Análisis. ‘La pancarta y los lazos de la discordia’

Durante dos semanas hemos asistido a un esperpéntico tira y afloja a propósito de la pancarta en el balcón del Ayuntamiento, que reclama la libertad de los presos políticos, así como de los lazos amarillos que figuran en los edificios de titularidad municipal. Unos símbolos que se instalaron hace aproximadamente año y medio.

El lunes 13 de marzo, la Junta Electoral de Zona, a instancias del PP y Cs, dio un plazo de 48 horas al alcalde para que procediera a quitar estos símbolos. El alcalde Maties Serracant (Crida per Sabadell) intentó esquivar la resolución con un recurso orientado en dos direcciones. En la primera, en la lógica de “engañar al Estado” ensayada por Artur Mas, argumentaba su ignorancia sobre qué pancarta de las tres instaladas en el Ayuntamiento había de retirar y con cierto cinismo afirmó que estos símbolos no pertenecían a ninguna candidatura cuando todo el mundo sabe que la reclamación de libertad de los supuestos presos políticos y los lazos amarillos son símbolos de las formaciones independentistas. En la segunda línea argumental se amparaba en el derecho a la libertad de expresión para mantenerlos (más info: ‘Així vol esquivar Serracant la retirada dels llaços‘). 

Mientras se esperaba la respuesta de la Junta Electoral esta cuestión de alto voltaje político obligó a las fuerzas políticas a posicionarse por acción u omisión. Desde las formaciones que conforman al equipo de gobierno, Guanyem Sabadell, se desmarcó de la postura del alcalde y buscó una solución de compromiso; así planteó acatar la resolución de la Junta Electoral pero que se girase la pancarta dejándola en blanco para manifestar su disconformidad con ésta, como se hizo durante la jornada de reflexión de las pasadas elecciones al Parlament de Catalunya.

Foto portada: Miquel Soler i Marisol Martínez. Autor: M.Tornel.
Miquel Soler y Marisol Martíne, concejales de Guanyemz. Autor: M.Tornel.

El portavoz del PP, Esteban Gesa, tomó al pie de la letra las declaraciones de la cabeza de lista cunera de su partido por Barcelona, Cayetana Álvarez de Toledo, en el sentido que quitar los lazos era un “deber cívico”, y anunció que si no se procedía a retirarlos, lo haría él mismo con sus propias manos. Una evidente sobreactuación, pues la Junta Electoral tiene facultades para encargar a los Mossos d’Esquadra hacer cumplir sus resoluciones, como se comprobó la semana pasada en las dependencias de la Generalitat. Por su parte, Cs no esperó –como aconsejaba la prudencia y les afeó Serracant- a la resolución de la Junta Electoral Provincial, encargada de resolver el recurso del alcalde, para llevar el caso a la fiscalía por un posible delito de desobediencia. Desde la formación naranja se argumentó que la interposición del recurso no le eximía del cumplimiento del mandato.

Como era previsible, la Junta Electoral Provincial, con fecha 22 de marzo, emitió una resolución de respuesta a las alegaciones del alcalde Serracant que fue tramitada a la Junta Electoral de Zona quien a su vez la remitió al Ayuntamiento de Sabadell el 28 de marzo. En dicha resolución se reafirmaba en su dictamen anterior arguyendo que la libertad de expresión es un derecho individual y no de las administraciones públicas, reiterando el carácter partidista de dichos símbolos y aclarando que la orden afectaba a “todos” estos símbolos. Al recibir la resolución el alcalde siguió la recomendación de Marisol Martínez quien ha vuelto a marcarse un tanto político.

Juli Fernàndez i Maties Serracant. Autor: M. Tornel
Juli Fernàndez y Maties Serracant. Autor: M. Tornel

Todo ello ante el clamoroso silencio de PSC acaso por temor a perder a algunos de sus electores en el centro de la ciudad o de posicionarse al lado de PP y C’s. Tampoco PDeCat y ERC han querido intervenir en la polémica quizás por no ahondar en el triste papel jugado por Quim Torra en el asunto de las pancartas y los lazos. Especialmente tras la protesta de los CDR en el acto de presentación de la candidatura de Lourdes Ciuró.

Por su parte, los Comuns esperaron la resolución de la Junta Electoral y la decisión del alcalde para fijar su posición que constituye una desafortunada pieza de funambulismo político. Por lado dicen respetar el lazo amarillo, pero por otro defienden la neutralidad de las instituciones. De este modo plantean la extemporánea propuesta de preservar la neutralidad en la plaça Sant Roc, pero permitir la exhibición de pancartas con símbolos y consignas en la plaça del Dr. Robert, previa aprobación de la Junta de Portavoces. A menudo, cuando se quiere contentar a todo el mundo, no se queda bien con nadie.

Símbolos y réditos electorales

La polémica por los símbolos independentistas se ha producido en plena precampaña con lo cual resulta lógico que los citados actores políticos buscasen un rédito electoral.

El alcalde Serracant ha reiterado su conducta cuando, después de la DUI, arrió la bandera española y tuvo que volver a izarla a requerimiento de la Delegación del Gobierno en Catalunya (más info: ‘Serracant defensa la retirada de la bandera espanyola en el context de la DUI’). Ahora bien, en puertas de unas elecciones generales, municipales  y europeas, su resistencia a cumplir el mandato de la Junta Electoral responde no solo a razones ideológicas, sino también electorales pues a buen seguro espera rentabilizar este gesto ante los votantes independentistas.

Foto portada: José Luis Fernández i Ramón García, als jutjats. Autor. Cs / cedida.
José Luis Fernández y Ramón García, en los juzgados. Autor. Cs / cedida.

Desde el otro extremo del espectro político, también PP y Cs han querido rentabilizar la polémica compitiendo entre ellos por mostrar la mayor dureza en el tema.

Desde el punto de vista democrático, la resolución de la Junta Electoral resulta  inapelable. Las instituciones políticas deben preservar la neutralidad política, pues representan al conjunto de la ciudadanía y no a las cambiantes mayorías de gobierno. Especialmente cuando se exhiben símbolos que no unen, sino que dividen a la ciudadanía. Las formaciones independentistas disponen de numerosos espacios para expresar su protesta, a través de dichos símbolos, por la situación de sus líderes en prisión preventiva. Por ello debe rechazarse el intento de apropiación partidista de los edificios institucionales que se ha prolongado durante demasiado tiempo. Tampoco sería de recibo que, tras el ciclo electoral, volvieran a colocarse pues esta neutralidad política debe mantenerse siempre.

Debemos al filósofo austriaco, Karl Popper (1902-1994), el principio de falsabilidad, según el cual para contrastar la veracidad de una teoría es preciso invertir el contenido de la proposición. Así, imaginemos cuál sería la reacción de los partidos independentistas si, en el edificio de una institución gobernada por los partidos contrarios a la secesión, se colgase una pancarta exigiendo duras penas de prisión para los líderes independentistas.

Foto portada: la fachada de la plaza  Sant Roc, este miércoles. Autor: David B. 

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