orobitg y Álvaro García Trabanca que fue trasladado  a la comisaría de la Via Laietana donde fue torturado durante 72 horas por el comisario Antonio Creix de siniestra fama.

No sería la única ocasión que sería torturado por la policía. Con motivo de la agitación social y estudiantil el régimen franquista declaró, el 24 de enero de 1969, el Estado de Excepción que se prolongaría hasta el 25 de marzo del mismo año. A pesar de ello continuó la agitación del movimiento obrero y la oposición democrática en lo que se denominaron los ‘domingos rojos’. Estas acciones consistían en que unos cuantos militantes cortaban una calle, mientras otros portaban pancartas o repartían octavillas. Si era necesario se tiraba un coctel molotov para impedir la llegada de los coches de la policía.

Una de las acciones que tuvo más resonancia en Sabadell fue la realizada el 2 de marzo cuando aparecieron las pintadas: Poder Obrero, Capitalismo, no en el Gremi de Fabricants y se rompieron algunos cristales. En este marco, cuando las fuerzas de la oposición democrática estaban preparando el Primero de Mayo, el torturador y comisario de policía de Sabadell, Ángel García, procedió a la detención el 12 de abril de sus organizadores entre ellos Álvaro García Trabanca, Antoni Farrés, los tres hermanos Galofré o las dos hermanas Ribell. Álvaro fue trasladado a la jefatura de Policía de Barcelona en la Via Laietana donde permaneció detenido más días de lo que legalmente podía estarlo. Allí fue objeto de malos tratos y brutales palizas. Posteriormente fue puesto bajo jurisdicción militar y ante su sorpresa fue tratado correctamente por los militares. Ingresados en la prisión, organizaron un curso de marxismo donde la voz cantante la llevaba Antoni Farrés.

El proceso contra ellos fue instruido siguiendo la Ley de Bandidaje y Terrorismo. Ahora bien, debido a la incompetencia del Tribunal de Orden Público (TOP) la causa fue archivada, pues entre otras cosas les acusaron de realizar las pintadas del Primero de Mayo en Sabadell, que se hicieron cuando ya estaban detenidos.

Líder sindical

Además de sus actividades como dirigente vecinal, Álvaro García Trabanca fue un destacado líder sindical. Participó en la constitución de Comisiones Obreras (CC.OO) en Sabadell en 1966. Asimismo fue uno de los fundadores en Sabadell de la Unión Sindical Obrera (USO), que se implantó espacialmente en el sector del metal y que entre 1969 y 1973, mantuvo unidad de acción con CC.OO. Tras un efímero paso por la Unión General de Trabajadores (UGT) se reintegró en la USO donde ostentó el cargo de secretario general de Catalunya. Durante la dictadura militó en el Moviment Socialista de Catalunya (MSC) de Joan Reventós y con la llegada de la democracia ingresó en el Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC). Tambien participó junto con Josep Esquirol, Carme Obradors y Maria Teresa Prats en el Comité de Solidaridad que atendía las necesidades de los detenidos por la dictadura.

Por otro lado, tuvo una actuación destacada en ASEA/CES, llegando a ser el presidente de su comité de empresa donde lideró la huelga de 40 días contra las pretensiones del joven gerente sueco que quiso recortar las conquistas laborales conseguidas en convenios anteriores. Posteriormente abandonaría la empresa para trabajar en la  gestoría laboral Laser en Els Merinals, regentada por los hermanos Sánchez. Asimismo formó parte de la comisión negociadora en la Huelga General Política y de la Huelga del  Metal.

Manuel Zaguirre, que fuera secretario general de USO y que trabó amistad con Álvaro, evoca su relación en aquellos tiempos y las reuniones clandestinas de viernes por la tarde a domingo al mediodía una vez al mes en una casa de ejercicios espirituales en Parets del Vallès. Zaguirre destaca su papel de valedor de las bases frente al burocratismo y lo califica de “dirigente obrero de alto nivel”, obsesionado con la educación y formación de los trabajadores

“A Álvaro creo que fue el primero que yo oí utilizar la palabra ‘compañero’, ‘company’ en catalán, para dirigirse a los demás. Era como una muletilla que repetía mil veces a lo largo de sus intervenciones o en las charlas informales. Tanto era así que el apodo con que se le conocía era ‘El Company’. Solía pasar del castellano al catalán y viceversa cuando hablaba”.

En la última etapa de su vida se dedicó a promover la cooperación y la solidaridad internacional a través de la sección dedicada a este tema del sindicato USO, denominada SOTERMUN. Asimismo fue cofundador de la ONG Ateneu del Món, que hermanó Sant Quirze del Vallès con el municipio de Antilla en Cuba al que aportaron importantes ayudas. En esta época visitó dos veces en Brasil a su amigo, el obispo Calsadàliga, que había conocido en Sabadell.

Al final de su vida y como reconocimiento a su trayectoria fue galardonado con la Medalla al Mérito Social de l’Ajuntament de Sabadell, la Medalla President Macià de la Generalitat de Catalunya o el Premi Solidaritat de l’Institut de Drets Humans de Catalunya. También, en 2004 fue nombrado hijo predilecto de su ciudad natal de Olivenza.

Al divorciarse, a mediados de la década de 1980, se instaló en Sant Quirze del Vallès donde fue presidente del Casal d’Avis. En sus últimos años vivió en la Residència Assis donde falleció el pasado el pasado 10 de mayo.

Bibliografía

ARXIU HISTÒRIC de CC.OO a Catalunya. Entrevista de Xavier Domènech a Álvaro García Trabanca (16/11/2000 y 15/3/2001).
BORDETAS JIMÉNEZ, Iván. Més enllà del riu: Torre-romeu, El Poblenou, El Raval d’Amàlia…Museu d’Història de Sabadell, 2006.
CASTELLS, Andreu. El franquisme i l’oposició sabadellenca 1939-1976. Ed. Riutort, Sabadell, 1983.
Entrevistas con Manuel Calzado y Simón Saura.  

Foto portada: Álvaro García Trabanca, en Olivenza, el año 2004.

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